Ninguno lo es...

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viernes, 2 de mayo de 2014

LA MAGIA DE ARZHVAEL El Inicio - Cap. 17 -

CAP. 17 Y PRIMER AÑO

Danny abrió los ojos y se encontró mirando a unos ojos grises. Trató de ubicarse, cosa que no le llevó mucho tiempo, porque ya había estado en varias ocasiones allí. Bien, se dijo, estoy en la enfermería, pero por qué. Estaba haciendo un rápido repaso mental, pero fue interrumpido.
-         ¿Cómo te sientes?  --  preguntó Eowaz
-         Bien, pero… ¿Qué hace usted aquí?  --  y diciendo esto giró un poco la cabeza.
Si bien no se sintió alarmado por encontrarse en la enfermería, sí lo hizo al ver en la cama de al lado a su hermana.
-         ¡Sam!  --  exclamó e hizo intento por levantarse
-         Tranquilo  --  dijo Eowaz sujetándolo por los hombros  --  ella está bien
Y en efecto en ese momento Sam giraba la cabeza hacia él.
-         ¿Qué sucedió?  --  preguntó Danny  --  ¿Por qué ella está aquí?  --  y de pronto recordó la carrera y que había visto caer a Gail  --  ¡Gail!  ¿Dónde está?
-         Cálmate o Genezing me sacará de aquí  --  dijo Eowaz
-         ¿Genezing?  --  preguntó Sam
-         Sí, es el Läkare  de Develieng  --  le contestó Eowaz
-         ¿Läkare?
-         Es el equivalente a un médico, Sam  --  dijo Vlad
En ese momento Danny vio que estaban todos allí, y su terror aumentó.
-         ¿Dónde está Gail?  --  volvió a preguntar
-         Aquí  --  escuchó la voz del chico
Verlo sentado en la cama de en frente lo tranquilizó un poco.
-         ¿Qué demonios sucedió?  --  con la tranquilidad había recuperado su mal genio
-         Aún no lo tenemos muy claro Danny  --  dijo Eowaz con honestidad  --  pero todo indica que tú y el señor Natchzhrer fueron atacados de alguna manera  --  vio el desconcierto en la cara del chico y continuó  --  ¿Sentiste algo inusual antes de caer de tu Glide?
-         ¿Me caí?  --  preguntó con extrañeza
Retomó sus pensamientos donde los había dejado al ser interrumpido por Eowaz, y poco a poco todos vieron como se formaba una tormentosa mirada en sus ojos.
-         Lery  --  dijo
-         ¿Recuerdas algo?  --  insistió Eowaz
-         Sí  --  dijo él  --  recuerdo que sentí como si me hubiesen golpeado con algo en la espalda, pero no recuerdo nada más ¿Qué sucedió después?
-         Según los testigos, saliste despedido de la Glide y chocaste contra un roble  --  le dijo el hombre
Danny movió con disimulo los brazos y las piernas, y llegó a la conclusión de que no tenía ningún hueso roto.
-         Bueno, por lo menos no me rompí nada  --  dijo
-         Claro, si no cuentas el hecho de que te fracturaste el cráneo, pues no  --  dijo Eve
-         ¡Demonios!  --  dijo el chico llevándose las manos a la cabeza
-         Pero estás bien, no te preocupes  --  le dijo ella
-         ¿Y Sam por qué está aquí?  --  y con una sombría mirada preguntó  --  ¿También fuiste atacada?
-         No  --  dijo la niña  --  la verdad no se qué sucedió, íbamos hacia donde se efectuaba la carrera y de pronto perdí el conocimiento.
Ambos miraron a Eowaz, esperando alguna explicación.
-         Verán, como ya deben saber, los gemelos tienen una conexión muy fuerte, sin embargo la de ustedes es mayor, porque sus padres utilizaron magia muy antigua para unirlos aún más, por lo tanto las simples leyes de la naturaleza no se aplican a ustedes, su conexión va mucho más allá de lo que nos es comprensible, qué tan unidos están, es algo que tienen que averiguar ustedes mismos. Por lo pronto lo único que sabemos con certeza, es que lo que afecta a uno físicamente, afecta al otro.
Los chicos asintieron, pero se guardaron de comentar que podían comunicarse en forma directa. Ya sabían que muchos Arzhvael eran capaces, como en el caso de Sam y de Iván, de penetrar en los pensamientos de los demás, pero para ello era necesario estar físicamente cerca de la persona. Sin embargo en el caso de ellos, podían hacerlo sin importar a qué distancia estuviesen.
Iván notó el rápido intercambio de miradas, pero no tuvo tiempo de captar nada, ya que en ese momento los interrumpió otra voz desde la puerta.
-         ¡Ah, ya despertaron!
Los chicos miraron hacia la puerta y un hombre de aspecto jovial venía entrando. Ya Danny lo conocía de sus anteriores visitas a la enfermería, pero Samantha no. No era muy alto, tenía el cabello castaño y los ojos verdes.
-         ¿Cómo se siente señorita Douglas?  --  preguntó
-         Bien  --  dijo la niña
-         Me alegro, ya puede salir de la cama entonces, e ir por sus cosas para partir a casa  --  le dijo
En ese momento Danny recordó que ese día comenzaba su semana libre. Genezing se volvió hacia él.
-         ¿Y usted señor Douglas?
-         Bien  --  contestó con rapidez  --  perfectamente bien.
-         ¿De veras?  --  preguntó el hombre risueño   --  Bueno tendré que decirle a las señoritas que están afuera, y que quieren pasar a verlo, que ya va  usted a salir.
-         Pues me hará un gran favor  --  dijo él
Sin embargo, Genezing se acercó y le revisó los ojos, le movió la cabeza en varias direcciones y finalmente le dijo que se incorporara. Se quedó mirándolo un rato.
-         ¿Alan?  --  llamó Eve
-         Debería permanecer al menos otro día en cama  --  dijo él
-         ¡NO!  --  dijo Danny
-         Pero lo puede hacer en casa  --  concedió él
El chico sonrió agradecido. Unos minutos después estaban listos para partir. Eve se había encargado de traer algunas de sus cosas, de modo que salieron de la enfermería rumbo a la Dirección.
-         ¿Por qué vamos a la dirección?  --  quiso saber Gail
-         Iremos a casa por el Dver  --  le dijo su padre
Aquello les pareció muy bien, ya que llegarían mucho más pronto. Entraron a la oficina de la Directora que estaba en compañía de Eowaz, quien se había adelantado mientras los chicos se alistaban.
-         Estamos listos  --  dijo Vlad
-         Gracias Eirian, por permitir que los llevemos a casa de esta forma  --  dijo Iván
Los niños comenzaron a entrar al Dver, pero escucharon claramente lo que le dijo la directora a Eowaz.
-         No lo olvides Eowaz, lo que ha de suceder, sucederá con o sin nuestro concurso  --  le dijo
-         Es posible mi señora  --  le dijo él  --  pero mientras pueda hacer algo, lo haré 
Luego de esto, terminaron de entrar al Dver y partieron.

