Ninguno lo es...

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viernes, 2 de mayo de 2014

LA MAGIA DE A-RZHVAEL El inicio - Cap. 42 -

CAP. 42 CAOS

Una vez que Giulian se incorporó nuevamente a sus actividades, comenzó una continua y tenaz labor para fastidiar los planes de Nurión, con distintos niveles de éxito, pero que a la larga evitaban que éste consiguiera lo que se proponía. Esto suponía una actividad frenética para los Kriger, quienes eran requeridos a las horas más inusitadas, y por largos períodos de tiempo.
Iván y Eve, comenzaron a preocuparse, ya que Giulian y Vlad, prácticamente no descansaban, y aunque sabían que en parte lo que hacían era para evitar que Nurión avanzara, también sabían que su objetivo principal era darle caza a Morgana.
Los hermanos McKenzie, Peter y Jonathan, recibieron la mejor y más anhelada noticia. El Consejo había decidido elevarlos al rango de Arzhaelíes, por su actuación en el rescate de Giulian, que sumada a su trayectoria, les había otorgado ese derecho. La ceremonia tendría lugar en el verano, unos días antes de la boda de Peter. Entre tanto, los chicos seguían participando activamente, en todas las locas empresas emprendidas por los Cornwall y los Natchzhrer, para desesperación de Anne.
Los Arzhaelíes no habían podido acceder nuevamente a Heimalandinu, y todos sabían la razón, pero seguían siendo una enorme molestia para Nurión, lo que trajo como consecuencia que éste, al ver frustrados todos sus planes, pusiera precio a las cabezas de los Cornwall y los Natchzhrer, haciendo especial énfasis en Giulian. Por lo que después del último enfrentamiento, y habiendo resultado seriamente heridos tanto Giulian como Vlad, el Consejo decidió reunirse.
Después de una acalorada discusión, Eowaz intervino.
-         Giulian, no estamos cuestionando tus métodos, porque han demostrado ser altamente efectivos  --  dijo  --  lo que nos preocupa es su seguridad.
-         Eowaz, este es un trabajo inseguro, así que dejen que yo me preocupe de mi seguridad  --  dijo él
-         El problema grandísimo insensato  --  dijo Delos  --  es que no se trata tu seguridad solamente, particularmente me importa muy poco si pierdes tu estúpida cabeza, pero nos pones en riesgo a los demás, y no tienes compasión con esos chicos  --  dijo refiriéndose a los Kriger.
Giulian lo miró solo unos segundos, pero fueron suficientes para que Delos se encogiera en su asiento.
-         En primer lugar no obligo a nadie a hacer nada  --  dijo en un tono peligrosamente pausado  --  y en segundo, ciertamente no te he pedido nada a ti. Así que si vuelves a abrir tu estúpida boca, me aseguraré de cerrarla de forma definitiva.
-         Giulian  --  volvió a hablar Eowaz  --  no podemos darnos el lujo de perderlos, a ninguno de ustedes, y es evidente por los últimos acontecimientos, que Nurión ha dado órdenes de que sean eliminados a como dé lugar.
-         Eowaz…  --  pero guardó silencio, cuando éste levantó la mano
-         Vi como quedaron Vlad y tú después del último enfrentamiento, y como dije, no podemos darnos el lujo de perderlos. De modo que quiero que se tomen un descanso  --  y agregó  --  los cuatro.
-         ¡Señor!  --  dijeron todos al mismo tiempo
-         Sin discusiones  --  dijo Eowaz  --  Los niños saldrán de vacaciones en unos días y necesitan atención y protección  --  hizo una pausa y luego agregó  --  Una vez que finalicen las vacaciones  -- dijo mirando a Giulian  --  te encargarás del entrenamiento de los Kriger.
-         Me quieren fuera  --  dijo Giulian
-         No Giulian, te queremos vivo.
Los Arzhaelíes salieron de la reunión disgustados, pero la expresión tormentosa en los ojos de los gemelos, indicaba para quien los conociese bien que tenían intención de cualquier cosa, menos de tomarse “descanso” alguno de ninguna clase.
En cuanto abrieron la puerta, los Kriger adoptaron posición de firmes. Peter y Jonathan, miraron a los ojos de sus jefes, y supieron que algo serio pasaba.
-         ¡Libres hasta nuevo aviso!  --  dijeron los gemelos en forma idéntica y sin detenerse a dar ninguna explicación
En cuanto ellos salieron Eowaz miró a Leomer.
-         Sigo pensando que es una locura sacarlos  --  dijo Leomer
-         No los estamos sacando, Leomer  --  contestó Eowaz  --  pero es necesario que descansen un poco. Al ritmo que están trabajando se están desgastando, y por ellos mismos sabemos que Nurión se prepara para algo grande. Cuando eso suceda, deben estar en condiciones de enfrentarlo.
-         Pues son muy ilusos si piensan que obedecerán  --  dijo Delos  --  Giulian Cornwall no obedece a nadie, salvo a sí mismo, su hermano no es mucho mejor, y los Natchzhrer siempre los apoyaran en cualquier locura. Si ese infeliz tiene tantos deseos de hacerse matar, pues deberíamos dejarlo y nos ahorramos las molestias.
-         Si quieres un consejo  --  le dijo Leomer  --  y si no eres tú el que quiere hacerse matar, te sugiero que dejes a Giulian en paz.

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Cuando Giulian había vuelto a asumir sus responsabilidades, y por sugerencia de Vlad, le asignaron el grupo de Jonathan McKenzie. Vlad había trabajado con él, y sabía que era el que mejor se adaptaría al ritmo y forma de trabajar de Giulian. El por su parte, se quedó con el de Peter, que era un poco más pausado, pero igualmente eficaz.
En el breve tiempo que llevaba Jonathan trabajando para Giulian, había logrado conocerlo lo suficiente como para saber que no había demasiadas diferencias entre él y su gemelo.  Razón por la cual, en cuanto los vieron salir de aquel modo y volvieron a estar solos, les dio su opinión a los demás.
-         Apuesto mi Gwialen a que es “receso” forzoso y a que no lo acataran  --  dijo
-         Eso es seguro  --  lo apoyó Peter
-         Y si es así, no pienso quedarme de brazos cruzados, iré a donde quiera que vaya  --  volvió hacia su grupo y los envió a la sala de los Kriger
Luego regresó con su hermano y este hablaba con Jason y Urs, quienes eran de la misma opinión. De modo que luego de deshacerse de sus grupos, decidieron enviar un mensaje a sus jefes.

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Tanto Giulian como Vlad, estaban de un humor maligno cuando llegaron a casa. Sin embargo, a la hora de la comida, a Giulian le llegó un mensaje de Jonathan.
-         Señor, solo para dejarlo claro, no me gusta la inactividad, y sea cual sea el “paseo” estoy dispuesto.
Giulian sonrió complacido.  Sin embargo, no tuvieron tiempo de comentar el asunto, porque en cuanto se desvaneció la imagen de Jonathan, llegó la de Peter, seguida de la de Jason y por último la de Urs, quienes comandaban los grupos de Iván y de Eve, respectivamente.
Después del último mensaje, Giulian miró a los otros y sonrió en forma maliciosa.
-         Bien, si decido ir de “paseo”, ya tengo compañía voluntaria, de modo que difícilmente podrá decir el estúpido de Delos, que obligo a alguien.

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Los niños llegaron a la terminal, pero se encontraron con que solo estaba Eve en compañía de los McKenzie. Conversaron un momento con el matrimonio, y luego partieron hacia su casa.
-         ¿Dónde están?  --  preguntó Gail al llegar
-         Trabajando  --  le contestó ella, y vio la decepción en el rostro de todos, de modo que agregó  --  no se preocupen regresaran pronto.
Pero pronto no fue ese mismo día, ni  al siguiente. La noche del tercer día, mientras cenaban, Eve, Sam y Mael, repentinamente dejaron de comer y se pusieron en estado de alerta.
-         ¿Qué?  --  preguntaron Danny y Gail
Eve solo les hizo una señal que indicaba silencio. Danny miró a Sam, pero ella tenía la misma expresión de concentración que Mael. Pasados unos segundos, Mael y Sam se pusieron de pie junto con Eve, y Mael extrajo su Athame del bolsillo. Al ver esto, Danny y Gail hicieron lo mismo.
-         Tranquilos  --  dijo Eve  --  ningún intruso puede entrar sin…
Se interrumpió cuando escucharon ruido en el Salón, y sin pensarlo, corrieron hacia allá. Sin embargo, Eve tenía razón y no eran intrusos, se trataba de Iván, Vlad y Giulian. Y aunque por un lado se les pasó el susto, por el otro los invadió la preocupación al ver que venían todos manchados de sangre.
-         ¡Papá!  --  gritó Gail, precipitándose hacia él
-         Tranquilo, sabes que un momento estaré bien  --  le dijo Iván dejándose caer sobre el sillón
Eve estaba auxiliando a Giulian, y los chicos a Vlad. Sam atendió con rapidez y eficiencia las heridas de Vlad.
-         Gracias linda, eres muy hábil  --  le dijo él
Eve estaba haciendo lo propio con las de Giulian, pero al mismo tiempo los reñía a los tres.
-         Vampi, sabes cómo es esto, así que deja de protestar  --  dijo Giulian con fastidio
Sam se acercó a ver si era que estaba muy mal. Eve trabajaba en ese momento sobre una herida particularmente grande.
-         No te preocupes princesa  --  dijo Giulian al ver la preocupación en los ojos violeta  --  estoy bien.
-         Si por bien entiendes que te hayan utilizado para practicar tiro al blanco, supongo que sí  --  dijo Danny
-         Créeme, he estado peor  --  dijo él sonriendo
-         Físicamente es posible  --  dijo Eve  --  pero de la cabeza, nunca lo has estado.
-         Ya te pareces a Delos  --  protestó Giulian --  sigues quejándote igual que cuando estábamos en la escuela.
-         Según tengo entendido  --  intervino Gail, sonriendo pícaramente  --  en la escuela se quejaba por otras razones
-         ¿Qué les has estado contando Vampi?
-         Nada que no puedan averiguar por sí mismos  --  dijo ella malhumorada
-         Eso es cierto  --  dijo Danny  --  dejaste una estela de “entretenidas” historias amigo.
-         Y un “bonito” recuerdo en más de la mitad de las madres de nuestros compañeros de escuela  --  agregó Gail
-         ¡Hey! Eso no es justo  --  protestó Giulian  --  sus padres no fueron precisamente tranquilos.
-         No, pero sin duda tú fuiste el más “activo”  --  dijo Eve
-         ¿Sabes Vampi? Es una suerte que no me haya enamorado de ti, o me habrías hecho la vida miserable con todo esto  --  le dijo
-         ¡Eres un...
Pero no se enteraron de que era, porque Eve se levantó y se marchó. Sam ocupó el lugar que ella había dejado, y continuó cerrando las heridas de Giulian.
-         No deberías hablarle así, la heriste  --  le dijo Sam
-         No te preocupes princesa, Vampi siempre ha sido igual, le encanta reñirnos, ya se le pasará.
-         ¿Qué ocurrió?  --  preguntó Danny mirando a Vlad y a Iván
-         Tuvimos un “agradable” encuentro con unos Nemhains, muy decididos a despacharnos  --  le contestó Vlad.
Una vez que Sam hubo terminado, Giulian la miró y le sonrió.
-         Gracias princesa, eres tan hábil como tu madre  --  le dijo
-         ¿De veras?  --  preguntó ella sonriente
-         Por supuesto, tu madre era la que siempre curaba nuestras heridas   --  le contestó 
Ella volvió a sonreírle y luego caminó hacia Iván que estaba sentado en un sillón con la cabeza echada hacia atrás.
-         ¿Estás bien?  --  preguntó ella acariciando su frente
-         Claro linda, no te preocupes  --  y levantando la cabeza miró a los demás  --  es hora de que vayan a la cama, subiré en un momento.
Los chicos se despidieron y subieron a sus habitaciones. Iván subió un momento después como era su costumbre, y cuando volvió a bajar venía Vlad pateando todo lo que se encontraba a su paso.
-         ¿Qué sucede?  --  le preguntó
-         Nada.
-         Claro,  pero si esos objetos pudiesen hablar  --  dijo señalando las cosas que había pateado  --  tal vez estarían en desacuerdo
-         Déjame en paz  --  dijo  Vlad y se dirigió hacia la puerta
-         ¡Hey!  --  lo llamó  --  ¿Dónde se supone que vas a esta hora?
-         Al mismo lugar a donde tu hermana me ha estado enviando siempre  --  contestó sin detenerse
Finalmente Iván comprendió, renunció a su intención de seguirlo y dirigió sus pasos al estudio. Encontró a Eve allí, como suponía, pero olvidó cualquier cosa que hubiese pensado decirle al verla sentada llorando. Se acercó despacio y se arrodilló frente a ella quitándole las manos del rostro.
-         Eve…
-         Déjame sola Iván  --  pidió ella
-         ¿Por qué te haces esto?  --  preguntó  --  No es posible que aún…
-         Aún nada  --  lo interrumpió ella 
-         Eve, no pretendas engañarme, sigues enamorada de Giulian como cuando tenías quince años, y…
-         ¡No digas estupideces Iván!  --  dijo ella levantándose  --  Eso ya no es así.
-         Puedes engañar al resto del mundo, pero hay dos de nosotros a los que no puedes engañar Eve.
-         El otro imbécil…
-         Ese otro imbécil, como lo llamas tan injustamente, te conoce tan bien como yo, y ciertamente no tiene la culpa, sin contar con el hecho de que…
-         ¡No lo digas!  --  lo interrumpió ella  y se dirigió hacia la puerta  --  ya me cansé de escuchar tantas necedades en un solo día  --  y salió dando un portazo
Iván se preguntó cómo su hermana podía estar tan equivocada y tan ciega. Ese amor por Giulian era solo un espejismo de juventud al que se negaba tercamente a renunciar, negándose al mismo tiempo la posibilidad de ser feliz con quien realmente la amaba.
Eve se encerró en su habitación tratando de sacar de su cabeza las palabras de Vlad.
-         “Abre los ojos Eve  --  había dicho  --  Giulian no te ama más ahora de lo que te amaba antes, al menos no como tú quieres, y si antes no lo hizo, nunca lo hará. ¿Es que no te das cuenta? Giulian perdió el corazón la noche de su regreso”
¿Por qué todos se empeñaban en recordarle que había cometido la enorme necedad de enamorarse del hombre equivocado? ¿Y por qué nadie le creía cuando decía que ya no era así? Ella siempre supo que Giulian no era, ni sería nunca para ella, y si alguna esperanza le hubiese quedado, ciertamente habría desaparecido el día que regresó, como dijo Vlad. Pensó en Vlad y volvió a enfurecerse. No entendía cómo era posible que cupiese tanta estupidez en un solo hombre.

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Aunque los chicos morían por ver a las McKenzie, esto no fue posible hasta el día de la ceremonia de ascenso de Peter y Jonathan. Eve se había negado a dejarlos ir a la casa de los McKenzie, porque según ella, en ese momento debían estar todos muy atareados con los preparativos de la boda de Peter. De modo que cuando se encontraron en la Sede de los Arzhaelíes, estaban muy contentos.
La ceremonia fue sencilla y no muy larga. Después que los chicos prestaron el juramento de lealtad a la Orden, les fueron colocadas sus Skik Ljosalfar y mientras todos estaban muy emocionados y felices, Anne lloraba mucho. Y aunque su llanto pudo haber sido interpretado erróneamente por los presentes, como un signo de emoción, Sam pudo ver más allá, notando que en realidad estaba muy asustada, nunca le había gustado que sus hijos se hubiesen inclinado por aquella actividad que sabía tan peligrosa.

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El día de la boda de Peter, Iván entró con Vlad al comedor y se encontró con que tanto Danny, como Gail, ya estaban allí, cosa muy extraña, ya que por lo general eran los últimos en bajar a desayunar.
-         ¡Vaya!  --  exclamó Vlad  --  como dice Sam, deben haberse caído de la cama.
-         ¿Qué hacen levantados tan temprano?  --  inquirió Iván
-         No queremos llegar tarde  --  dijo Gail
-         ¿De qué hablas? Porque si te estás refiriendo a la boda, eso no será hasta las once de la mañana  --  dijo Vlad
-         Solo queríamos asegurarnos de estar listos a tiempo  --  dijo Danny
Iván y Vlad se miraron cuando repentinamente parecieron comprender algo, sonrieron y no dijeron nada más.
La casa de los McKenzie había sido hermosamente engalanada para la ocasión, y estaba llena de parientes. La ceremonia fue hermosa y emotiva, mientras los novios pronunciaban sus votos matrimoniales, las madres de ambos lloraban
-         Últimamente tu madre pasa más tiempo llorando que feliz  --  le dijo Gail a Aderyn
-         Son lágrimas de felicidad, tonto  --  le dijo ella
-         En todo caso el que debería llorar es Peter  --  dijo Danny con una sonrisa  --  después de todo es el que ha sido “cazado”
Giulian que se sentaba entre Sam y Danny, sonrió al escuchar el comentario, pero arrugó el entrecejo al escuchar el de Diandra.
-         Cierra tu estúpida boca, Douglas  --  dijo la chica con ira
Sam apretó el brazo de Giulian y este volvió la mirada hacia ella.
-         No les hagas caso, siempre se tratan de ese modo  --  le dijo
-         Pero la verdad es que Danny la cuida mucho  --  dijo Mael  --  y Di siempre es la primera en correr a la enfermería cada vez que Danny termina allí, luego de alguna carrera.
Mientras ellos le decían todo esto, Danny y Diandra seguían discutiendo por  lo bajo, de modo que Giulian miró a unos y otros con cierta duda, ya que a su juicio aquella chica estaba a punto de quitarle la cabeza a Danny.
-         Ya te acostumbrarás  --  dijo Sam
Después del brindis, dio inicio el baile. Los Cornwall y los Natchzhrer compartían la mesa con varios primos de los McKenzie. Danny y Gail pusieron muy mala cara cuando las chicas se fueron a bailar con sus primos, y Vlad adoptó una expresión sombría, cuando Kenny se llevó a Sam.
-         Vamos chicos  --  dijo Iván  --  si no querían que bailaran con otros, debieron pedírselo ustedes
-         No hemos dicho eso  --  dijo Danny
-         Es solo que es muy pesado tener que estar cuidándolas siempre  --  agregó Gail
-         Por favor  -- dijo Eve  --  son sus primos.
-         Ciertamente McKenzie no es primo de Sam  --  aclaró Vlad
-         Bueno al menos no es Casander  --  dijo Mael
-         ¿Y quién demonios es Casander?  --  preguntó Giulian que no había dejado de ver hacia donde estaba Sam con Kenny
-         Un imbécil que no deja ni respirar a mi hermana  --   dijo Danny con ira
-         ¡Danny!  --  exclamó Eve y miró a Giulian  --  Casander es el hijo del Presidente del Consejo ruso, y es un chico muy educado y simpático.
Giulian miró a Vlad, y éste sin mudar de expresión le transmitió sus pensamientos.
-         Es inevitable, los chicos comienzan a fijarse en ella, y no hay nada que podamos hacer.
-         ¡Pero es una niña aún!  --   exclamó Giulian
-         No parece importarle mucho especialmente a McKenzie  --  le dijo Vlad
Mientras este silencioso intercambio tenía lugar entre los hermanos, y éstos miraban a Sam y a Kenny, Iván los miraba a ellos. Ninguno de los dos había tenido la precaución de proteger sus pensamientos, olvidándose de que él estaba allí. Sin embargo, no pudo poner en palabras lo que estaba pensando porque en ese momento les llego un mensaje de Eowaz.
-         Preséntense de inmediato a la Sede. El Presidente del Consejo de Estado ha desaparecido

En cuanto vieron aparecer ante ellos la figura de Eowaz, los cuatro se habían puesto de pie. Jonathan y Peter habían soltado a sus parejas de baile, lo que indicaba que ellos estaban recibiendo el mismo mensaje, y cuando éste finalizó, todos voltearon a mirar a Peter McKenzie padre.

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