Ninguno lo es...

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viernes, 2 de mayo de 2014

LA MAGIA DE ARZHVAEL El Inicio - Cap. 57 -

CAP. 57  LOS HERMANOS…

Mucho antes de que partieran, Vlad se había reunido con Urs y con Anthony.  En la reunión de la noche anterior, él, Giulian e Iván, habían tenido una violenta discusión con Delos y Dorila que se oponían a aquella salida, pero Eowaz zanjó la cuestión, de manera que nos les quedó más remedio que aceptar su decisión. Sin embargo, hizo mucho hincapié en que debían prestar la mayor atención a la seguridad, según él, quien corría más peligro era Danny, y sin duda todos estaban de acuerdo en este punto. Nurión a quien perseguiría primero, sería al chico. Era lo bastante estúpido como para pensar que Danny representaba una amenaza mayor. Por esta razón Eowaz les dio órdenes específicas.
-         Es de suma importancia  --  les había dicho  --  que mantengan sus sentidos atentos, y de forma constante, desde el momento que abandonen Clever House. Y si se presenta cualquier emergencia, por pequeña que esta sea, no duden en enviar un alerta de inmediato.
Recordando esto, los Arzhaelíes y los Krigers antes desaparecer rumbo a su destino, concentraron toda su energía en aquietar sus respiraciones, y prepararse a percibir hasta el suave viento que movía las hojas.
Aparecieron en el extremo más alejado de una plaza, que a aquellas horas estaba desierta. Comenzaron a caminar hacia el que había sido el hogar de Danny, hasta los siete años. En un principio él se sintió emocionado, tenía muchos deseos de ver a Freddy, Steven y al pequeño David. Pero a medida que se acercaban, lo asaltó una preocupación.
-         Escuchen  --  dijo deteniéndose
-         ¿Qué sucede Danny?  --  preguntó Vlad, mientras los demás prestaban atención a sus alrededores
-         Verán, mis padres adoptivos no solían ser especialmente amables,   y bueno no…
-         No te preocupes Danny  --  dijo Eve  --  ya informé a todos que no debíamos esperar ser muy bien recibidos.
-         Bien  --  dijo el chico, sintiéndose menos culpable de llevarlos a un lugar donde no serían bien tratados.
Cuando divisaron la vivienda, el corazón de Danny comenzó a latir con violencia. Desde esa distancia podía ver que en el jardín frontal, estaban los chicos. Tuvo que hacer un gran esfuerzo por no correr. Llegaron a la entrada y una vez allí, Danny se quedó como paralizado, pero en ese momento David, que perseguía una pelota, se detuvo y miró al grupo con detenimiento hasta que sus ojos se toparon con los de Danny.
-         ¿Danny?  --  dijo con duda
El otro chico que estaba allí, abrió mucho los ojos.
-         ¿Danny?  --  repitió pero ya el más pequeño corría hacia la reja.
Danny había reaccionado al escuchar la voz de David, y había estirado la mano para abrir la pequeña reja de acceso, de modo que cuando el chico llegó hasta ellos, casi lo derriba en el abrazo.
-         No lo puedo creer  --  decía el niño  --  Has regresado.
Steven, se mostró igualmente emocionado.
-         Ya pensábamos que no te veríamos más  --  dijo
-         Prometí regresar  --  les dijo él, y luego precedió a las presentaciones  --  Supongo que recuerdan a la señorita  --  dijo señalando a Eve  --  su nombre es Eve, y es mi madrina  --  los niños la saludaron y ella les devolvió el saludo  --  Ellos son, Vlad Cornwall, Urs Ditznik y Anthony Gladstone.
Después de las presentaciones, y cuando estaban por comenzar a entrar, escucharon la voz de la madre que los llamaba.
-         No estará muy contenta  --  dijo Steven  --  nos dijo que no saliéramos con este frío
-         ¿Dónde está Freddy?  --  preguntó Danny, y no se le escapó que los chicos se miraron con incomodidad  --  ¿Qué sucede?
Danny se sorprendió, porque de manera inesperada, había captado una serie de imágenes que sin duda procedían de las mentes de sus hermanos. Estuvo a punto de exclamar “Demonios”, pero se contuvo. Primero, porque aquello era propio de Sam, pero no de él. Y segundo, porque lo que vio a pesar de ser confuso, no era agradable.
-         Aún no se ha levantado  --  dijo Steven, pero Danny se abstuvo de preguntar porque ya habían llegado a la entrada de la casa
-         ¡Les dije que no…   
Pero la mujer se detuvo mirando a los visitantes con asombro, y sus ojos se abrieron hasta adquirir casi el doble de su tamaño, al identificar al menor de los recién llegados.
-         ¿Tú?  --  dijo, aunque no era muy claro si era una pregunta o una acusación  --  ¿Qué haces aquí?
-         Yo también me alegro de ver que estás bien, madre  --  dijo él
Mientras esto sucedía, la ira de Vlad se reflejó claramente en sus ojos. Eve miró a la mujer como para que recordara, que no era buena idea molestarla, en tanto que los Kriger como ya habían sido advertidos, se limitaron a mirarla con disgusto.
Rose Weeler, miró al grupo sin siquiera intentar disimular su disgusto, y ciertamente sin ninguna expresión de alegría por volver a ver a su hijo adoptivo.
-         Espero que cualquier cosa que hayas venido a hacer, no demore mucho, Raymond…
-         Demorará el tiempo que le parezca, señora  --  la interrumpió Vlad  --  Y le sugiero no interferir.
En otras circunstancias, aquella no habría sido manera de dirigirse a alguien en su propia casa, pero el desagradable comportamiento de esa mujer, sumado al “dulce” carácter de Vlad, había producido esa respuesta.
-         Vamos Danny  --  le dijo Steven empujándolo hacia las escaleras, pero él se detuvo y miró a sus acompañantes
-         Está bien  -- le dijo Eve  --  ve con tus hermanos, nosotros te esperaremos en el Salón.
De modo que Danny subió con los chicos. Al llegar a la habitación de Steven, se volvió y les preguntó sin preámbulos.
-         ¿Qué es lo que está sucediendo con Freddy? 
Ellos volvieron a mirarse con incomodidad, pero ninguno parecía animarse a decir nada.
-         Escuchen, sé que está en problemas, así que quiero saberlo ahora mismo  --  les dijo
-         ¿Cómo sabes eso?  --  preguntó David
Danny se armó de paciencia, y posponiendo la necesidad de saber de su hermano mayor, procedió a contarles todo. La noche anterior, cuando Eve y Vlad le dijeron que iría a ver a sus hermanos, él preguntó si podría decirles la verdad, y aunque en un principio se negaron, luego de mucho discutir y asegurarles que podían confiar en ellos, finalmente habían accedido. De modo que ahora, y luego de haber consumido toda la mañana refiriéndoles todo lo relativo a su procedencia y situación, los chicos lo miraban con la boca abierta.
-         Pero Danny  --  dijo Steven con precaución y mirando a su hermano como si hubiese perdido el juicio  --  todo eso de magos, brujas y Dioses mitológicos, son cuentos infantiles
-         En primer lugar, no soy un mago, soy un Arzhvael  --  les dijo  --  y como ya les expliqué, la mía es una raza, no una condición. Y segundo, y en cuanto a los Dioses, les aseguro que es cierto, lo he visto con mis propios ojos.
Sus hermanos aún lo miraban tratando de decidir si se burlaba de ellos, o si se había convertido en un loco peligroso. Recordaron con dolorosa claridad, que su madre siempre había dicho que Danny no era “normal”, pero dudaban mucho que se estuviese refiriendo a lo que él acababa de contarles. Por su parte Danny, viendo todo lo que ellos estaban pensando, decidió poner fin a aquel asunto de forma práctica. Estiró la mano y una pequeña torre de libros, cuidadosamente apilada sobre la mesa que servía de escritorio a Steven, flotó y fue a posarse sobre la cama. Luego y con expresión de diversión, al ver las caras de los chicos, Danny hizo que un violento fuego comenzara a consumir los libros y la colcha que cubría la cama, para luego detenerlo y devolverlo todo a su anterior estado.
-         Bien  --  dijo Danny  --  aclarado el punto, quiero que me digan qué es lo que está sucediendo con Freddy, ahora mismo.
Aún estaban asombrados por lo que acaban de ver, pero aún así Steven comenzó a hablar.
-         Hace tres de años, papá comenzó a comportarse de un modo extraño  --  dijo
-         Cuando dices “extraño” a qué te refieres exactamente  --  quiso saber Danny
-         Casi no lo veíamos, pero cuando lo hacíamos, generalmente estaba malhumorado, nos gritaba por todo y…  --  el chico se detuvo y bajó la cabeza
-         ¿Y qué?  --  preguntó Danny
-         Una noche lo vimos golpear a mamá  --  completó   --  Pensamos que había sido producto del alcohol, porque unido a todo lo anterior, después de un tiempo desarrolló una afición desmedida por éste. Pero esto se repitió en varias oportunidades más.
Si bien era cierto, que aquella mujer estaba muy lejos de ser para Danny, lo que una madre debía ser, durante sus primeros años de vida y a pesar de su maltrato, él la había considerado como tal. Y por encima de ello, era una mujer. De modo que sintió una rabia feroz, al escuchar aquello.
-         Una noche, estábamos en la cocina terminando de cenar  --  continuó   --  y se presentó papá extrañamente temprano para lo que acostumbraba, pero con el ya familiar olor a alcohol.  Mamá se volvió y le dijo que por favor no lo hiciera. Por supuesto, no entendimos a qué se refería, pero él enseguida nos sacó de la duda, porque nos miró y dijo que se iba de casa.
-         ¿Cómo?  --  preguntó Danny sorprendido y extrañado, porque recordó lo que su madre había dicho cuando él llegó hacía unas horas.
-         Esa fue una de las peores noches que podemos recordar  --  siguió Steven  --  Después que dijo eso, salió de la cocina y subió. Mamá lo hizo tras él y después de unos minutos, lo hicimos nosotros. Pero al llegar aquí arriba, escuchamos la discusión y el ruido de algo que estrellaba contra la pared. Corrimos y entramos en la habitación en el momento en que papá abofeteaba a mamá, y Freddy se metió para evitar que continuara golpeándola. Él apartó a papá y yo sujeté a mamá y la alejé de él. Papá golpeó entonces a Freddy y comenzó a gritarnos a todos que estaba harto de nosotros, y que de ahora en adelante, tendríamos que ver cómo nos la arreglábamos porque él no pensaba seguir haciéndose cargo de nosotros, que no éramos sus hijos y que había cometido un grave error al adoptarnos.
Steven se detuvo cuando varios objetos comenzaron a flotar alrededor de ellos, claro signo para cualquiera que hubiese estado conviviendo con Danny los últimos años, de que la ira de éste estaba en su punto máximo. Tuvo que hacer un gran esfuerzo, y fue una dura batalla ganada en contra de su naturaleza, para detener aquello antes de que comenzaran a estrellarse contra las paredes.
-         ¿Qué sucedió después?  --  preguntó
-         Danny…
-         ¡Continúa!  --  ordenó clavando los ojos en Steven
-         Después de eso se marchó, y por un tiempo no supimos de él.  Cuando mamá estuvo más tranquila, nos explicó que desde hacía un año papá tenía una relación con otra mujer, y cuando mamá se enteró y le reclamó, comenzaron los pleitos, y aproximadamente un mes antes de que se marchara de casa, había perdido su empleo. Freddy se vio obligado a dejar la escuela para comenzar a trabajar, pero se negó a que yo lo hiciera  --  dijo Steven apenado  --  Por un tiempo, las cosas marcharon relativamente bien, mamá estaba muy deprimida, pero no nos faltaba nada y estando papá ausente, había vuelto la tranquilidad. Sin embargo, luego de un año, papá volvió. Freddy se indignó mucho porque mamá decidió perdonarlo y aceptar que regresase. Nunca nos dio una explicación, y mucho menos se disculpó por lo que había hecho o dicho, y desde entonces comenzó a tratarnos como…  --  el chico se detuvo y lo miró
-         Como me trataba a mí  --  completó Danny
-         Sí  --  reconoció Steven  --  y aunque en un principio intentó hacer las paces con Freddy, él no volvió a hablarle.  Nada de esto ha sido fácil para nosotros Danny, pero quien peor lo ha llevado es Freddy, y desde hace seis meses, fue él quien comenzó a tener un comportamiento extraño. Súbitamente se compró un auto muy costoso y ropas caras, casi no había un día que no llegase al amanecer e incluso no venía a dormir en muchas ocasiones. Las pocas veces que estaba en casa, nos dimos cuenta que casi no comía, había perdido mucho peso y se volvió irascible. Hace un mes, estuvo dos días sin aparecer y mamá casi enloquece. No sabíamos dónde buscarlo, porque en principio cuando papá se fue, él comenzó a trabajar en una fábrica de calzado, pero luego dejó eso y no hemos sabido dónde o para quién trabaja. Cuando finalmente apareció, papá intentó pedirle explicaciones  --  en este punto, Danny pensó que aquel sujeto no tenía moral para ello  --  pero se armó un trifulca endemoniada y Freddy terminó por golpear a papá, le dijo que él no tenía ningún derecho a reclamar nada después de lo que había hecho  --  tal y cómo Danny ya lo había pensado  --  y luego se marchó. Al día siguiente envió a alguien por sus cosas, y no lo hemos visto desde entonces.
-         ¿Qué dices?  --  preguntó Danny asombrado
-         No ha vuelto, sabemos que le mandó dinero a mamá, porque al mismo tiempo nos envió una carta a David y a mí, diciéndonos que no nos preocupáramos y que cuidásemos de mamá, pero después de eso nada más. Mamá le reclamó a papá y le dijo que todo esto era su culpa, que si le pasaba algo a Freddy sería por su causa. Pero papá le dijo que Freddy ya era un hombre, que dejara de preocuparse por él y que esperaba que pronto nos largásemos nosotros también.
Obviando por un momento la rabia que sentía en contra de Raymond Weeler, Danny se concentró en distintos cursos de acción para encontrar a su hermano mayor, y asegurar el futuro de los otros dos, pero en ese momento fue interrumpido por un mensaje de Vlad.
-         Danny, hemos impedido que esta mujer haya subido a interrumpirte, pero dice que ya se pasó mucho la hora de la comida ¿Qué quieres hacer?
-         ¡Demonios!  --  exclamó el chico
Steven y David, habían guardado silencio mientras Danny parecía, según supusieron, estar ordenando la información que le habían dado. Pero al escucharlo, lo miraron y por un momento olvidaron lo que estaban pensando y sonrieron. Hacía mucho que no escuchaban aquella expresión tan característica de Danny, no porque nadie más la usase, sino porque en él, siempre había sonado diferente. Pero al minuto siguiente recordaron que eso tenía dos posibles significados. O bien estaban en muchos problemas, que era lo más seguro, o bien alguien más lo estaba. Aunque eventualmente, también podía indicar sorpresa o disgusto. No sabiendo con qué opción quedarse, solo lo miraron y esperaron. No tuvieron que esperar mucho, aunque tampoco recibieron explicación alguna. Danny se dirigió  a la puerta y ellos lo siguieron.
Llegaron al inicio de las escaleras, y los dos Kriger estaban allí de pie.
-         ¿Dónde están?  --  preguntó Danny y estos señalaron la cocina
Los chicos entraron a ella, y encontraron a Rose con cara de pocos amigos y a Eve y a Vlad, frente a ella.
-         ¡Vaya!  --  exclamó la mujer  --  Hasta que por fin el señor se digna…
Calló al ver que Danny se acercaba a ella. Ya no era el niño que se había ido hacía siete años atrás. Ya había alcanzado casi la misma estatura de Freddy, que le llevaba cinco años. Aquellos ojos que la cautivaron cuando lo vio por primera vez siendo un bebe, ahora le produjeron cierto temor al sentir que la taladraban. Danny se detuvo frente a ella, mientras Eve y Vlad se alejaban hacia el otro extremo.
-         Nunca me trataste como a un hijo  --  le dijo  --  pero no olvido que aunque lo hicieras de mala gana, me cuidaste y a excepción de amor, no me faltó nada más  --  la miró unos segundos, hasta que la mujer se sintió incómoda  --  Sabes perfectamente que amo a mis hermanos, y que a pesar de tu escaso afecto, si me hubieses pedido ayuda, habría venido tan pronto como me hubiese sido posible.
-         No, no lo habrías hecho  --  dijo ella  --  ¿Qué podía importarte a ti, lo que Raymond…
-         Ciertamente él puede irse al infierno  --  la interrumpió el chico  --  pero mis hermanos me importan, y podría haber ayudado.
-         No podías hacer nada  --  porfió ella
-         ¡Oh vamos madre!  --  dijo él  --  Tengo claro que no me quieres, pero me conoces lo suficiente, como para saber que “no hacer nada”, no es mi frase favorita.
Todos los presentes sonrieron con disimulo, porque conocían de primera mano, la justicia de aquellas palabras.
-         ¿Qué podías hacer?  --  preguntó ella tercamente  --  Eres un niño aún.
-         Aunque sea por una vez  --  dijo él acercándose de nuevo  --  mírame con atención madre, y es posible que cambies de opinión. Te aseguro que habría hecho mucho más de lo que te imaginas.
Aunque Rose hubiese tenido ganas de replicar, y no las tenía, al ver que en realidad no había nada en el aspecto, la actitud y la expresión de los ojos de Danny, que indicaran que fuese un niño, no habría podido decir nada más, porque en aquel momento escucharon un grito.
-         ¡ROSE!
Steven y David, miraron a Danny con horror, mientras que Danny sonrió malignamente al reconocer la voz.
-         Apártense de la puerta  --  les dijo a los chicos
-         ¡Tienen que irse!  --  dijo Rose con voz asustada
-         ¿Y privarme de la diversión?  --  dijo Danny irónicamente  --  Lo siento, pero no puedo complacerte.
Eve pensó que independientemente de lo que hubiese estado ocurriendo a esa familia, tal vez no era lo más juicioso de parte de Danny, provocar un enfrentamiento con aquel desagradable individuo. Mientras que Vlad sonrió internamente, y se preparó para un espectáculo digno del hijo de Daniel Douglas. Cuando Raymond abrió la puerta y se enfrentó a los odiados ojos violeta, sintió el violento deseo de borrarle de un golpe la arrogante sonrisa, y echarlo a patadas de su casa, mientras avanzaba con decisión hacia el chico.
-         Yo en tu lugar no haría eso, Raymond  --  le dijo Danny  sin moverse, y sin perder la expresión divertida
El hombre se detuvo en seco, había olvidado la “extraña” capacidad que tenía aquel molesto niño, de parecer estar al tanto de lo que los demás pensaban. Sin embargo, la prudencia no parecía formar parte del carácter de aquel hombre.
-         ¡Fuera de mi casa!  --  le gritó  --  ¡No te quiero cerca de mi familia!  --  continuó gritando  --  ¡Ni a ti, ni a tus amigos!  --  concluyó lanzándole una mirada de desprecio a los Arzhaelíes que le fue devuelta, multiplicada
-         Pues eso no se va a poder  --  dijo Danny con tranquilidad  --  primero, porque aún no tengo ganas de irme, y segundo  --  dijo mirándolo fijamente  --  porque tú y yo tenemos una cuenta pendiente.
-         ¡LARGO!  --  grito el hombre
-         Danny, por favor…
-         ¡Cállate Rose!  --  gritó ahora a su mujer, lo que fue un gran error
-         Te sugiero  --  dijo Danny acercándose y con una mirada peligrosa  --  bajar el tono cuando te dirijas a ella, al menos en mi presencia.
-         ¿Cómo te atreves, mocoso insolente?
Tal vez, solo tal vez, si aquel individuo se hubiese tomado la molestia de conocer un poco a Danny, durante el tiempo que lo tuvo cerca, habría aprendido a reconocer las señales de peligro.
-         Aquí lo que cabe preguntarse  --  dijo Danny en el tono pausado que siempre anunciaba tormenta  --  es cómo te atreves tú, a llamar “mi casa” y “mi familia”, al lugar que sin ningún remordimiento abandonaste, y a los que tan cobardemente trataste. Si tuvieras consciencia, algo que estoy seguro no tienes, y vergüenza, que sería pedir mucho más aún, jamás te habrías atrevido a regresar, y de haberlo hecho, sería para pasar el resto de tu miserable vida, pidiendo un perdón que no mereces.
-         ¡Niño estúpido!  --  exclamó hirviendo de furia y levantando las manos hacia Danny  --  Te voy a…
Pero aquello ciertamente fue el mayor error que podía haber cometido. Existía una pequeñísima posibilidad, de que hubiese salido indemne de todo aquello, si se hubiese quedado callado y quieto. Pero en cuanto levanto las manos, recibió un violento y bien dirigido golpe en el estómago, que lo hizo doblarse para a continuación recibir otro en la mandíbula.
Rose gritó, pero nadie entendió lo que dijo. Los chicos estaban paralizados y Vlad había sujetado a Eve que tuvo la intención de intervenir.
-         Tenemos que detenerlo, ese hombre…
-         Ese hombre  --  la interrumpió Vlad  --  debió ganarse eso, y no harás nada.
Raymond apenas había tenido tiempo de enderezarse, cuando ya Danny lo tenía sujeto por las solapas de su chaqueta.
-         ¡Ya que no eres lo bastante hombre, como para golpear a tu mujer y a tu hijo, al menos debes serlo para recibir esto!  --  le gritó
Y a continuación, para asombro de Rose y del mismo Raymond, aunque no para los demás, apareció un tajo en el rostro del hombre, que rápidamente comenzó a gotear sangre. Pero no conforme con ello, Raymond comenzó a dar muestras visibles de estar asfixiándose.
-         ¡Danny, basta por favor!  --  chilló Rose
Danny lo soltó propinándole un empujón, y se apartó unos cuantos pasos.
-         Me das asco  --  dijo mirándolo con desprecio  --  y francamente no vales la pena, como para que me tome la molestia de matarte.
Le dio la espalda y se dirigía hacia los chicos, cuando éstos abrieron mucho los ojos. Danny estiró la mano, y uno de los cuchillos de cocina que descansaba en el mesón, voló hacia ella. Con la agilidad propia adquirida en sus entrenamientos de Vliegend, se volvió con rapidez y puso el cuchillo en la garganta de Raymond deteniendo su absurdo intento de atacarlo.
-         Eres un cobarde desgraciado, pero eso ya tú y yo lo sabemos  --  le dijo  --  Quiero que te quede claro algo, y por tu propio bien haz el esfuerzo de entender. Podría matarte limpiamente y nadie podría impedírmelo, pero como dije, no vales la pena. Sin embargo, podría modificar mis intenciones si vuelvo a enterarme que has levantado tus sucias manos en contra de tu mujer o de cualquiera de mis hermanos, y no dudes que me enteraré. Así que te sugiero recordarlo, porque si lo haces, no habrá lugar en la tierra donde puedas esconderte.
Dicho esto, se retiró unos pasos y lanzó el cuchillo a los pies de Raymond para luego volverse a sus hermanos.
-         Regresaré más tarde  --  les dijo, y miró a los Arzhaelíes  --  Vamos
-         Danny  --  llamó David  --  pero…
-         Voy a buscar a mi hermano, y les juro que lo encontraré.



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