Ninguno lo es...

Ninguno lo es...

viernes, 2 de mayo de 2014

LA MAGIA DE ARZHVAEL El Inicio - Cap. 18 -

Cap. 18  VACACIONES

Las vacaciones de aquel año fueron muy divertidas ya que los Natchzhrer llevaron a los niños de visita a la casa de sus amigos. Resultó que los adultos conocían al señor McKenzie, aunque no eran grandes amigos. Sin embargo, esto hizo que la visita resultara mucho más agradable. Cuando llegaron a casa, Eve les explicó que los McKenzie también eran una de las familias más antiguas, pero residentes en Escocia. Esto despertó la curiosidad de Danny y Sam acerca de los demás Arzhvaels en el mundo.
-         Entonces, hay más Arzhvaels  --  dijo Danny  --  quiero decir, en otras partes del mundo
-         Por supuesto  --  dijo Vlad --  están diseminados por todo el mundo, aunque lógicamente la mayor concentración se encuentra en Helgard, Escocia, Inglaterra y Francia. Pero en Alemania y Austria, hay un número bastante grande también.
-         ¿Solo en esos lugares?  --  preguntó Sam
-         No, como dijo Vlad están por todo el mundo, solo que en esos lugares es donde hay más  --  aclaró Iván
El día de su octavo cumpleaños, Danny recibió una enorme sorpresa. Cuando destapó el último de sus regalos, se encontró con una Glidebryter. Miró emocionado a Iván, pero antes de atreverse a preguntar, miró a Eve quien se esforzaba en mirar a otro lugar.
-         ¿Esto quiere decir que ya puedo entrar al equipo?  --  preguntó por fin
-         Eso quiere decir  --  dijo Eve  --  que finalmente Vlad terminó por hacer que Iván perdiera el juicio  --  concluyó con acidez
Danny miró a Vlad que sonreía con satisfacción, y por último a Gail que tenía la boca abierta.
-         Entonces ¿yo también?  --  preguntó el rubio
-         No puedo seguir impidiéndoselos  --  dijo Iván  --  pero quiero su promesa de que serán juiciosos.
-         Eso es una contradicción del tamaño del bosque de Erin  --  dijo Eve  --  les das un instrumento que los hará pasar más tiempo en la enfermería que en las aulas de clase, y les pides juicio. ¡Ja!
-         Te lo prometo  --  dijeron los chicos al mismo tiempo, e ignorando a Eve
Ese día, y a pesar de las bajas temperaturas, los niños pasaron casi toda la mañana en compañía del “irresponsable” de Vlad, como dijo Eve, volando en sus Glide.
Esa tarde llegaron los amigos de los chicos para la celebración del cumpleaños de los gemelos. Pasaron una tarde muy divertida, pero los McKenzie debían irse temprano, porque como les explicaron a sus amigos, ese era el día de Yule, y tenían su propia celebración en casa.
En la noche, luego de que ya se habían quedado solos, Sam y Danny preguntaron qué era Yule. Eve les explicó que era una antigua tradición celta para celebrar el Solsticio de Invierno, pero no les dio más explicaciones.
Después de año nuevo, recibieron la invitación de los Berserker para ir a visitarlos. Esto requirió de un viaje mucho más largo, ya que ellos residían en Noruega. Mael vivía con su padre,  había perdido a su madre a la edad de cuatro años. El señor Berserker era muy diferente a su hijo en algunos aspectos. Era un hombre alto y decididamente apuesto, y sin duda Mael había heredado los brillantes ojos esmeralda de él. Otra semejanza entre padre e hijo,  era lo taciturno del carácter. Sam pensó que quizá se debía a la pérdida de su esposa. Aún así los recibió con mucha cortesía y hospitalidad. Los Berserker vivían en un antiguo castillo a orillas de un lago, que al menos en esa época estaba congelado.  Se divirtieron mucho la semana que pasaron allí y les apenaba dejar a Mael en aquella soledad de nuevo.
-         Papá  --  le dijo Gail a Iván la noche antes de partir  --  ¿No podríamos invitar a Mael a quedarse con nosotros el resto de las vacaciones?
