Ninguno lo es...

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viernes, 2 de mayo de 2014

LA MAGIA DE A-RZHVAEL El inicio - Cap. 36

CAP. 36  LOS VISITANTES

Ya se encontraban todos en la terminal, y poco antes de partir, mientras Iván conversaba con Peter, Vlad llamó aparte a Danny, Gail y Mael.
-         Necesito que me presten atención  --  les dijo
-         ¿Qué sucede?  --  preguntó Danny
-         Cuídense de los alumnos de Reinheit. Aunque Iván diga lo que diga, estos sujetos son defensores a ultranza de las más recalcitrantes ideas Nemhains ¿de acuerdo?
-         Pues espero no tener que verlos mucho  --  dijo Mael
-         Mientras no se metan con nosotros, todo estará bien  --  dijo Gail
-         Por favor, los creía más inteligentes  --  les dijo  --  Si a alguien no dejaran en paz, será a ustedes. En el caso de ustedes dos, sus apellidos son como una gran diana en el pecho, y en el tuyo  --  dijo mirando a Mael  --  en cuanto se enteren de que eres un Berserker, te perseguirán por deporte  --  hizo una pausa y luego continuó  --  No les estoy diciendo que corran a meterse en problemas, eso sería estúpido, solo les pido que tengan los ojos bien abiertos, y especialmente no permitan bajo ninguna circunstancia que ninguno de estos individuos se acerque a Sam.
-         ¡Demonios!  --  exclamó Danny  --  Como no tenemos bastante con los de la escuela, ahora tendremos que preocuparnos de estos también.
-         ¿No podías pedirnos algo más sencillo?  --  dijo Gail  --  No sé, algo así como que saliéramos a cazar un Dragón, o intentáramos robar el martillo de Thor, no, tenías que pedir imposibles.
-         No seas necio Gail  --  lo reprendió Vlad
-         Créeme Vlad, estas chicas ya atraen suficiente atención, especialmente Sam, así que…
-         Pues con mayor razón  --  Vlad bajó la voz y se acercó más a ellos  --  Lo que voy a decirles es algo que no puedo comprobar, pero según lo que se cuenta, estos indeseables secuestran a niñas descendientes de Arzhvaels poderosos, para reproducir, según sus retorcidas ideas una raza superior e invencible.
-         Pero algo así se sabría  --  dijo Mael  --  es decir, si han secuestrado niñas de familias importantes…
-         Se sabe Mael  --  lo interrumpió Vlad  --  el asunto es que no ha podido probarse, porque una vez que desaparecen, no vuelve a saberse nunca más de ellas.
Mientras escuchaba aquella espeluznante información, Gail tenía los ojos muy abiertos a causa del asombro, Mael una fría mirada de determinación, en tanto que Danny tenía la mirada clavada en su hermana, que en ese momento conversaba animadamente con sus amigas y con Enid que acababa de unirse al grupo.
-         Descuida  -- dijo Mael  --  la tendrán muy difícil.
-         Le sacaré los ojos al primero que se atreva a mirar a cualquiera de nuestras chicas  --  dijo Gail
-         ¿Danny?  --  llamó Vlad, extrañado de su silencio
-         No te preocupes Vlad  --  dijo con voz helada y sin dejar de mirar en dirección a Sam  --  para llegar a ella tendrán que matarme primero, y te aseguro que eso no será nada sencillo.
Vlad sonrió con satisfacción y les dijo que se fueran con sus compañeros, al ver que Iván se acercaba.
-         ¿Qué les estabas diciendo?  -- preguntó con desconfianza Iván al llegar junto a él
-         Lo que tú debiste decirles  --  reconoció él  --  Les advertía que se cuidaran de nuestros “amigos” de Reinheit.
-         Vlad, la idea de estos intercambios…
-         ¡Me importan un demonio las estúpidas ideas de los miembros del Consejo Escolar!  --  exclamó él  --  Tú y yo sabemos que esos sujetos son peligrosos.
-         Estás generalizando Vlad, y la mayoría son niños aún.
-         Después de los quince, ya no lo son y lo sabes bien  --  le dijo  --  ¿Cuándo dejarás de ser tan iluso Iván?
-         El día que perdamos completamente la fe en el género humano, ya podemos darlo todo por perdido  --  sentenció  él
En ese momento escucharon la sirena que indicaba la hora de la partida, y fueron a despedirse.

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Las niñas notaron que los chicos estaban desusadamente callados y con cara de preocupación, no prestaron demasiada atención a lo compañeros que entraron a su Salón a saludarlos, a menos que alguno se mostrara demasiado amable con alguna de ellas.  De modo que cuando cesó el ir y venir de gente, Sam los miró con detenimiento.
-         ¿Y bien?  --  preguntó
-         ¿Y bien, qué?  --  preguntó a su vez Danny
-         Aunque puedan pensar lo contrario  --  dijo Aderyn  --  no somos tontas. Después de que hablaron con Vlad, tienen cara de tragedia.
-         ¿Acaso no les dio suficientes ideas de cómo incordiar a todo el planeta en esta ocasión?  --  preguntó mordazmente Diandra
Los chicos se miraron durante unos segundos, y parecieron llegar a la misma conclusión.  Si aspiraban a tener un mínimo de éxito, debían hacer partícipes a aquellas “matas de terquedad”, de lo que sabían. De modo que las pusieron al tanto de todo cuanto les había dicho Vlad.
-         Pero eso es…  --  comenzó Diandra  --…es decir, no somos especies de laboratorio. Estas cosas no pueden suceder en realidad.
-         Sí pueden  --  dijo Aderyn  --  Y se llama Eugenesia.
-         ¿Qué?  --  preguntaron Danny y Gail
-         Significa “bien nacido” o “buena reproducción”  --  aclaró ella  --  es una filosofía que defiende la mejora de los rasgos hereditarios.
Viendo que los chicos la miraban con la misma cara que hubiesen visto a alguien que les hablaba en japonés, rodó los ojos y comenzó de nuevo.
-         Veamos ¿Qué es lo que defienden los Nemhains?  --  preguntó
-         ¿La raza?  --   aventuró Gail
-         Exacto, por tanto prohíben la unión con otras razas con el objeto de preservar la suya, porque la consideran mejor  --  continuó ella  --  Pero hay Läkares que han llegado más lejos y dentro de la misma raza, buscan a las personas más aptas, ya sea por su inteligencia, por su habilidad y poder, o por su ascendencia, para unirlos entre sí y obtener individuos superiores.
-         Pero eso es una locura  --  dijo Sam
-         Y la locura es aun mayor  --  dijo Mael  --  porque estos desgraciados, proponen como otro método para preservar su raza, el exterminio masivo de aquellos a los que consideran inferiores, o en algunos casos, peligrosos.
Guardaron silencio durante unos minutos, y luego Danny miró a las chicas.
-         ¿Podemos tener la esperanza de que se mantengan alejadas de estos sujetos?
-         Pero Danny  --  dijo Sam  --  No todos deben ser así.
-         Tal vez  --  dijo Gail  --  pero como no sabemos quien sí y quien no, mejor mantenerse al margen.
-         Gail, en cierta forma estaríamos actuando del mismo modo que ellos  -- dijo Aderyn  --  en menor escala, pero es un tipo de segregación también.
-         Samantha  --  dijo Danny acercándose a su hermana y tomándole las manos  --  eres lo único que me queda en el mundo, por favor, júrame que no te expondrás innecesariamente  --  y un brillo sumamente sospechoso apareció en sus ojos  --  No soportaría…
-         Danny  --  lo interrumpió ella colocándole un dedo sobre los labios  --  no lo haré, puedes estar tranquilo.
-         Gracias  --  le dijo abrazándola
Luego se puso de pie y miró a Aderyn y a Diandra.
-         ¡Oh, de acuerdo!  --  dijo Aderyn  --  Procuraremos no acercarnos a ellos.
-         Pero eso no incluye a nuestros compañeros de escuela, ni al resto de nuestros visitantes  --  dijo Diandra
-         Di, puedes explicarme  --  le dijo Danny  --  ¿Cuál es tu manía por hacerme la vida difícil?
-         ¡Ja! Si serás desvergonzado  --  dijo ella  --  Fueron ustedes los que se empeñaron en no dejarnos ni respirar el año pasado.
-         Escúchame Di, no estoy dispuesto…
-         ¡Me importa muy poco a lo que estés dispuestos o no, Daniel Douglas!  --  exclamó ella poniéndose de pie y mirándolos a los tres  --  ¡Y si vuelven a fastidiarme con lo mismo los enviaré directo a Edernez!
Dicho esto, salió dando un portazo.
-         Hermano  --  dijo Gail  --  harás que la “dulce criatura” nos mate a todos.
Aderyn y Sam se miraron y sonrieron, pensando que los chicos podían llegar a ser verdaderamente necios.

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Después de la presentación de los estudiantes de primer curso, la directora se puso de pie y les dio la bienvenida como de costumbre. Luego procedió a participarles el asunto de las visitas.
-         Este año Develieng, recibirá algunos estudiantes de intercambio  --  les anunció  --  Por esa razón las actividades académicas, no se iniciaran mañana, ya que habría sido muy problemático recibir a unos y a otros el mismo día.  Los nuevos alumnos llegaran mañana a en el transcurso de la mañana, y a la hora del almuerzo serán presentados al Colegio.
Hizo una pausa para esperar que se restableciera el orden, ya que se había suscitado una algarabía por la noticia de que al día siguiente no tendrían actividades.
-         En esta oportunidad recibiremos pocos alumnos, y en su mayoría, de los cursos superiores. Lo Colegios que nos visitan este año son: La Vallée, de Francia; Krasnava Reka, de Rusia; Pesteri, de Rumania;  Kebnekaise, de Suecia;  Akádimos,  de Grecia, y Reinheit, de Alemania.
En este punto los chicos se miraron, ya que habían albergado la esperanza de que no se presentaran.
-         Mañana notarán que ha sido levantada una edificación entre los edificios del Ala Oeste y el Ala Sur, es allí donde estarán alojados los extranjeros.  Esperamos que nuestros visitantes sean tratados con la cortesía correspondiente, y que todos ustedes los hagan sentir como en casa.
Después de la cena, Eirian se levantó de nuevo y le dio las indicaciones de costumbre, y luego los despidió.

A la mañana siguiente cuando los chicos bajaron a desayunar, se respiraba un aire de emoción anticipada por parte de la mayoría del alumnado. Por supuesto, esto no era compartido por los chicos.
-         Por favor  --  les dijo Aderyn  --  No irán a pasarse todo el año con esas caras largas.
-         Déjalos  --  dijo Diandra  --  así tal vez pierdan su muy discutible encanto, y las fastidiosas habituales dejen de molestarnos a nosotras por causa de ellos.
Danny y Gail la miraban con expresión de desconcierto, porque como la mayor parte de las veces, Diandra tenía la molesta costumbre, de hablar de modo que nunca estaban seguros de si los estaba insultando o no.
Mientras comían pasaron los Ansvarig repartiendo los nuevos horarios de clase.  Gail le echó un vistazo mientras comía, pero casi se atraganta con su cereal.
-         ¡Diablos!  --  exclamó cuando pudo respirar  --  Vaya manera de comenzar la semana.
-         ¿Por qué?  --  preguntó Danny, que ni se había molestado  --  ¿A quién tenemos?
-         Dos horas con Dorila  --  dijo Gail con pesadumbre
-         Por lo visto nuestra suerte no mejora  --  sentenció Danny
Cuando terminaron de comer, las niñas decidieron salir un rato al jardín, mientras que los chicos fueron por sus Glide.
Aquel lugar tenía una particularidad. Durante casi todo el año hacía frío, tenían un muy breve período de tiempo, que iba de junio a agosto, en que el sol apenas se asomaba de forma muy tímida en el cielo gris, pero el resto del tiempo, estaba nublado. Sin embargo en la época en que se encontraban, al menos no estaba nevando.
Caminaron hacia su lugar preferido y en seguida vieron a Arthur McFarlan, flotando por el lugar.
-         Hola Arthur  --  lo saludaron las niñas
-         Señoritas  --  les respondió él
-         ¿Qué haces tan lejos de tu lugar habitual?  --  le preguntó Sam
-         Decidí salir un rato para ver si lograba escribir algo.
-         ¿Y lo lograste?  --  le preguntó Sam
-         Mi inspiración parece haberse ido a otro lugar, señorita Douglas  --  le contestó
-         No estés triste por eso Arthur  --  lo consoló Aderyn  --  ya volverá
-         Gracias señorita McKenzie.
Diandra se abstuvo de decir nada, nunca se había sentido cómoda con aquellas charlas, pero la energía de aquel individuo parecía perseguirlas.  Se sentaron cerca de la ornamentada fuente en cuyo centro se alzaba una enorme figura que representaba a Thor. Pero apenas llevaban poco rato conversando cuando fueron desagradablemente sorprendidas.
-         Hola bonita  -- dijo una conocida y odiosa voz  --  ¿Qué tal las vacaciones?
-         ¿No tienes nada mejor qué hacer Lery?  --  preguntó Diandra con fastidio
El la miró durante unos segundos antes de hablar.
-         No quiero ser grosero, pero no te hablo a ti McKenzie  --  le dijo
-         Ah, pues es lamentable ver como fracasas en el intento  --  dijo ella
-         ¿Sabes?  --  dijo Lery mirándola en forma apreciativa  --  Si estuvieses un poco más arriba en la escala social, tal vez te consideraría elegible.
-         ¿Sabes?  --  dijo ella  --  Si tu tuvieras aunque solo fuera un gramo de cerebro, tal vez serías algo mejor que un simio
El chico la miró con odio manifiesto, y Sam vio el pensamiento formarse en su mente.
-         Cuidado Lery  --  le advirtió  --  Has tenido sobradas oportunidades para comprobar, que no es buena idea provocarme.
-         Vamos bonita, ya va siendo hora de que trates mejor a tu futuro esposo.
Sam rio de forma desagradable, y en su risa no había ni sombra de alegría.
-         He llegado a la conclusión, de que la costumbre Nemhain de no emparentar con otras razas, les ha afectado el entendimiento, y tú eres el mejor ejemplo de ello  --  le dijo
Lery dio un paso en dirección a Sam, pero Arthur se interpuso.
-         ¡Quítate de mi camino fracasado!  --  le gritó Lery
Pero las chicas abrieron mucho los ojos cuando la figura de figura de Arthur, por lo general etérea y casi completamente transparente, se oscureció y pareció aumentar de tamaño cerniéndose sobre el asustado chico.
-         ¿Sabías que puedo atormentar tus noches,  y hacer de tus días las horas más miserables de tu vida?  --  escucharon que le preguntaba, con una voz que nada tenía que ver con la pausada y monótona, que le habían escuchado hasta la fecha  --  Ahora lárgate y deja a las señoritas en paz.
Lery no necesitó que se lo repitieran y salió disparado de allí.  Cuando Arthur se volvió hacia las chicas, había recuperado su aspecto habitual.
-         Gracias Arthur  --  dijo Sam  --  y lamento lo que Lery te dijo.
-         Descuide señorita Douglas, nunca falta algún mal nacido como ese  --  y luego se alejó

Antes de la hora del almuerzo, ya se encontraban todos los estudiantes en el Comedor. Ninguno había visto llegar a los visitantes, por lo que no tenían idea de cómo lo habían hecho, ni la cantidad de los mismos. Sam había notado una ausencia en la mesa de los maestros y enseguida se lo hizo ver a los demás.
-         ¿Dónde está Delos?
-         ¿Y a quién le importa?  --  preguntó a su vez Gail
-         Mientras no esté cerca de nosotros  --  dijo Danny  --  por mí puede estar donde le plazca
Mael, más observador que los otros dos, notó que Sam realmente estaba preocupada.
-         ¿Qué sucede Sam?  --  le preguntó
-         Es que me preocupa su ausencia  --  dijo ella
-         ¿Qué?  --  preguntó Danny volviendo tan bruscamente la cabeza que se hizo daño en el cuello  --  Sam, te he dicho muchas veces que ese…
-         Me preocupa porque sabemos en realidad cual su principal ocupación  --  lo interrumpió  --  y cada vez que se ausenta, pienso que algo grave sucede y que los nuestros pueden estar en peligro.
Danny se sintió avergonzado y murmuró una disculpa. Pero Eirian había dado orden de hacer pasar a los visitantes, lo que lo salvó de mayor bochorno. La preocupación de Sam desapareció, al ver aparecer a Delos quien al parecer, era el encargado de guiar a los chicos.
Notaron que en realidad eran extraordinariamente pocos, cinco por cada país. Comenzaron las presentaciones, y prestaron atención.
El colegio francés, había enviado tres chicas y dos chicos. Los suecos eran cuatro varones y una sola chica, caso contrario del colegio griego, que eran cuatro chicas y un chico. Los rumanos y los alemanes eran puros hombres. Y en el caso de los rusos se trataba de tres varones y dos hembras.
Pero cuando presentaron a los estudiantes rusos, Diandra expresó sorpresa, y los demás voltearon a mirarla.
-         Los conozco  --  dijo para asombro de sus amigos 
-         ¿Cómo que los conoces?  --  preguntó Danny
-         Anastasia y Casander  Lébedev, son los hijos del Presidente del Consejo de Estado ruso  --  les informó  --  los conocí en uno de los últimos viajes que hice con  mis padres.
-         Bueno ahora ya sabemos el por qué de la presencia de los Kriger  --  dijo Gail
-         ¿Cómo?  --  preguntó Aderyn
-         Esta mañana mientras estábamos en las pistas, vimos a varios Kriger en el perímetro de la Escuela  --  les dijo  --  ahora ya sabemos la razón. Los hijos de un Presidente de Consejo de Estado, requieren protección.
Prestaron atención porque Eirian les estaba dando la bienvenida formal.
-         Bienvenidos a Develieng  --  decía en aquel momento  --  Esperamos que su estancia sea agradable, y que nuestros métodos de educación les resulten de provecho. Los alumnos de La Vallée y Kebnekaise, compartirán la mesa con los estudiantes del Ala Este.
Los chicos entendieron la razón para esta decisión, ya que entre ellos había un número superior de Elfos.
-         Nuestros visitantes de Pesteri y Akádimos, lo harán con los del Ala Sur.
Al escuchar esto, los chicos gimieron internamente.
-         Y el Ala Norte, recibirá en su mesa a nuestros amigos de Krasnava Reka y Reinheit  --  dijo señalando la mesa  --  Ahora pueden ir a ocupar sus lugares.
Mientras se acercaban, los chicos se miraron con resignación.
-         Lo dicho  --  murmuró Danny  --  nuestra suerte, no mejora
-         No solo no mejora  --  dijo Gail  --  en realidad empeora cada segundo 

En opinión de ellos, aquel año amenazaba con ser muy complicado.

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