Aquella semana se les hizo la más corta de sus vidas. A pesar de que Iván y Vlad fueron requeridos en varias oportunidades por Eowaz, trataron de pasar el mayor tiempo posible con los niños. Dos noches antes de partir, Sam entró al estudio e Iván y Vlad suspendieron su conversación.
-         ¿Puedo hablar un momento con ustedes?  --  preguntó la niña
-         Claro linda, pasa  --  le dijo Iván
-         ¿Estás bien?  --  preguntó Vlad
-         Sí, es solo que quería preguntar algo  --  dijo ella  --  En el orfanato, a veces organizaban paseos, y en una oportunidad nos llevaron a un viejo Castillo, en él vi a un fantasma  --  hizo una pausa esperando que dijeran algo, pero como no lo hicieron, prosiguió   --  él me dijo que si podía verlo era porque yo era una bruja. En Develieng he visto varios, pero intenté hablar con uno y pareció muy ofendido cuando le pregunté si era un fantasma, y estoy segura de que lo es  --  finalizó contrariada
-         Escucha Sam  --  dijo Iván  --  lo primero en lo que debes estar clara, es que todo en el universo es energía, en este momento tal vez resulte muy complicado para ti, pero con el tiempo irás asimilando estos conceptos. Por lo pronto, te basta con saber que una vez que nuestra energía deja el cuerpo físico, se une a la energía universal y continúa su camino. Pero hay ocasiones, en que esa energía por alguna razón no está preparada para continuar y se queda en los lugares que le son familiares.
-         Y eso es lo que los Firbolg llaman fantasmas  --  dijo Vlad  --  Y tú no eres una bruja, eres una Arzhvael, y por definición son cosas completamente diferentes.
La niña se quedó pensativa un momento.
-         ¿Cómo es la energía?  --  preguntó  --  Es decir, sigue siendo igual a lo que vemos antes de morir ¿o no?
-         Respondiendo a tu primera pregunta  --  dijo Vlad  --  lo más próximo para describir la energía es una esfera lumínica, es así como podríamos percibirla en su estado natural. En cuanto a lo segundo, una energía que se encuentre anclada a este plano, adoptará o será percibida por nosotros, con la forma que tenía antes de dejar su cuerpo físico. En Develieng, hay varias, algunas muy conocidas por todos, y otras no tanto. Eso se debe a que hay algunos que son comunicativos, mientras que otros simplemente se contentan con andar por ahí.
No estaban seguros de estar proporcionándole una información lo suficientemente clara y sencilla, cómo para que ella pudiese procesarla.
-         ¿Puede cualquier persona presentarse de esa manera?
-         De poder, puede  --  dijo Iván  --  pero lo ideal es que como te dije al principio, continúen su camino hacia donde se debe. Sin embargo, y obviando a las energías que se quedan por alguna razón, los demás podrían si es por alguna buena causa, pero no sería una presencia permanente como las que habitan en Develieng y algunos otros lugares, sino de forma discontinua  --  y al ver que la niña juntaba las cejas, explicó  --  eso quiere decir que sus apariciones serían breves.
-         ¿Podemos considerarlos entonces, buenos o malos?
-         De las dos formas  --  dijo Vlad  --  hay energía positiva y energía negativa, depende del grado de evolución de la misma. Por ejemplo, en Develieng hay dos especialmente irritantes, que se dedican a fastidiar a todo el que pueden, y por supuesto es imposible controlarlos.

- ¿Y por qué no nos han hablado de ello en la escuela?  --  quiso saber Sam

- Lo harán, lo que sucede es que habitan en un lugar al que no tienen acceso los alumnos de los primeros cursos  --  dijo Vlad  --  pero en cuanto comiencen cuarto, los informaran acerca de ellos, para que los eviten tanto como puedan.
Después de unos momentos y una pregunta rondando su cabeza, se decidió a hablar de nuevo.
-         ¿Mis padres podrían?
Ellos estaban esperando esa pregunta casi desde el inicio.
-         Es posible, pero no probable  --  dijo Iván  --  ellos poseían la suficiente preparación como para saber que debían continuar el camino de su evolución, linda. Sin embargo, y mientras la energía no decida volver a este plano con otro cuerpo, siempre podrá acudir a él si lo considera muy necesario.
Unos momentos después la niña les obsequió una sonrisa triste y se levantó para marcharse.
-         Sam  --  la llamó Iván y se acercó a ella  --  tus padres te amaron profundamente, y su presencia y su amor estará siempre aquí  --  dijo tocándole en el pecho  --  y nunca te abandonarán.
La niña sonrió con un poco más de ánimo y se retiró. Una vez solos, a Vlad le cambió la expresión.
-         Algún día alguien va a pagar muy caro toda esa tristeza  --  dijo Vlad
-         Y probablemente sean ellos mismos los que cobren esa deuda  --  agregó Iván

El año siguió su curso, los chicos de alguna manera lograron llegar al final del mismo, con un record de calificaciones aceptables.  Lery continuó siendo igual de desagradable, aunque cada vez que intentaba algo en contra de ellos, le iba bastante mal.  Diandra y Danny, continuaron sus constantes pleitos, cosa que los demás terminaron por aceptar como otra realidad de la vida, mientras que Mael, se integró al grupo de manera firme, y aunque seguía siendo un chico silencioso, de vez en cuando se lo veía sonreír en compañía de sus amigos.
Delos seguía castigando a Danny por lo menos una vez a la semana. En tanto que el profesor Fysisk había dejado muy claro, que no sentía el más mínimo aprecio por él.
Sam en sus frecuentes escapadas, para no estar presente cuando su hermano y Diandra iniciaban alguna de sus batallas verbales, había entablado “amistad” con la energía de un caballero triste que solía pasearse por el jardín del Ala Norte. Su nombre, según le había informado él mismo, era Arthur McFarlan, y generalmente se lo veía con un libro en las manos. Después de muchas, y muy largas charlas, había averiguado que aquel sujeto había sido en vida un poeta. Pero hasta la fecha, aún no sabía el motivo de tanta tristeza.
Antes de finalizar el año, los niños recibieron invitaciones de sus amigos para que los visitaran durante las vacaciones, de modo que quedaron en pedir autorización para ello.
De ese modo llegaron la final de su primer año, y cuando partieron, realmente sintieron que echarían de menos los días en la escuela.

Cuando el Develieng Skik atracó, todos se apresuraron a bajar y apenas entraron en la terminal, Sam corrió a los brazos de Iván. A pesar de que era una de las que echaría de menos la escuela, estaba realmente muy contenta de volver a casa.

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