Iván los miró durante unos segundos, aunque había sido Gail el que había hecho la petición, pudo ver la súplica en los ojos de los otros dos chicos.
-         Bueno, déjenme ver qué puedo hacer  --  les dijo
Gail y Danny sonrieron con entusiasmo y Sam se lanzó al cuello de Iván.
-         Calma, calma  --  les pidió él  --  aún no es un hecho, debo hablar con su padre a ver qué opina de esto ¿bueno?
-         Sé que lo convencerás  --  dijo Danny con convicción
-         Para algo debe servir el control mental ¿no?  --  agregó Gail
-         Te aseguro que no para esas cosas Gail  --  dijo Iván
-         Claro que no  --  dijo Sam y sonrió de forma pícara  --  bastara con tu encanto personal.
Eve y Vlad que habían estado observando el asunto en silencio, prorrumpieron en sonoras carcajadas.
Ciertamente Iván no tuvo mayores inconvenientes para convencer al señor Berserker de conceder el permiso, de modo que Mael regresó con ellos a Allia.
La noche de su llegada y mientras cenaban, Mael se quedó mirando a Iván. Este, y sin siquiera haber levantado la mirada, captó de inmediato los pensamientos del niño, pero cuando alzó la mirada, se encontró con los ojos suplicantes de Sam. De modo que le fue sencillo concluir que lo que él sabía, ella lo sabía también desde hacía tiempo.
-         Señor Natchzhrer  --  dijo Mael  --  hay algo que debo decirles.
-         Te escuchamos   --  le contestó él
-         No dejes que haga esto  --  escuchó Iván que le pedía Sam
-         ¿Por qué? ¿Acaso eso cambia en algo las cosas?  --  le dijo él
Los demás ajenos a este diálogo, miraban con curiosidad a Mael, cuya habitual expresión de tristeza se había acentuado aún más.
-         Primero quiero disculparme con ustedes  --  dijo mirando a sus amigos  --  esto es algo que debí decirles antes.
Pero mientras Gail y Danny tenían expresión de desconcierto, Sam había bajado los ojos y una silenciosa lágrima corría por su mejilla.
-         No tienes nada por lo cual disculparte Mael  --  dijo la niña, aún sin levantar los ojos  --  no sucede nada malo contigo.
Mientras los adultos sonrieron de forma imperceptible, los niños estaban terriblemente confundidos.
-         Gracias Sam, pero…  --  comenzó Mael, pero se detuvo al encontrarse con los ojos de la niña  --  lo sabes ¿no es cierto?  --  y ella asintió
Ya Danny había tenido suficiente, y no siendo conocido por su paciencia, explotó.
-         Acábenla de una vez  --  dijo  --  ¿qué demonios sucede?
-         Es que yo soy un Licántropo  --  dijo el chico 
Danny y Gail lo miraron durante unos segundos.
-         ¿Y?  --  dijeron casi al mismo tiempo
Ahora los adultos sonrieron de forma abierta, mientras que Mael los miraba con extrañeza. A pesar de que los Licántropos, al menos los auténticos, no podían ser Arzhvaels, los Berserker lo eran porque uno de los antepasados de Mael se había unido a una Arzhvael y esto les daba derecho a los descendientes a partir de esa generación a ser considerados y aceptados como Arzhvaeles, aunque algunos de los más recalcitrantes miembros de la raza sentían y expresaban rechazo por ellos.
-         ¿No les importa?
-         Veamos  --  dijo Danny  --  ¿Por qué habría de importarnos? Tú eres nuestro amigo sin importar lo qué seas ¿de acuerdo?
-         Y por si no lo has notado  --  dijo Gail  --  yo tendría mucho menos qué decir, ya has visto cómo reaccionan algunos imbéciles en la escuela ante mi apellido.
-         Sin embargo, tu caso es diferente  --  dijo el chico  --  realmente tú no eres un vampiro, no es que me importe, pero en realidad no lo eres.
-         Pues al igual que Danny, me importa un demonio lo que seas o no, no dejaras de ser nuestro amigo por eso, así que quita la cara de estúpido  --  finalizó
-         ¡Gail!  --  exclamó escandalizada Sam  --  Se te está contagiando el “dulce” carácter de mi hermano.
Iván, Eve y Vlad que habían seguido la conversación en silencio, no aguantaron y comenzaron a reír. Pero ellos no les prestaron atención.
-         Además  --  continuó Gail, que parecía aun molesto por la suposición de Mael de que aquello les importaría  --  por lo que sé de los Licántropos, tu pareces cualquier cosa menos uno.
-         ¿A qué te refieres?  --  preguntó Danny
-         Pues a que suelen ser altos y fornidos, poseen una fuerza extraordinaria, y tú mi amigo  --  dijo mirando a Mael  --  estás lejos de esa descripción.
-         Y tú, chico “brillante”  --  intervino Sam  --  harías bien en recordar cómo barrió a Lery y a sus amigos él solo.
-         ¡Ey, Ey!  --  dijo Iván al ver que estaba por iniciarse una batalla verbal entre aquellos dos  --  Gail, sin duda Mael es lo que dice ser. Por definición todos los Berserker lo son. Lo que sucede es que solo tiene ocho años, de modo que aún no ha desarrollado todas sus capacidades físicas.
-         Pero yo en tu lugar  --  dijo Vlad disimulando muy mal una sonrisa  --  me andaría con cuidado y no lo haría molestarse, porque si como dice Sam, a estas alturas ya acabó con más de uno él solo, calcula lo que podrá hacer cuando crezca un poco.
Pero Sam miró a Iván con curiosidad.
-         ¿Dijiste “todos” los Berserker?  --  le preguntó
-         Así es. Verán, los Berserker eran guerreros de élite y componían la guardia personal de los monarcas vikingos por las especiales habilidades que les confería su condición de Licántropos. Eran conocidos por su ferocidad en combate y su indiferencia al dolor. Además de poseer una fuerza extraordinaria, y un sentido del oído y el olfato que les permitía detectar cualquier sonido por imperceptible que este fuera, e identificar los lugares y a las personas solo por su olor. Nunca iban en un número mayor a doce, pero su sola presencia bastaba para ahuyentar a los enemigos debido al terror que producían 
-         ¡Wow!  --  dijo Gail
-         ¡Genial!  --  expresó Danny
-         Quizá Mael no posea aún todas las características físicas de un Berserker, pero sí tiene algunas que lo identifican  --  continuó Iván  --  Por ejemplo, su piel pálida, el verde esmeralda de sus ojos que probablemente cambia según su estado de ánimo, y aunque no lo he visto, debe poseer una marca de nacimiento  --  concluyó
Mael subió la manga de su camisa y les mostró una marca en forma de hoz que había en su antebrazo izquierdo.
-         Esta es la marca de mi familia  --  les dijo
-         Y déjenme decirles, que han hecho un amigo para toda la vida  --  les dijo  --  porque entre sus características está la de amar incondicionalmente y ser enormemente fieles  --  finalizó con una sonrisa
-         Bueno  --  dijo Danny  --  definitivamente soy un sujeto afortunado.
-         ¿Por qué?  --  preguntó Gail
-         Míralo de este modo. Duermo en la misma habitación con un Licántropo y un individuo al que todos creen un vampiro. De modo que los muy infelices pensaran que uno o ambos, me han atacado y ahora yo seré cualquiera de las dos cosas, por lo que se lo pensaran muy bien antes de meterse conmigo.
Gail le propinó un golpe en las costillas y Mael le lanzó un trozo de pan.
-         Eso no será lo que los detenga  --  dijo Sam  --  ya te has encargado tú mismo de alejarlos con tu muy personal mal genio.
-         Bueno  --  dijo Gail mirando a Mael  --  ahora solo resta esperar a que crezcas “cachorro”,  luego de eso no tendremos que preocuparnos por nada, ya que tú solo nos defenderás a todos.
La cena terminó en carcajadas. Los adultos estaban muy satisfechos de las conductas de los niños y Mael estaba muy feliz con sus amigos.

Llegó el momento de volver a la escuela. En esta ocasión, y aunque les pesaba dejar el hogar, los chicos estaban mucho más entusiasmados. Al llegar a la terminal y a diferencia del año anterior, muchos de sus compañeros se acercaron a saludarlos. Entre los que se acercaron, venían todos los McKenzie.
Mientras esperaban que sonara la estridente alarma que anunciaba la partida, Sam conversaba con Diandra y con Aderyn. La primera les contaba acerca del viaje que había hecho con sus padres, pero que a pesar de haberlo disfrutado, las había echado mucho de menos. Justo en ese momento, la alcanzó “algo” en la cabeza y se giró molesta.
-         Tenías que ser tú Daniel  --  dijo con ira  --  ciertamente tú eres la única “cosa” que no extrañé.
Los chicos se miraron y suspiraron con resignación. Si habían esperado que por algún extraño milagro, aquellos dos se llevaran mejor después de un par de meses sin verse, no podían estar más equivocados.
La alarma sonó y los niños comenzaron a despedirse apresuradamente. Sam se despidió de Vlad y de Eve, y por último de Iván, de quien pensó que siempre le costaría separarse.
-         Ya lo sabes linda, si me necesitas solo tienes que llamar ¿de acuerdo?
-         De acuerdo  -- le dijo ella
Subieron al Skik y se apresuraron a ir a la cubierta, dieron una última despedida a sus parientes y entraron a buscar sitio. En esta ocasión su Salón estaba bastante lleno, a diferencia del año anterior. Por esta razón cuando Lery se asomó por allí, tuvo que marcharse muy de prisa. No obstante, otros compañeros pasaron a saludar, algunos se quedaban un rato y otros solo se asomaban un momento, pero con tanta actividad, el viaje se les hizo mucho más corto.
Cuando llegaron a Develieng Folk, se colocaron sus abrigos o capas de viaje, y se apresuraron hacia los Bil. Sin embargo al llegar a ellos, tuvieron que dividirse, porque éstos solo tenían capacidad para cuatro personas. De modo que  con las chicas se subió Enid, una Elfa que iba a su mismo curso, y con los chicos, Mathew, otro compañero de curso.
Esta vez, entraron al Comedor y se fueron directo a su mesa, a esperar la presentación de los alumnos de primer curso, y luego escucharon con impaciencia, en el caso de los chicos que morían de hambre, el discurso de bienvenida de Eirian, y finalmente comenzaron a cenar.

Como era de esperarse, ese año las clases estaban siendo más difíciles, pero eso no hacía que Gail y Danny se entrenaran con menos ahínco para las pruebas.
Una noche llegaban con retraso a la cena, porque habían estado en las pistas. Por su actitud, Sam notó que venían discutiendo.
-         Te digo que los vi  --  decía Gail
-         Tal vez necesitas gafas compañero  --  le contestó Danny
Por un momento, Sam pensó que tal vez hablaban de alguna de las energías que vagaban por la escuela, pero eso no tendría sentido porque ya todos las habían visto.
-         Como no es bastante molesta tu presencia  --  dijo Diandra mirando con hostilidad a Danny  --  encima de todo ahora tenemos que soportarte sucio y sudado a la hora de comer.
-         Déjame en paz Diandra  --  dijo Danny  --  ni que te estuviera pidiendo que me abrazaras.
Diandra enrojeció violentamente y se puso de pie.
-         Ni aunque mi vida dependiera de ello, Douglas  --  dijo aquello y se marchó sin terminar de comer
Ya estaban tan acostumbrados a aquello, que casi nadie prestó atención.  Después de la marcha de Diandra, Gail siguió en su discusión con Danny.
-         Después de comer iremos de nuevo  --  decía en aquel momento
-         ¿Y por qué te interesa tanto? ¿Qué te importa lo que estén haciendo allí?
-         Danny, no es normal que una persona de carne y hueso atraviese paredes, te lo aseguro  --  dijo el chico
-         ¿Cómo?  --  preguntó Sam
-         No te preocupes Sam  --  dijo Aderyn  --  ya sé de qué hablan  --  y mirando a los chicos  --  En serio ustedes no se enteran de nada. Esa pared, no es una pared común. Se llama Imbhalla, y es el acceso al área de Estudios Superiores de Develieng  --  los miró un momento y luego continuó  --  Como imagino que saben, nuestra educación se divide en tres etapas. Los cuatro primeros años, son de educación básica. De quinto a séptimo, educación media. Y los tres últimos es la superior, donde se estudia aquella carrera que ejerceremos.
