CAP. 29 LA
MISION
Antes del amanecer los niños se
encontraban en el comedor listos para partir. Vlad bajó al último y Sam no pudo
dejar de notar las profundas ojeras, y aquella tos que no desaparecía.
Apenas verificaron que los niños
estuviesen correctamente alimentados, se prepararon para la salida. Pero antes de ello, Iván y Vlad se acercaron
a los gemelos.
-
Esto les pertenece -- dijo Iván mientras colocaba sobre los hombros de Danny una Skik,
y Vlad hacía lo propio con Sam
-
¿Qué? -- dijo Gail
-- Pero… pero… eso lo tienen los
Arzhaelíes
-
Lo sé Gail, pero estas pertenecieron a sus padres, les corresponden
por derecho propio -- aclaró Iván
Luego de esto, Iván envió un
mensaje.
-
Delos, estamos listos para salir
-- y los chicos vieron la ya
familiar esfera de luz, desaparecer
Escasos segundos después, llegó
la contestación.
-
Listos y en posición
Reunieron a los niños para una
última explicación.
-
Diandra y Mael -- les dijo Iván
-- Eve está a cargo de ustedes,
bajo ninguna circunstancia se separen de ella ¿está claro?
-
Sí -- dijeron ambos
-
Gail y Aderyn, vienen conmigo y la misma recomendación.
-
De acuerdo, papá -- dijo el chico
-
Y ustedes -- dijo mirando a los gemelos -- son
responsabilidad de Vlad. Sé que esto no les agrada mucho, pero tenemos prisa,
de manera que cierren los ojos.
Todos obedecieron, y unos
instantes después se sentían viajando a velocidades extremas, y con la conocida
sensación de mareo. Cuando todo volvió a
aquietarse y abrieron los ojos nuevamente, Danny soltó una maldición.
-
Para ser un individuo que se la pasa arriesgando el cuello sobre una
Glide --
dijo Diandra -- te muestras muy necio con esto.
-
No fastidies Di, no hay punto de comparación entre una Glide y un DIFLANIAD --
dijo el chico
Después de esto prestaron
atención al lugar. No se podía ver gran
cosa, primero porque era la hora previa al amanecer y aún estaba bastante
oscuro, y segundo porque aparentemente no había “nada” que ver. Unos instantes después vieron aparecer las
figuras de dos de sus personas menos estimadas, Delos y Dorila.
-
¡Ay, no! -- dijo Gail en voz baja --
Según escuché este viajecito no va a ser precisamente divertido -- se
quejó --
pero sumarle a esta mujer, es criminal papá
-
Gail -- dijo Iván en tono de advertencia y el chico
calló justo en el momento que éstos terminaban de aproximarse
-
Todos en posición -- informó Delos
-- podemos avanzar.
-
¿Dorila? -- preguntó Vlad
-
Peter y su escuadrón rodean el perímetro --
informó ella
-
Bien, regresa con ellos -- le dijo Iván, y luego se volvió hacia
Delos --
Vamos.
Gail y Danny se miraron,
evidentemente la compañía de Delos era menos grave, pero el menor de dos males,
seguía siendo un mal, pensaron. Sin embrago, guardaron prudente silencio.
Ya llevaban mucho tiempo
caminando, cuando Danny miró su reloj. Eran las nueve de la mañana, ya el sol
debía haber sido visible desde hacía mucho, pero apenas si había un poco de más
claridad que el momento de su llegada a aquel lugar. Aún así habían comenzado a
ver el paisaje, aunque en realidad no era que hubiese mucho que ver. Era una
extensión de tierras en las que no se veía nada, el suelo estaba cubierto por
una fina capa musgo y liquen pero nada
más. Hacía bastante frío y en algunos lugares, les parecía estar caminando por
un pantano. Llegados a un punto determinado, se detuvieron súbitamente. Eve aferró las manos de los niños, al igual
que Iván y Vlad.
-
Eisbär
-- dijo Vlad -- no
se muevan -- les ordenó a los gemelos.
-
Espera -- dijo Iván
-- no sabes cuántos son
-
No importa -- aseguró Vlad
-- solo los ahuyentaré
Iván se acercó a los gemelos que
no se habían movido tal y como Vlad les había ordenado.
-
¿Qué se supone que sea eso?
-- preguntó por lo bajo Danny
-
Osos -- respondió en forma automática Aderyn --
Osos polares
Unos minutos después escucharon
a Vlad
-
¡ELSUR!
-- y a continuación vieron como
se alzaban grandes lenguas de fuego
Por un momento los niños habían
pensado que era mucho escándalo por un oso, pero en cuanto las llamas
iluminaron el lugar, justificaron plenamente la preocupación. Aunque no habían
podido contar, vieron un gran número de osos, pero no como los imaginaban, sino
que alcanzaban la altura de Vlad y varias veces su complexión física. Gail le puso la mano en la boca a Aderyn,
justo a tiempo de ahogar el grito.
A pesar de que la visión del
fuego hizo retirarse un poco a los animales, hubo un par no muy convencido que
se resistía a retroceder.
-
¡DUWEN!
-- escucharon decir a Vlad
A continuación oyeron el ruido
algo muy pesado caer. Después de esto siguieron avanzando pero con los sentidos
muy alertas.
Había aclarado apenas un poco
más, cuando se detuvieron de nuevo. Esta vez los niños también lo percibieron.
Era un sonido lejano como de cascos, pero fue creciendo en intensidad a una
velocidad sorprendente, y sintieron la tierra vibrar bajo sus pies. Los mayores
miraron hacia los lados con preocupación.
-
No hay ni un maldito árbol
-- dijo Delos
-
Usa tu imaginación, necio
-- dijo Vlad y apunto a los
gemelos -- ¡ZWEVEN!
Los chicos sintieron un vacío en
el estómago al ser elevados en el aire sin previo aviso. Eve e Iván habían
hecho lo mismo con los otros. El ruido
se había hecho ensordecedor y en seguida vieron una manada enorme de bueyes que
venían a todo correr. Tardó algunos
minutos en pasar la estampida, y entonces pudieron volver a tierra, para
continuar su camino.
En medio de todo aquello, los
chicos también habían notado, que a cierta distancia los seguía un grupo
numeroso de Krigers, pero no hicieron preguntas. Sin embargo Danny no dejaba de
preguntarse, por qué sería necesaria una cantidad tan grande de personas.
Alrededor de la una de la tarde,
se detuvieron pero en esta ocasión para que los niños descansaran un poco y
comiesen algo. Y ahora Sam aprovechó para preguntar.
-
Vlad -- y él volteó a mirarla --
¿Dónde estamos exactamente?
-
En Kalaallit Nunaat -- le
contestó -- en el Círculo Polar Ártico.
-
¡Vaya! -- dijo Danny
-
Y el paisaje que están viendo y que verán, es de Tundra.
-
¿Y eso qué es? -- preguntó Danny
-
Desierto de hielo.
-
Con razón la “calidez” del clima.
-
No te quejes -- dijo Gail
-- tampoco es que en Develieng
veamos mucho el sol.
Después de la comida,
descansaron un rato mientras intentaban no perderse de nada que dijeran los
mayores, la cuestión era que no parecía que tuviesen mucho qué decir.
-
¿Cuántos Sinik, estimas que
nos tome llegar? -- preguntó Delos a Iván
-
Espero que no más de dos
-- le contestó -- no
me gustaría exponer a los niños tanto tiempo a estas temperaturas
-
¿Sinik? -- preguntó Diandra
-
En estas latitudes, las distancias se miden en Sinik --
dijo Iván -- que viene a ser “sueños”, esto es porque lo
que se toma en cuenta, es la cantidad de noches que dura un viaje. Así que no puede decirse que realmente sea
una distancia, ya que depende mucho del tiempo y la estación durante la cual se
realice.
Luego de esta breve explicación,
se prepararon para reanudar la travesía. A medida que avanzaban los niños
notaron que el suelo iba volviéndose más sólido, y en algunos lugares más
resbaladizos, por lo que los llevaban bien sujetos, hasta que se hizo
prácticamente imposible avanzar sin resbalar. De modo que los mayores apuntaron
hacia las botas de los niños, y a continuación de las suelas de éstas
parecieron salir una especie de ganchos muy pequeños, pero que evitaban
resbalones.
La oscuridad se hizo presente
con excesiva rapidez, y la temperatura descendió de manera perceptible. A pesar
de los gruesos abrigos que llevaban, sobre todo en el caso de las niñas,
sentían que el frío les entumecía el cuerpo.
-
Será mejor detenernos aquí
-- dijo Iván
Y los chicos agradecieron en
silencio aquella decisión. Aunque no se habían quejado ni una sola vez,
realmente estaban cansados y muertos de frío, con excepción de Gail y Mael, lo
que incomodaba mucho a Danny al sentirse más débil que sus amigos. Pero
mientras Vlad, Iván y Delos, trazaban el círculo mágico y encendían el fuego
alrededor, Eve les explicó la razón de aquella cualidad de los chicos.
-
En el caso de Gail, obviamente y aunque no sea aun vampiro ha heredado
ciertas ventajas, entre ellas la resistencia al frío -- les
dijo --
y en el caso de Mael, los Berserker poseen elevadas temperaturas
corporales y con ellas pueden contrarrestar el frío exterior.
-
Mala suerte “príncipe” -- dijo Gail con sorna
-
Sí sigues llamándome así, te aseguro que tu sangre vampírica no te
protegerá de que te rompa los dientes
-- le dijo Danny, y el otro rió.
-
La diferencia entre Gail y Mael, es que mientras Mael puede transmitir
su calor, Gail no porque su temperatura corporal es baja --
finalizó Eve
-
Bueno, al menos el cachorro puede ser útil en cambio tú no --
dijo Danny en forma vengativa mirando a Gail
Un rato después, y antes de
comenzar tomarse lo que les pareció una sopa muy fría, Iván los advirtió.
-
Tengan cuidado, parece fría, pero no lo está, si se apresuran a
beberla, terminaran con quemaduras, que les resultaran dolorosas cuando
regresemos a nuestro clima normal
-- les dijo
De modo que los chicos esperaron
un poco antes de beberla. Luego de la comida, levantaron las carpas donde
dormirían. Las niñas se despidieron y entraron a la suya, los chicos se
quedaron un poco más, pero luego fueron a dormir también.
Les pareció que recién acababan
de dormirse cuando fueron llamados para que se levantaran, aún así lo hicieron
sin protestar. Luego de asearse lo mejor que pudieron en aquellas
circunstancias, desayunaron y se prepararon para continuar.
La mañana transcurrió sin
mayores inconvenientes. Vieron de lejos algunas especies animales de la zona,
pero estos no se acercaron. Igual que el día anterior, se detuvieron para tomar
el almuerzo y descansar un poco, pero cuando se preparaban para continuar,
advirtieron que los mayores se pusieron alertas.
-
Tenemos compañía -- dijo Vlad
-
Y no creo que sea de la clase que puedas ahuyentar con el fuego --
agregó Delos mientras alertaba a los Kriger que los seguían.
-
¡Eve, los niños! -- gritó Iván justo en el momento en que un
destello de luz le pasaba rozando el hombro
Eve hizo que los niños se
tiraran al piso.
-
¡CLYPEUM CUSTODIVI!
-- lanzó sobre los chicos
El escudo protector sobre los
niños, apareció en el momento preciso, ya que los rayos comenzaban a llegar en
mayor cantidad, pero ese pequeño momento que empleó en protegerlos, le valió
que uno de los ataques le diera en un brazo.
-
¡Eve! -- gritó Danny e hizo intento de levantarse,
pero Mael y Gail se lo impidieron
-- ¡Esta herida!
-
No -- dijo Gail
-- es decir sí, pero eso no le
hará mayor daño
-
¿Cómo lo sabes? -- insistió él desesperado
-
Por su capacidad de regeneración
-- dijo Mael
No muy convencido Danny, se
tranquilizó un poco, pero sin perder de vista a Eve. Pero aquel enfrentamiento
duró sorprendentemente poco tiempo. Supusieron que los Kriger que los seguían
habían hecho un buen trabajo.
En cuanto el ataque cesó, los urgieron
a levantarse quitando el escudo.
Comenzaron a caminar
apresuradamente, pero un mensaje le llegó a Delos en ese momento.
-
Señor, no tenemos bajas -- escucharon la voz de
Jonathan -- y por
la forma del ataque y desaparición repentina, suponemos es una patrulla espía.
De modo que es probable que antes del anochecer tengamos más compañía -- y la imagen despareció
-
Maldición -- dijo Delos
-- demasiado pronto.
-
Sabíamos que podía ocurrir
-- dijo Iván --
Debemos darnos prisa.
A medida que avanzaban, el suelo
iba haciéndose más resbaladizo, pero ya no tenían problemas con el
desplazamiento.
Ya había oscurecido y se les
hacía sumamente difícil continuar, sin embargo, lo hicieron por un buen trecho
más. Mael había tomado de la mano a Samantha y a Aderyn, guiándolas para que no
tropezaran con nada.
-
¡Demonios cachorro! -- exclamó Gail
-- ¿Cómo haces para no tropezar?
Yo he estado a punto de caer varias veces
-
Es otra de las ventajas de su raza
-- dijo Iván --
tienen los sentidos muy bien desarrollados, especialmente, vista, oído y
olfato. En el caso de la vista son
nictálopes.
-
¿Qué cosa? -- preguntó Danny
-
Nictálopes, significa que poseen una capa de tejido situada en la
parte posterior de la retina, llamada Tapetum
Lucidum, que actúa como un espejo que refleja los rayos luminosos
incrementado la luz para los fotorreceptores y mejorando considerablemente la
visión en condiciones de escasa
luminosidad -- explicó y luego agregó -- si
miran sus ojos en este momento verán que brillan.
El chico levanto los ojos del
suelo y a los demás les pareció ver dos esmeraldas brillantes.
-
¡Wow! -- dijo Gail
-- Pareces un gato, cachorro.
-
¿Solo los Licántropos tienen esa cualidad? --
preguntó Diandra
-
Dentro del grupo de humanos, sí
-- dijo Iván -- en
el reino animal, está presente en aquellos que cazan de noche y precisan tener
buena visión en condiciones de escasa luminosidad. Sin embargo, esto puede
estar presente en un reducido grupo de humanos, es una condición genética, pero
es sumamente extraño, por ejemplo
-- y señaló hacia quien lideraba
el grupo en aquel momento -- Vlad.
-
¿De veras? -- preguntó Danny
-
Así es -- Iván sonrió
-- ¡Vlad! --
llamó
-
¿Qué? -- preguntó el aludido volviéndose ligeramente
-
Nada, olvídalo -- dijo Iván sonriéndole a los niños
Así como los ojos de Mael los
habían visto como dos brillantes esmeraldas, en los de Vlad vieron destellar
dos zafiros
-
Mira hacia otro lado Cornwall
-- dijo Delos
-
¿A estas alturas todavía te pone nervioso? --
preguntó Vlad con malignidad
Sin embargo, dejó las cosas
hasta allí para seguir poniendo atención al camino.
-
Genial -- dijo Danny
-
Pero tiene sus desventajas, al menos una que yo sepa --
continuó Iván
-
¿Cuál? -- esta vez fue Sam la que preguntó
-
Pueden ser sensibles a repentinos cambios de luz, de modo que en un
momento determinado, un rayo de luz intensa, puede dejarlos momentáneamente
ciegos -- les dijo
-
Mal asunto -- dijo Gail
-
Pero en líneas generales una condición muy útil --
finalizó Iván.
Continuaron el camino en
silencio, por un buen rato más, y habrían seguido otro trecho de no haber sido
porque comenzó a caer un fino granizo que ya sumaba mucha dificultad. De modo que se detuvieron, y repitieron la
operación de la noche anterior.
Sam prácticamente no comió, Iván
se fijó que ya el frío intenso había comenzado a dejar sus huellas, porque los
labios comenzaban a cuarteársele y la
piel tenía una sequedad acentuada. Lo mismo que Aderyn y Diandra. Gail se quitó la chaqueta y se la puso por
encima a Diandra, cuando vio que la niña comenzaba a temblar de forma
incontrolable, y unos momentos después, Mael hizo lo mismo con Aderyn. Sin
embargo, cuando Sam comenzó a dar muestras de frío extremo, se refugió en los
brazos de Iván, donde se quedó dormida.
Después que los niños estuvieron
acomodados en las carpas, Eve se acercó a Vlad.
-
¿Cómo te sientes? -- le preguntó
-
Bien, no te preocupes -- le dijo
-
Deberías descansar un poco.
-
Estoy bien Eve -- insistió
-- ve tú y duerme algo. Iván y yo
vigilaremos durante las primeras horas, y luego me quedaré con Delos.
-
Es decir, que esta noche tampoco piensas dormir --
dijo ella
-
En realidad no tengo sueño
-- le dijo sonriendo --
anda vete ya.
Ella iba a protestar, pero en
ese momento se acercó Delos con Iván.
-
Es muy extraño y no me gusta
-- venía diciendo Delos
-
No nos queda más remedio que esperar
-- dijo Iván
-
Aún me preguntó cómo se enteró tan pronto --
siguió diciendo Delos
-
Es evidente que sus espías hacen bien su trabajo --
dijo Vlad
-
Escucha lo que dices Cornwall
-- dijo de mal talante -- eso
supondría que tenemos un “infiltrado”, porque nadie más, aparte de nosotros, lo
sabía.
-
Pues por definición eso es lo que hace un espía, “genio” -- le
contestó Vlad
Iván intervino antes de que
comenzaran a discutir.
Al igual que el día anterior, a
los chicos les pareció que no habían dormido nada. Desayunaron y se pusieron en
camino. Pero no habían avanzado casi nada, cuando se detuvieron.
-
Bien -- dijo Delos
-- hasta aquí llego yo. Estaremos
aquí cuando regresen, pero recuerda
-- dijo mirando a Iván --
estaré atento, si lo necesitan…
-
Ya lo sé, gracias -- dijo Iván y se volvió hacia los niños --
Vamos, aun tenemos que alcanzar la cima.
Se despidieron de Delos, pero no
habían dado dos pasos, cuando recibieron aviso de los Kriger.
-
Nos atacan
-- escucharon la voz de Jonathan
Iván y Vlad asieron sus Gwialen,
pero Delos los detuvo.
-
¡No! -- exclamó
-- ¡Váyanse! Nosotros los
detendremos.
Ellos dudaron unos segundos,
luchando entre dejar a los Kriger enfrentándose a no sabían cuantos, y la
necesidad de cumplir con su misión.
-
¡Váyanse! -- los urgió Delos --
¡Ahora!
Iván asintió y se volvió hacia
los niños, que miraban con el corazón encogido el camino que tenían por
delante.
-
Prepárense a correr ¡Ya!
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