CAP. 57 LOS HERMANOS…
Mucho antes de que partieran,
Vlad se había reunido con Urs y con Anthony.
En la reunión de la noche anterior, él, Giulian e Iván, habían tenido
una violenta discusión con Delos y Dorila que se oponían a aquella salida, pero
Eowaz zanjó la cuestión, de manera que nos les quedó más remedio que aceptar su
decisión. Sin embargo, hizo mucho hincapié en que debían prestar la mayor
atención a la seguridad, según él, quien corría más peligro era Danny, y sin
duda todos estaban de acuerdo en este punto. Nurión a quien perseguiría
primero, sería al chico. Era lo bastante estúpido como para pensar que Danny
representaba una amenaza mayor. Por esta razón Eowaz les dio órdenes
específicas.
-
Es de suma importancia -- les había dicho -- que
mantengan sus sentidos atentos, y de forma constante, desde el momento que
abandonen Clever House. Y si se
presenta cualquier emergencia, por pequeña que esta sea, no duden en enviar un
alerta de inmediato.
Recordando esto, los Arzhaelíes
y los Krigers antes desaparecer rumbo a su destino, concentraron toda su
energía en aquietar sus respiraciones, y prepararse a percibir hasta el suave
viento que movía las hojas.
Aparecieron en el extremo más
alejado de una plaza, que a aquellas horas estaba desierta. Comenzaron a
caminar hacia el que había sido el hogar de Danny, hasta los siete años. En un
principio él se sintió emocionado, tenía muchos deseos de ver a Freddy, Steven
y al pequeño David. Pero a medida que se acercaban, lo asaltó una preocupación.
-
Escuchen -- dijo deteniéndose
-
¿Qué sucede Danny? -- preguntó Vlad, mientras los demás prestaban
atención a sus alrededores
-
Verán, mis padres adoptivos no solían ser especialmente amables, y bueno no…
-
No te preocupes Danny -- dijo Eve
-- ya informé a todos que no
debíamos esperar ser muy bien recibidos.
-
Bien -- dijo el chico, sintiéndose menos culpable de
llevarlos a un lugar donde no serían bien tratados.
Cuando divisaron la vivienda, el
corazón de Danny comenzó a latir con violencia. Desde esa distancia podía ver
que en el jardín frontal, estaban los chicos. Tuvo que hacer un gran esfuerzo
por no correr. Llegaron a la entrada y una vez allí, Danny se quedó como
paralizado, pero en ese momento David, que perseguía una pelota, se detuvo y
miró al grupo con detenimiento hasta que sus ojos se toparon con los de Danny.
-
¿Danny? -- dijo con duda
El otro chico que estaba allí,
abrió mucho los ojos.
-
¿Danny? -- repitió pero ya el más pequeño corría hacia
la reja.
Danny había reaccionado al
escuchar la voz de David, y había estirado la mano para abrir la pequeña reja
de acceso, de modo que cuando el chico llegó hasta ellos, casi lo derriba en el
abrazo.
-
No lo puedo creer -- decía el niño
-- Has regresado.
Steven, se mostró igualmente
emocionado.
-
Ya pensábamos que no te veríamos más
-- dijo
-
Prometí regresar -- les dijo él, y luego precedió a las
presentaciones -- Supongo que recuerdan a la señorita --
dijo señalando a Eve -- su nombre es Eve, y es mi madrina -- los
niños la saludaron y ella les devolvió el saludo --
Ellos son, Vlad Cornwall, Urs Ditznik y Anthony Gladstone.
Después de las presentaciones, y
cuando estaban por comenzar a entrar, escucharon la voz de la madre que los
llamaba.
-
No estará muy contenta -- dijo Steven
-- nos dijo que no saliéramos con
este frío
-
¿Dónde está Freddy? -- preguntó Danny, y no se le escapó que los
chicos se miraron con incomodidad
-- ¿Qué sucede?
Danny se sorprendió, porque de
manera inesperada, había captado una serie de imágenes que sin duda procedían
de las mentes de sus hermanos. Estuvo a punto de exclamar “Demonios”, pero se
contuvo. Primero, porque aquello era propio de Sam, pero no de él. Y segundo,
porque lo que vio a pesar de ser confuso, no era agradable.
-
Aún no se ha levantado -- dijo Steven, pero Danny se abstuvo de
preguntar porque ya habían llegado a la entrada de la casa
-
¡Les dije que no…
Pero la mujer se detuvo mirando
a los visitantes con asombro, y sus ojos se abrieron hasta adquirir casi el
doble de su tamaño, al identificar al menor de los recién llegados.
-
¿Tú? -- dijo, aunque no era muy claro si era una
pregunta o una acusación -- ¿Qué haces aquí?
-
Yo también me alegro de ver que estás bien, madre --
dijo él
Mientras esto sucedía, la ira de
Vlad se reflejó claramente en sus ojos. Eve miró a la mujer como para que
recordara, que no era buena idea molestarla, en tanto que los Kriger como ya
habían sido advertidos, se limitaron a mirarla con disgusto.
Rose Weeler, miró al grupo sin
siquiera intentar disimular su disgusto, y ciertamente sin ninguna expresión de
alegría por volver a ver a su hijo adoptivo.
-
Espero que cualquier cosa que hayas venido a hacer, no demore mucho,
Raymond…
-
Demorará el tiempo que le parezca, señora -- la
interrumpió Vlad -- Y le sugiero no interferir.
En otras circunstancias, aquella
no habría sido manera de dirigirse a alguien en su propia casa, pero el
desagradable comportamiento de esa mujer, sumado al “dulce” carácter de Vlad,
había producido esa respuesta.
-
Vamos Danny -- le dijo Steven empujándolo hacia las
escaleras, pero él se detuvo y miró a sus acompañantes
-
Está bien -- le dijo Eve -- ve
con tus hermanos, nosotros te esperaremos en el Salón.
De modo que Danny subió con los
chicos. Al llegar a la habitación de Steven, se volvió y les preguntó sin
preámbulos.
-
¿Qué es lo que está sucediendo con Freddy?
Ellos volvieron a mirarse con
incomodidad, pero ninguno parecía animarse a decir nada.
-
Escuchen, sé que está en problemas, así que quiero saberlo ahora
mismo --
les dijo
-
¿Cómo sabes eso? -- preguntó David
Danny se armó de paciencia, y
posponiendo la necesidad de saber de su hermano mayor, procedió a contarles
todo. La noche anterior, cuando Eve y Vlad le dijeron que iría a ver a sus
hermanos, él preguntó si podría decirles la verdad, y aunque en un principio se
negaron, luego de mucho discutir y asegurarles que podían confiar en ellos,
finalmente habían accedido. De modo que ahora, y luego de haber consumido toda
la mañana refiriéndoles todo lo relativo a su procedencia y situación, los
chicos lo miraban con la boca abierta.
-
Pero Danny -- dijo Steven con precaución y mirando a su
hermano como si hubiese perdido el juicio
-- todo eso de magos, brujas y
Dioses mitológicos, son cuentos infantiles
-
En primer lugar, no soy un mago, soy un Arzhvael -- les
dijo --
y como ya les expliqué, la mía es una raza, no una condición. Y segundo,
y en cuanto a los Dioses, les aseguro que es cierto, lo he visto con mis
propios ojos.
Sus hermanos aún lo miraban
tratando de decidir si se burlaba de ellos, o si se había convertido en un loco
peligroso. Recordaron con dolorosa claridad, que su madre siempre había dicho
que Danny no era “normal”, pero dudaban mucho que se estuviese refiriendo a lo
que él acababa de contarles. Por su parte Danny, viendo todo lo que ellos
estaban pensando, decidió poner fin a aquel asunto de forma práctica. Estiró la
mano y una pequeña torre de libros, cuidadosamente apilada sobre la mesa que
servía de escritorio a Steven, flotó y fue a posarse sobre la cama. Luego y con
expresión de diversión, al ver las caras de los chicos, Danny hizo que un
violento fuego comenzara a consumir los libros y la colcha que cubría la cama,
para luego detenerlo y devolverlo todo a su anterior estado.
-
Bien -- dijo Danny
-- aclarado el punto, quiero que
me digan qué es lo que está sucediendo con Freddy, ahora mismo.
Aún estaban asombrados por lo
que acaban de ver, pero aún así Steven comenzó a hablar.
-
Hace tres de años, papá comenzó a comportarse de un modo extraño --
dijo
-
Cuando dices “extraño” a qué te refieres exactamente --
quiso saber Danny
-
Casi no lo veíamos, pero cuando lo hacíamos, generalmente estaba
malhumorado, nos gritaba por todo y…
-- el chico se detuvo y bajó la
cabeza
-
¿Y qué? -- preguntó Danny
-
Una noche lo vimos golpear a mamá
-- completó --
Pensamos que había sido producto del alcohol, porque unido a todo lo
anterior, después de un tiempo desarrolló una afición desmedida por éste. Pero
esto se repitió en varias oportunidades más.
Si bien era cierto, que aquella
mujer estaba muy lejos de ser para Danny, lo que una madre debía ser, durante
sus primeros años de vida y a pesar de su maltrato, él la había considerado
como tal. Y por encima de ello, era una mujer. De modo que sintió una rabia
feroz, al escuchar aquello.
-
Una noche, estábamos en la cocina terminando de cenar --
continuó -- y se presentó papá extrañamente temprano para
lo que acostumbraba, pero con el ya familiar olor a alcohol. Mamá se volvió y le dijo que por favor no lo
hiciera. Por supuesto, no entendimos a qué se refería, pero él enseguida nos
sacó de la duda, porque nos miró y dijo que se iba de casa.
-
¿Cómo? -- preguntó Danny sorprendido y extrañado,
porque recordó lo que su madre había dicho cuando él llegó hacía unas horas.
-
Esa fue una de las peores noches que podemos recordar --
siguió Steven -- Después que dijo eso, salió de la cocina y
subió. Mamá lo hizo tras él y después de unos minutos, lo hicimos nosotros.
Pero al llegar aquí arriba, escuchamos la discusión y el ruido de algo que
estrellaba contra la pared. Corrimos y entramos en la habitación en el momento
en que papá abofeteaba a mamá, y Freddy se metió para evitar que continuara
golpeándola. Él apartó a papá y yo sujeté a mamá y la alejé de él. Papá golpeó
entonces a Freddy y comenzó a gritarnos a todos que estaba harto de nosotros, y
que de ahora en adelante, tendríamos que ver cómo nos la arreglábamos porque él
no pensaba seguir haciéndose cargo de nosotros, que no éramos sus hijos y que
había cometido un grave error al adoptarnos.
Steven se detuvo cuando varios
objetos comenzaron a flotar alrededor de ellos, claro signo para cualquiera que
hubiese estado conviviendo con Danny los últimos años, de que la ira de éste
estaba en su punto máximo. Tuvo que hacer un gran esfuerzo, y fue una dura
batalla ganada en contra de su naturaleza, para detener aquello antes de que
comenzaran a estrellarse contra las paredes.
-
¿Qué sucedió después? -- preguntó
-
Danny…
-
¡Continúa! -- ordenó clavando los ojos en Steven
-
Después de eso se marchó, y por un tiempo no supimos de él. Cuando mamá estuvo más tranquila, nos explicó
que desde hacía un año papá tenía una relación con otra mujer, y cuando mamá se
enteró y le reclamó, comenzaron los pleitos, y aproximadamente un mes antes de
que se marchara de casa, había perdido su empleo. Freddy se vio obligado a
dejar la escuela para comenzar a trabajar, pero se negó a que yo lo
hiciera -- dijo Steven apenado -- Por
un tiempo, las cosas marcharon relativamente bien, mamá estaba muy deprimida,
pero no nos faltaba nada y estando papá ausente, había vuelto la tranquilidad.
Sin embargo, luego de un año, papá volvió. Freddy se indignó mucho porque mamá
decidió perdonarlo y aceptar que regresase. Nunca nos dio una explicación, y
mucho menos se disculpó por lo que había hecho o dicho, y desde entonces
comenzó a tratarnos como… -- el chico se detuvo y lo miró
-
Como me trataba a mí -- completó Danny
-
Sí -- reconoció Steven -- y
aunque en un principio intentó hacer las paces con Freddy, él no volvió a
hablarle. Nada de esto ha sido fácil
para nosotros Danny, pero quien peor lo ha llevado es Freddy, y desde hace seis
meses, fue él quien comenzó a tener un comportamiento extraño. Súbitamente se
compró un auto muy costoso y ropas caras, casi no había un día que no llegase
al amanecer e incluso no venía a dormir en muchas ocasiones. Las pocas veces
que estaba en casa, nos dimos cuenta que casi no comía, había perdido mucho
peso y se volvió irascible. Hace un mes, estuvo dos días sin aparecer y mamá casi
enloquece. No sabíamos dónde buscarlo, porque en principio cuando papá se fue,
él comenzó a trabajar en una fábrica de calzado, pero luego dejó eso y no hemos
sabido dónde o para quién trabaja. Cuando finalmente apareció, papá intentó
pedirle explicaciones -- en este punto, Danny pensó que aquel sujeto
no tenía moral para ello -- pero se armó un trifulca endemoniada y Freddy
terminó por golpear a papá, le dijo que él no tenía ningún derecho a reclamar
nada después de lo que había hecho
-- tal y cómo Danny ya lo había
pensado -- y luego se marchó. Al día siguiente envió a
alguien por sus cosas, y no lo hemos visto desde entonces.
-
¿Qué dices? -- preguntó Danny asombrado
-
No ha vuelto, sabemos que le mandó dinero a mamá, porque al mismo
tiempo nos envió una carta a David y a mí, diciéndonos que no nos preocupáramos
y que cuidásemos de mamá, pero después de eso nada más. Mamá le reclamó a papá
y le dijo que todo esto era su culpa, que si le pasaba algo a Freddy sería por
su causa. Pero papá le dijo que Freddy ya era un hombre, que dejara de
preocuparse por él y que esperaba que pronto nos largásemos nosotros también.
Obviando por un momento la rabia
que sentía en contra de Raymond Weeler, Danny se concentró en distintos cursos
de acción para encontrar a su hermano mayor, y asegurar el futuro de los otros
dos, pero en ese momento fue interrumpido por un mensaje de Vlad.
-
Danny, hemos impedido que esta
mujer haya subido a interrumpirte, pero dice que ya se pasó mucho la hora de la
comida ¿Qué quieres hacer?
-
¡Demonios! -- exclamó el chico
Steven y David, habían guardado
silencio mientras Danny parecía, según supusieron, estar ordenando la
información que le habían dado. Pero al escucharlo, lo miraron y por un momento
olvidaron lo que estaban pensando y sonrieron. Hacía mucho que no escuchaban
aquella expresión tan característica de Danny, no porque nadie más la usase,
sino porque en él, siempre había sonado diferente. Pero al minuto siguiente
recordaron que eso tenía dos posibles significados. O bien estaban en muchos
problemas, que era lo más seguro, o bien alguien más lo estaba. Aunque
eventualmente, también podía indicar sorpresa o disgusto. No sabiendo con qué
opción quedarse, solo lo miraron y esperaron. No tuvieron que esperar mucho,
aunque tampoco recibieron explicación alguna. Danny se dirigió a la puerta y ellos lo siguieron.
Llegaron al inicio de las
escaleras, y los dos Kriger estaban allí de pie.
-
¿Dónde están? -- preguntó Danny y estos señalaron la cocina
Los chicos entraron a ella, y
encontraron a Rose con cara de pocos amigos y a Eve y a Vlad, frente a ella.
-
¡Vaya! -- exclamó la mujer --
Hasta que por fin el señor se digna…
Calló al ver que Danny se
acercaba a ella. Ya no era el niño que se había ido hacía siete años atrás. Ya
había alcanzado casi la misma estatura de Freddy, que le llevaba cinco años.
Aquellos ojos que la cautivaron cuando lo vio por primera vez siendo un bebe,
ahora le produjeron cierto temor al sentir que la taladraban. Danny se detuvo
frente a ella, mientras Eve y Vlad se alejaban hacia el otro extremo.
-
Nunca me trataste como a un hijo
-- le dijo --
pero no olvido que aunque lo hicieras de mala gana, me cuidaste y a
excepción de amor, no me faltó nada más
-- la miró unos segundos, hasta
que la mujer se sintió incómoda -- Sabes perfectamente que amo a mis hermanos, y
que a pesar de tu escaso afecto, si me hubieses pedido ayuda, habría venido tan
pronto como me hubiese sido posible.
-
No, no lo habrías hecho -- dijo ella
-- ¿Qué podía importarte a ti, lo
que Raymond…
-
Ciertamente él puede irse al infierno
-- la interrumpió el chico --
pero mis hermanos me importan, y podría haber ayudado.
-
No podías hacer nada -- porfió ella
-
¡Oh vamos madre! -- dijo él
-- Tengo claro que no me quieres,
pero me conoces lo suficiente, como para saber que “no hacer nada”, no es mi
frase favorita.
Todos los presentes sonrieron
con disimulo, porque conocían de primera mano, la justicia de aquellas
palabras.
-
¿Qué podías hacer? -- preguntó ella tercamente -- Eres
un niño aún.
-
Aunque sea por una vez -- dijo él acercándose de nuevo --
mírame con atención madre, y es posible que cambies de opinión. Te
aseguro que habría hecho mucho más de lo que te imaginas.
Aunque Rose hubiese tenido ganas
de replicar, y no las tenía, al ver que en realidad no había nada en el
aspecto, la actitud y la expresión de los ojos de Danny, que indicaran que
fuese un niño, no habría podido decir nada más, porque en aquel momento
escucharon un grito.
-
¡ROSE!
Steven y David, miraron a Danny
con horror, mientras que Danny sonrió malignamente al reconocer la voz.
-
Apártense de la puerta -- les dijo a los chicos
-
¡Tienen que irse! -- dijo Rose con voz asustada
-
¿Y privarme de la diversión?
-- dijo Danny irónicamente -- Lo
siento, pero no puedo complacerte.
Eve pensó que independientemente
de lo que hubiese estado ocurriendo a esa familia, tal vez no era lo más
juicioso de parte de Danny, provocar un enfrentamiento con aquel desagradable
individuo. Mientras que Vlad sonrió internamente, y se preparó para un
espectáculo digno del hijo de Daniel Douglas. Cuando Raymond abrió la puerta y
se enfrentó a los odiados ojos violeta, sintió el violento deseo de borrarle de
un golpe la arrogante sonrisa, y echarlo a patadas de su casa, mientras avanzaba
con decisión hacia el chico.
-
Yo en tu lugar no haría eso, Raymond
-- le dijo Danny sin moverse, y sin perder la expresión
divertida
El hombre se detuvo en seco,
había olvidado la “extraña” capacidad que tenía aquel molesto niño, de parecer
estar al tanto de lo que los demás pensaban. Sin embargo, la prudencia no
parecía formar parte del carácter de aquel hombre.
-
¡Fuera de mi casa! -- le gritó
-- ¡No te quiero cerca de mi
familia! -- continuó gritando -- ¡Ni
a ti, ni a tus amigos! -- concluyó lanzándole una mirada de desprecio a
los Arzhaelíes que le fue devuelta, multiplicada
-
Pues eso no se va a poder
-- dijo Danny con
tranquilidad -- primero, porque aún no tengo ganas de irme, y
segundo -- dijo mirándolo fijamente --
porque tú y yo tenemos una cuenta pendiente.
-
¡LARGO! -- grito el hombre
-
Danny, por favor…
-
¡Cállate Rose! -- gritó ahora a su mujer, lo que fue un gran
error
-
Te sugiero -- dijo Danny acercándose y con una mirada
peligrosa -- bajar el tono cuando te dirijas a ella, al
menos en mi presencia.
-
¿Cómo te atreves, mocoso insolente?
Tal vez, solo tal vez, si aquel
individuo se hubiese tomado la molestia de conocer un poco a Danny, durante el
tiempo que lo tuvo cerca, habría aprendido a reconocer las señales de peligro.
-
Aquí lo que cabe preguntarse
-- dijo Danny en el tono pausado
que siempre anunciaba tormenta -- es cómo te atreves tú, a llamar “mi casa” y
“mi familia”, al lugar que sin ningún remordimiento abandonaste, y a los que
tan cobardemente trataste. Si tuvieras consciencia, algo que estoy seguro no
tienes, y vergüenza, que sería pedir mucho más aún, jamás te habrías atrevido a
regresar, y de haberlo hecho, sería para pasar el resto de tu miserable vida,
pidiendo un perdón que no mereces.
-
¡Niño estúpido! -- exclamó hirviendo de furia y levantando las
manos hacia Danny -- Te voy a…
Pero aquello ciertamente fue el
mayor error que podía haber cometido. Existía una pequeñísima posibilidad, de
que hubiese salido indemne de todo aquello, si se hubiese quedado callado y
quieto. Pero en cuanto levanto las manos, recibió un violento y bien dirigido
golpe en el estómago, que lo hizo doblarse para a continuación recibir otro en
la mandíbula.
Rose gritó, pero nadie entendió
lo que dijo. Los chicos estaban paralizados y Vlad había sujetado a Eve que
tuvo la intención de intervenir.
-
Tenemos que detenerlo, ese hombre…
-
Ese hombre -- la interrumpió Vlad --
debió ganarse eso, y no harás nada.
Raymond apenas había tenido
tiempo de enderezarse, cuando ya Danny lo tenía sujeto por las solapas de su
chaqueta.
-
¡Ya que no eres lo bastante hombre, como para golpear a tu mujer y a
tu hijo, al menos debes serlo para recibir esto! -- le
gritó
Y a continuación, para asombro
de Rose y del mismo Raymond, aunque no para los demás, apareció un tajo en el
rostro del hombre, que rápidamente comenzó a gotear sangre. Pero no conforme
con ello, Raymond comenzó a dar muestras visibles de estar asfixiándose.
-
¡Danny, basta por favor!
-- chilló Rose
Danny lo soltó propinándole un
empujón, y se apartó unos cuantos pasos.
-
Me das asco -- dijo mirándolo con desprecio -- y
francamente no vales la pena, como para que me tome la molestia de matarte.
Le dio la espalda y se dirigía
hacia los chicos, cuando éstos abrieron mucho los ojos. Danny estiró la mano, y
uno de los cuchillos de cocina que descansaba en el mesón, voló hacia ella. Con
la agilidad propia adquirida en sus entrenamientos de Vliegend, se volvió con
rapidez y puso el cuchillo en la garganta de Raymond deteniendo su absurdo
intento de atacarlo.
-
Eres un cobarde desgraciado, pero eso ya tú y yo lo sabemos -- le
dijo --
Quiero que te quede claro algo, y por tu propio bien haz el esfuerzo de
entender. Podría matarte limpiamente y nadie podría impedírmelo, pero como
dije, no vales la pena. Sin embargo, podría modificar mis intenciones si vuelvo
a enterarme que has levantado tus sucias manos en contra de tu mujer o de
cualquiera de mis hermanos, y no dudes que me enteraré. Así que te sugiero
recordarlo, porque si lo haces, no habrá lugar en la tierra donde puedas
esconderte.
Dicho esto, se retiró unos pasos
y lanzó el cuchillo a los pies de Raymond para luego volverse a sus hermanos.
-
Regresaré más tarde -- les dijo, y miró a los Arzhaelíes --
Vamos
-
Danny -- llamó David
-- pero…
-
Voy a buscar a mi hermano, y les juro que lo encontraré.
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