Los chicos la miraban con la boca abierta y como siempre, tenían la impresión de que Aderyn se había tragado una enciclopedia completa con ilustraciones y todo.

Llegó el día de las pruebas para escoger a los nuevos integrantes del equipo. Kenneth se acercó a los chicos a la hora del desayuno.
-         ¿Listos para dar la pelea?  --  les preguntó
Kenneth llevaba dos años como Capitán del equipo de Vliegend del Ala Norte. Esta era la única posición que una vez alcanzada, no estaba en discusión. Todos los años, se hacían pruebas para conformar el equipo. Había miembros que repetían, pero otros eran desplazados si alguien hacía una exhibición mejor que ellos. Sin embargo, el único que no era reemplazado era el Capitán. Este solo cambiaba una vez que el mismo dejaba la escuela, y aquel, era el último año de Kenneth.
Una vez terminado el desayuno, se dirigieron a las pistas. Las chicas lo hicieron sin mucho entusiasmo. La única que mostraba verdaderos deseos de ir era Diandra, ya que profesaba verdadera devoción al Vliegend. Había suplicado y llorado a sus padres, para que la dejaran participar, pero éstos se habían negado.  Para Diandra el mayor de los héroes era su primo Kenny, él no solo era un gran jugador, sino que había hecho lo que su padre y sus otros primos no, le había enseñado a maniobrar en una Glide.
Cuando llegaron a las pistas, ya las tribunas estaban repletas. Por lo general las pruebas nunca estaban tan concurridas, pero se había corrido la voz de que Danny se presentaría a ellas, y era algo que nadie quería perderse, sobre todo porque recordaban lo sucedido el año anterior, y querían ver con sus propios ojos si en verdad el chico volaba tan bien como habían dicho.
Kenneth se paró delante del grupo y con el profesor Fysisk a su lado. Técnicamente quien decidía era Kenneth, pero era obligación del profesor estar presente en todas las pruebas.
-         La prueba se divide en tres etapas  --  comenzó  --  La primera está diseñada para probar la velocidad. Deben dar tres vueltas completas al circuito sin obstáculos, y según la posición en la que arriben a la meta, se les concede un puntaje. La segunda, es con la finalidad de comprobar su estabilidad sobre la Glide, mientras hacen el circuito intentaremos derribarlos. Obviamente esto también tiene un puntaje que dependerá de cuánto tiempo logren mantenerse sobre su Glide. Y la tercera, es para medir su destreza, aquí tendrán que sortear los obstáculos que aparecerán mientras hacen el circuito completo ¿han comprendido?
El grupo asintió y se encaminaron hacia la línea de salida. Afortunadamente, pensó Kenneth, ese año no eran muchos y sería  mucho más fácil. Les hizo una seña para que se prepararan y a continuación sonó un silbato.
Los chicos saltaron sobre sus Glide y salieron disparados.  En la primera vuelta a Danny le estaba costando adelantar, porque  estaban bloqueándolo, pero el chico sin duda llevaba el Vliegend en la sangre, porque de forma muy arriesgada, y en una de las curvas más cerradas, en el momento que se abrieron un poco para virar, él se metió por el interior de la curva y los adelantó. Después de eso, ya les resultó muy difícil darle alcance. De modo que llegó primero al finalizar la tercera vuelta, un chico de quinto curso llegó segundo y Gail alcanzó el tercer lugar.
En la segunda prueba, el asunto se puso considerablemente más difícil. Comenzaron bien, pero antes de terminar la primera vuelta, ya había estado a punto de caer en tres ocasiones. Kenneth parecía decidido a derribarlo a como diera lugar. En la segunda vuelta casi lo consigue, pero en la tercera Danny casi consigue que su hermana muriera de un paro cardíaco, pocos metros antes de llegar a la meta, Kenneth aceleró su Glide y Danny se giró y comenzó a volar sin ver al frente y cuando Kenneth aún asombrado estaba a pocos metros de él, hizo la cosa más inesperada, giró la Glide y quedó de cabeza, de modo que Kenneth pasó por encima de él y debido a la sorpresa quien perdió el control fue él, cayendo de su Glide. Danny enderezó la Glide y se giró justo en el momento en el que alcanzaba la meta.
La gente en las gradas enloqueció, y mientras Sam estaba pálida del susto y Aderyn se aferraba con fuerza al brazo de Mael, Diandra se giró hacia Sam.
-         El muy infeliz es insoportable, pero sin duda es bueno  --  le dijo a Sam
No obstante, dudaban mucho que en alguna oportunidad se lo dijera a Danny.
Antes de iniciar la tercera prueba, Gail se acercó a Danny.
-         Amigo definitivamente tú estás loco  --  le dijo riendo  --  menos mal que ni papá ni tía Eve, estaban mirando.
-         ¿Y qué se suponía qué hiciera?  --  dijo Danny  --  ¿Dejar que McKenzie me tirara?
-         ¡Claro que no!  --  dijo Gail  --  para mi estuvo genial.
Pero suspendieron su charla en cuanto los llamaron para alinearse. Apenas sonó el silbato saltaron sobre sus Glide y comenzó la carrera de nuevo. Evitar los obstáculos estaba resultando relativamente fácil. Había esquivado con éxito, muros, lluvias de rocas, objetos que lo perseguían, pero cuando calculaba que ya estaba por llegar a la meta, una densa niebla se materializó ante él. Pensó a toda velocidad, que si se metía en ella, probablemente del otro lado se encontraría con algún sólido muro y no tendría oportunidad de esquivarlo, de modo que inclinó su Glide y ascendió a toda velocidad, pero la niebla seguía allí, cuando estaba a punto de darse por vencido y decidido a meterse en ella, ésta se disipó. Por un momento se sorprendió al darse cuenta a la altura a la que estaba, sin embargo no perdió tiempo en calcularla y comenzó a descender. Divisó la línea de meta y se dirigió a toda velocidad hacia ella, y a punto de cruzarla vio algo que brillaba, por puro instinto estiró el brazo y su mano se cerró sobre el objeto brillante. Cruzó la línea y se detuvo unos metros más allá, saltando de su Glide al piso. Una vez que estuvo en tierra firme, escuchó los atronadores aplausos provenientes de las gradas y vio a varias personas corriendo en su dirección. Sin embargo, Kenneth ya estaba frente a él y le tendía la mano.
-         Sin discusión estás dentro Danny  --  le decía en ese momento
Pero Kenneth abrió mucho los ojos al ver lo que Danny tenía en la mano.
-         No es posible  --  dijo
-         Lo siento   --  dijo el chico  --  se me atravesó y…
-         ¡Demonios, Danny!  --  exclamó Kenneth  --  es el Medalje ¿Sabes cuántos individuos lo atrapan en su primera aparición?
-         No  --  dijo simplemente
-         Quizá uno entre mil  --  dijo Kenneth aun asombrado
-         Vaya, tuve suerte entonces
-         ¿Suerte? Danny mira su tamaño, ¿crees que es fácil verlo ya no digamos atraparlo, a la velocidad que tu venías?
Pero su charla fue interrumpida con la llegada de sus amigos. Aderyn se plantó frente a Kenneth sin poder disimular su disgusto.
-         ¿Acaso pretendías matarlo?  --  le gritó a su hermano
-         Aderyn así es esto, tenía que probar que era capaz de soportarlo  --  le dijo con paciencia  --  y si te fijaste quien terminó en el piso fui yo, podrías mostrar algo de preocupación por mí.
-         Te lo tuviste merecido  --  y el dio la espalda

Finalmente fueron readmitidos dos de los jugadores anteriores, Gail y Danny. De manera que aquella noche fue de celebración para los chicos. Poco antes de irse a la cama, Gail le escribió a su familia anunciándole la novedad, lo mismo que Danny, y luego cayeron rendidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario