Ninguno lo es...

Ninguno lo es...

viernes, 2 de mayo de 2014

LA MAGIA DE A-RZHVAEL El inicio - Cap. 34 -

CAP. 34  HERIDAS DEL PASADO…

Los McKenzie llegaron a un acuerdo con Iván, los primeros días de las vacaciones, las niñas irían a Allia y se quedarían allí hasta el cumpleaños de los gemelos. Y los Natchzhrer, Vlad y los niños, pasarían la Navidad en Escocia.
De modo que cuando Iván llegó a casa aquella noche, y aunque venía de muy mal humor, tuvo que disimular al ser recibido por el escándalo que tenían los chicos en el Salón.
-         ¡Papá!  --  dijo Gail al verlo llegar  --  ¿Dónde estabas?
-         Te perdiste la cena  --  dijo Danny
Sam como de costumbre, al verlo llegar corrió hacia él, pero se detuvo en seco cuando escuchó a Vlad.
-         Espero que “ella” haya valido la pena  --  dijo con sorna  --  porque la verdad es que lo pasamos muy bien aquí.
Sam miró a Iván con los ojos muy abiertos, por un momento sintió deseos de salir de allí, pero luego pareció pensarlo mejor y avanzó más despacio hacia él.
-         Puedo saber por qué razón querías irte  --  le preguntó luego de saludarse
-         Deja de hurgar en mis pensamientos  --  dijo ella
-         Lo siento linda, de veras no era mi intención, pero casi lo tenías escrito en la frente  --  le dijo risueño
Compartió un rato más con los niños antes de que subieran a acostarse. Una vez que lo hicieron, Eve se acercó a él.
-         ¿Y bien?  --  preguntó
-         ¿Qué?
-         Mientes muy mal Iván  --  dijo Vlad
-         Es cierto, los expertos en esa materia son otros  --  dijo Eve, mirando con intención a Vlad
-         Ah, no  --  dijo él  --  Ese era territorio privado de Dan y Giulian
-         Claro, porque tú eres una pobre criatura desvalida
Iván se llevó una mano a la sien, realmente no estaba como para los pleitos de aquellos dos. Pero Vlad lo noto y le hizo una seña a Eve.
-         ¿Iván?
-         Vuelvo en un momento  --  les dijo y salió del Salón, dejando a los otros mirándose con preocupación
Como era su costumbre, Iván se dirigió a las habitaciones de los niños. Tocó antes de pasar a la que compartían Aderyn y Diandra, cuando le dieron permiso de entrar asomó la cabeza.
-         ¿Todo en orden?
-         Como siempre  --  le sonrió Aderyn
-         Bien, que descansen niñas.
-         Tú también  --  dijeron ellas
Repitió la misma operación en las habitaciones de Gail, Danny, Mael y Sam, pero en la de ella se detuvo al verla sentada en la cama.
-         ¿Sucede algo?  --  le preguntó
-         No
-         ¿No?  --  preguntó de nuevo elevando una ceja  --  ¿Y por qué no estás acostada?
-         Pensaba  --  le contestó
Iván entró por completo en la habitación y se sentó a su lado.
-         ¿Y puedo saber qué es tan importante como para quitarte el sueño?
Ella se giró un poco y lo miró.
-         ¿Tienes novia, Iván?
Aquella pregunta no pudo sorprenderlo más, por lo que tardó unos segundos en procesarla.
-         No  --  dijo finalmente
-         ¿Por qué?
-         Sam…
-         Es decir, eres guapo, joven, famoso…
-         Vaya  --  la interrumpió él  --  gracias señorita, pero…
-         … sé que no debo meterme pero…  --  continuó
-         Sam…
-         … creo que deberías…  --  siguió ella sin prestar atención
-         Sam…
-         … es decir, no creo que…
-         ¡Sam!  --  y por fin ella se calló y lo miró  --  Linda, primero eso no es algo que esté en mis planes, y segundo, el amor no es algo que vas y compras en una tienda.
-         Lo sé  --  dijo ella
-         Bien, ahora deja de preocupar tu linda cabecita con esas cosas y duérmete ¿de acuerdo?
-         De acuerdo
Iván esperó a que se metiera en la cama, le acomodó las mantas y le dio un beso en la frente.
-         Que descanses linda.
-         Igual tú  --  le dijo ella con una sonrisa
Sin embargo, cuando él salió ella siguió pensando en el asunto. Hasta ahora no había notado lo solo que estaba Iván y eso no le parecía bien, y se preguntó qué podría hacer para ponerle remedio a aquello. Y aunque de momento nada se le ocurrió, decidió que era una tarea pendiente. Encontrarle una novia a Iván, pero solo a Iván, porque Vlad era otro asunto y esperaba estar en lo correcto.

Cuando Iván entró nuevamente al Salón, venía con la intención de quitarle la cabeza a Vlad, porque estaba convencido que lo que le acaba de decir Sam, había sido por su infortunado comentario. Pero apenas entró, notó que Eve y Vlad estaban enfrascados en otra de sus peleas y decidió que después de todo,  lo más probable era que su hermana en cualquier momento le ahorrase el trabajo.
-         Tiempo fuera  --  dijo cuando entró y ambos se giraron  --  Cállense y siéntense, tenemos que hablar
De manera automática obedecieron, pero él pasó de largo hacia un aparador que estaba al fondo, se sirvió un líquido de color ambarino y se lo tomó de un solo trago. Eve miró a Vlad y éste solo elevó las cejas, y aunque no tenía idea de lo que sucedía debía ser serio.
-         ¿Iván?  --  dijo Eve, pero él la ignoró y repitió la operación
-         De acuerdo  --  dijo Vlad  --  En ti un trago significa problemas serios, pero dos, son problemas de la peor especie, así que suéltalo de una vez
Sin embargo, Iván ya iba por el tercero prácticamente sin  pausa.
-         Vamos hombre  --   siguió Vlad  --  nada puede ser tan malo como para…
-         Tienes razón, es mucho peor  --  dijo Iván volviéndose  --  Hoy hablé con Angela
Si les hubiese dicho estaban a punto de ser atacados por una horda de Nemhain encabezados por el mismo Nurión, no habría provocado el mismo efecto. Eve se llevó las manos a la boca ahogando un grito, y Vlad saltó de su asiento como impulsado por un resorte.
-         ¡Estás ebrio, infeliz!  --  exclamó
-         No, no lo estoy
-         ¡Entonces has perdido el juicio!  --  siguió Vlad y empezó a caminar por el Salón
-         Vlad…
-         No es posible, simplemente NO es posible…
-         Vlad…
-         … no después de tanto tiempo…
-         ¡VLADIMIR!  --  le gritó Iván y él se detuvo  --  Necesito que me escuches  --  y viendo a Eve  --  que me escuchen los dos  --  respiró profundo antes de continuar  --  Me envió una nota, donde me decía que teníamos que hablar…
-         ¿Y por qué demonios no me…
-         Vlad, por favor  --  pidió Eve viendo lo difícil que estaba siendo para Iván aquello
-         Esta noche fui a verla  --  continuó Iván  --  Quiere ver a Gail  --  dijo cerrando los ojos
-         ¡Sobre mi cadáver!  --  exclamó Vlad
-         ¿Acaso se ha vuelto loca?  --  exclamó Eve al mismo tiempo
-         Por favor  --  dijo Vlad  --  de eso hace ya mucho.
Hicieron silencio durante unos momentos, hasta que Iván lo rompió.
-         Tendremos que tomar medidas, sabemos que no va a detenerse. No tengo idea de por qué quiere hacerlo, ni por qué ahora, pero estoy seguro que hará cualquier cosa por lograrlo.
-         Existe la posibilidad de que…  --  empezó Eve insegura  --  bueno… es su madre.
-         No seas ilusa Eve  --  dijo Vlad con desprecio  --  esa mujer no tiene sentimientos.
-         Concentrémonos  --  dijo Iván  --  Debemos planificar cómo impedirlo, porque sospecho que en breve lo intentará.
-         Pues yo es su lugar no lo haría  --  dijo Vlad  --  porque si lo hace, yo haré lo que tú no tuviste el valor de hacer
-         Vlad, era la madre de mi hijo  --  dijo Iván con tristeza
-         ¡Y un demonio!  --  siguió vociferando Vlad  --  ¡Es una despreciable traidora! Y no merece…
-         Vlad, ella es…
-         ¡No te atrevas!  --  exclamó extrayendo con suma rapidez su Athame y apuntándolo con él  --  Es exactamente lo que he dicho que es, y si se atraviesa en mi camino no tendrá tiempo para lamentarlo
Después de eso, abandonó la estancia. Eve se acercó a Iván que se había dejado caer en el sillón, y se sentó a su lado.
-         ¿Por qué?  --  preguntó él hundiendo la cara entre las manos
-         No lo sé  --  dijo ella acariciando los cabellos de su hermano  --  pero vamos a resolverlo.
-         Ya arruinó nuestras vidas una vez, y la mía dos veces  --  dijo sin levantar la cabeza
-         Iván  --  dijo Eve e intentó que levantara la cabeza  --  Iván mírame
Finalmente él lo hizo, y ella sintió que su corazón se hacía pedazos, al ver el dolor en aquellos ojos.
-         Dime la verdad ¿Aún la amas?  --  preguntó temiendo la respuesta
-         No Eve, la Angela que yo amé murió  --  Eve sintió que en cada palabra, su hermano iba dejando un pedazo de corazón  --  Y ni siquiera cuando me dejó a mí, sino cuando nos traicionó a todos.
Se levantó y caminó hacia la puerta.
-         ¿Dónde vas?  --  preguntó ella
-         A cualquier lugar  --  le contestó
-         Iván, no…
-         Eve  --  dijo él volviéndose  --  que no la ame no significa que no me duela
Una vez que él se marcho, Eve se dejó caer en el sillón y lloró. Lloró por el pasado y por el presente. Angela había sido su amiga, al igual que Amy y Sabrina, y se sintió feliz cuando Iván anunció que se casaría con ella. Y se sintió feliz no solo porque querían a Angela, sino porque su hermano había logrado vencer los temores que ella no. Ella nunca fue capaz de hacer a un lado el miedo que le producía que le sucediera lo mismo que a sus padres, y terminar convirtiendo al hombre del que se enamorara en un vampiro. Por ello rechazó por sistema a cualquiera que se le acercara, y al único que le había interesado en realidad, lo vio enamorarse de otra, sin ser capaz de dar nunca ni una señal de lo que sentía.  Pero finalmente lloraba, porque en definitiva su familia estaba destinada a no poder ser feliz.
Después de varias horas, y viendo que Iván no regresaba, se levantó del sillón, se secó las lagrimas y miró hacia una pintura de Iván y Gail que estaba sobre la chimenea.
-         Les juro por la memoria de nuestros padres, que ella no volverá a hacernos daño, así tenga que matarla con mis propias manos.
-         Ponte en la cola.
Se volvió bruscamente para encontrarse con los ojos enrojecidos de Vlad.
-         ¿Dónde estabas?  --   le preguntó
-         En la habitación de Gail, en principio  --  le dijo  --  pero desde la ventana vi salir a Iván y fui tras él.
-         ¿Lo seguiste? ¿Por qué? ¿Y dónde está?
-         Sí, lo hice y lo hice porque él tiene la tendencia a meterse en problemas cuando no estoy cerca, y acabo de dejarlo en su habitación.
De no haber sido tan triste la situación, habría podido reír al escuchar a Vlad decir aquello, ya que el asunto era al contrario. Era él quien desde la escuela, se pasaba más tiempo en problemas que fuera de ellos. Pero todo lo que alcanzó a darle fue una triste sonrisa.
-         Gracias Vlad, eres un gran amigo  --  se acercó y lo miró  --  Lo siento, esto para ti…
-         Olvídalo, lo único que me importa es que ustedes estén bien  --  le dijo  --  y me aseguraré que así sea.
Ella apoyó la cabeza en su pecho y él la rodeó con sus brazos.
-         Ve a descansar Eve, ya pronto va a amanecer  --  y luego agregó  --  No quiero verte llorar por esto de nuevo.
-         ¿Y tú?  --  le preguntó mientras se separaba y comenzaba a caminar hacia puerta  --  ¿Tú dejarás de llorarla también?
Pero se marchó antes de recibir una repuesta, que sabía que él no sería capaz de contestar con honestidad.

Luego del cumpleaños de los gemelos, Diandra y Aderyn se fueron a Escocia como estaba planeado, y con la promesa de ellos de estar allá para Navidad.
El día que se fueron las niñas, a la hora de la cena, Iván recibió un mensaje urgente. Ya para los niños era normal ver aparecer las esferas de luz que luego se transformaban en la figura de la persona que enviaba el mensaje. En esta ocasión de Leomer.
-         Iván, es necesario que vengas a la Sede en cuanto recibas este mensaje
Los tres Arzhaelíes se miraron, no era usual que los mensajes para citarlos a la Sede proviniesen de otra persona que no fuese Eowaz. Sin embargo, no se cuestionaron la veracidad del mismo, porque solo ellos podían comunicarse de aquella forma. De modo que Iván se levantó.
-         Disculpen  --  dijo mirando a los niños
-         Yo voy contigo  --  dijo Vlad
-         No es necesario, solo me llaman a mí  --  le dijo
-         Ya lo sé, pero igual voy contigo  --  insistió Vlad
Se despidieron de los chicos y partieron.  Al llegar solo estaban Leomer y Dorila.
-         ¿Qué sucede?  --  les preguntó Iván
-         Aún no lo sabemos con exactitud  --  dijo Leomer  --  Recibimos un mensaje de Eowaz, pidiendo nuestra presencia, y una vez que llegamos, envió otro diciendo que venía en camino y que por favor te avisara que lo esperaras aquí.
Iván y Vlad se miraron, pero no teniendo más información, se dispusieron a esperar. Unos minutos después, efectivamente llegó Eowaz en compañía de Delos.
-         Lamento haberlos hecho venir de este modo  --  se disculpó
Se sentó y se llevó la mano la sien. Luego de unos segundos miró a Iván.
-         Hace alrededor de dos horas  --  comenzó  --  fuimos advertidos de un ataque efectuado en Escocia.
Tanto Iván como Vlad se tensaron. Los McKenzie vivían en Escocia.
-         ¿Alguien conocido?  --  preguntó Vlad temiendo la respuesta
-         Lo siento mucho   --  dijo Eowaz  --  pero llegamos demasiado tarde  --  y miró a Iván  --  Los McLean fueron asesinados
Iván sintió que algo muy frío recorría su espina dorsal. Mientras que la expresión de Vlad era una máscara impenetrable, pero quien hubiese sido capaz de penetrar sus pensamientos e interpretar correctamente el tormentoso brillo de sus ojos, habría leído solo una cosa.
-         Por lo que pudimos ver, no fueron atacados con la maldición homicida en principio  --  dijo Eowaz  --  sino que fueron cruelmente torturados, y hay dos opciones, o ellos decidieron desprenderse o fueron finalmente atacados con veneno. Pero para saber esto, habrá que esperar el informe de los Läkares.
Se hizo un silencio opresivo. A Iván se le hacía difícil pensar en aquellas personas siendo torturadas y luego muertas, por lo que se imaginaba.
-         Iván  --  lo llamó Eowaz y el levantó la vista hacia él  --  Supongo que no estamos equivocados al pensar que esto tiene un solo motivo
-         No señor  --  le contestó
-         ¿Necesitas ayuda?  --  le preguntó
-         Nuestra casa está bien protegida  --  dijo él
-         También la de los McLean  --  le recordó Eowaz
-         Sí, pero no estábamos nosotros  --   dijo Vlad
-         ¿Podrías dejar tu arrogancia un momento?  --  preguntó ácidamente Dorila, y luego miró a Iván  --  No lo puedes todo tú solo. Al menos por una vez ten buen juicio, y piensa a quiénes tienes en tu casa.
-         Sabemos perfectamente a quiénes tenemos en casa, Dorila  --  contestó él  --  Y hemos tomado todas las precauciones del caso.
-         Olvídenlo  --  intervino Delos  --  el asunto es contagioso  --  dijo mirando a Vlad  --  Mientras Cornwall…
-         Señores por favor  --  lo interrumpió Eowaz, y luego miró de nuevo a Iván  --  Hasta ahora han podido con esto ustedes solos, pero si lo juzgan conveniente, podemos enviar Krigers para mayor seguridad.
-         Partiremos para Escocia en dos días  --  le informó Iván  --  y estaremos en la casa de los McKenzie hasta enero. Sé que Peter por su condición de miembro del Consejo de Estado cuenta con esa protección, aparte de la que nosotros mismos hemos ayudado a colocar por las temporadas que han pasado los niños allí.
-         Bien  --  dijo Eowaz
-         Pero como bien sabes, los niños volverán a la escuela en febrero…
-         Por favor, no te preocupas por la seguridad de tu casa y te vas a preocupar por la seguridad en Develieng  --  dijo Dorila
-         Teóricamente Nurión no puede tocarlos allí  --  continuó Iván ignorándola  --  pero aún así, creo que deberíamos reforzar la seguridad de la Escuela.
-         Creo que sé a qué te refieres  --  dijo Eowaz  --  y trazaremos un plan para ello.
-         Gracias  --  dijo Iván
Mientras Delos y Dorila miraban a Eowaz con incredulidad y Leomer solo con algo de curiosidad. Eowaz intentaba tranquilizar a Iván.
-         Sé que tu hijo está en peligro ahora, al igual que los gemelos, pero te prometo hacer todo lo que esté a mi alcance.
-         Gracias.
Dieron la reunión por finalizada y antes de dirigirse a casa, Vlad detuvo a Iván.
-         Deberíamos ir a ver  --  le dijo
-         No encontraremos nada Vlad, y lo sabes  --  dijo con cansancio  --  Ahora tengo que preocuparme en cómo decírselo a Gail, se suponía que iríamos a verlos en este viaje.
-         Gail es fuerte  --  aseguró Vlad  --  y sabe que las cosas están peligrosas para todos.
-         Por favor Vlad, eran una pareja que vivía retirada ne le campo, qué interés podrían tener en ellos, hasta él notará eso  --  dijo con abatimiento
-         Iván, no es tu culpa. Los McLean sabían a qué se arriesgaban cuando aceptaron esto.
-         Eso no hace que me sienta mejor Vlad, cuidaron de Gail durante casi siete años, él los cree sus abuelos…
-         Lo sé, y no es que no me importe, pero ahora debemos ocuparnos de que nadie más salga lastimado ¿de acuerdo?  -- 

Iván asintió y se dispusieron a regresar a casa. Pero ambos sabían que era iluso pensarlo, aún mucha gente saldría lastimada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario