Ninguno lo es...

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viernes, 2 de mayo de 2014

LA MAGIA DE ARZHVAEL El Inicio - Cap. 19 -

CAP. 19 SEGUNDO AÑO

El primer trimestre de ese año pasó a la velocidad del rayo, cuando se dieron cuenta, ya casi estaban a las puertas de Valborgsaften.
El sábado en la mañana cuando los chicos bajaron a desayunar, había mucho alboroto en el comedor. Ese día la carrera de Vliegend era entre el Ala Norte y el Ala Sur, es decir, entre Arzhvaels y Nemhains.  La primera carrera del año había sido entre el Ala Este y el Ala Sur, en ella habían ganado los Elfos, con un marcador de 2580 a 1820, en 15 vueltas. Pero en la segunda, el Ala Norte le ganó al ala Este, con un marcador casi perfecto, 2700 a 1350, en solo doce vueltas. De modo que la carrera de ese día era de suma importancia, porque si ganaba el Ala Sur, estarían todos en las mismas condiciones, una ganada y una perdida. Mientras que si ganaban los Arzhvaels, eso los colocaba al frente de la clasificación.
Kenneth se acercó a los chicos y se sentó junto con ellos a desayunar.
-         Espero que hoy lo hagan tan bien como en la carrera anterior  --  les dijo a Gail y a Danny 
-         Según lo que hemos escuchado, no será tan fácil    --  dijo Gail
-         Ustedes ocúpense de mantenerse sobre sus Glide  --  dijo Kenneth mirando a Gail.
El chico recordó con desazón, que había sido tirado de su Glide en dos oportunidades en la carrera pasada, y no dudaba que los Nemhain harían hasta lo imposible por hacerlos caer.
-         ¿Sabías que eres de lo más desconsiderado Kenny?  --  preguntó Aderyn mirando mal a su hermano
-         ¿Por qué? Les hago la mejor recomendación que puedo hacerles  --  se defendió él
-         No te interesa en lo más mínimo su seguridad, todo lo que te importa es no perder puntos en esa estúpida carrera  --  dijo la niña
Sam no era especial amante del Vliegend, pero había notado que Aderyn le tenía verdadera antipatía. Cada vez que Kenneth estaba cerca, invariablemente terminaban discutiendo por el mismo asunto. De modo que antes de que comenzaran otra de sus interminables discusiones, en las que por lo general Aderyn terminaba llorando, decidió intervenir.
-         Kenny  --  dijo llamando la atención del chico  --  ¿Suspenderán la carrera si llueve? Cuando me levanté noté que había muy mal tiempo.
-         ¿Estás loca?  --  preguntó Diandra
Sam la miró con extrañeza, pero Kenny la miraba con una expresión muy parecida a la de Diandra.
-         Por supuesto que no  --  dijo él finalmente  --  no se suspenden las carreras de Vliegend así nada más.
-         Créeme Sam  --  dijo Aderyn  --  estos imbéciles prefieren pescar una pulmonía antes que suspender su dichosa carrera.
Mael que había notado la intención de Samantha, al ver la expresión apenada de ella al no haber tenido éxito, decidió acudir en su ayuda.
-         ¿Cuándo se nos permite escoger la carrera que seguiremos en el nivel superior?  --  le preguntó a Kenny
-         ¡Hombre!  --  dijo Gail, que al igual que Danny, nunca se enteraba de nada  --  Apenas estamos en segundo
-         ¿Cuál es tu apuro?  --  preguntó Danny
-         Eso demuestra inteligencia  --  dijo Diandra  --  cosa que por supuesto en ustedes escasea.
-         Creo que hasta que no estamos en sexto ¿no?  --  dijo Aderyn mirando a su hermano
Mael sonrió satisfecho, había logrado su objetivo y le guiñó un ojo a Sam, quien le dio un silencioso “gracias”
Una vez finalizado el desayuno, comenzaron a desplazarse hacia las pistas. Las gradas estaban inusualmente llenas, pero no era extraño dada la importancia de aquella carrera.
A pesar de todas sus quejas y discusiones, Aderyn no dejaba de asistir, aunque era la que más parecía sufrir con ello. Diandra por su parte, era una fanática a toda prueba, y Sam asistía más que nada por su hermano y por Gail, pero al igual que Aderyn, lo pasaba bastante mal.
Ya llevaban algún tiempo en las tribunas, cuando vieron que los corredores comenzaban a salir de los vestidores. Se alinearon en la línea de meta y unos segundos después sonó el silbato dando inicio a la carrera.
Kenneth era un hábil corredor, y era además perfectamente capaz de defenderse de los continuos intentos de los contrarios por derribarlo de su Glide. Por esta razón, Danny y Gail habían sido designados como los Dilynwyr encargados de evitar que los del equipo contrario derribaran a su Canllaw. Kenny dispuso así las cosas porque pensó que les resultaría mucho menos complicado a los chicos, ya que solo tendrían verdadero trabajo a partir de la décima vuelta, cuando él tuviese que concentrarse en coger el Medalje. No obstante, tanto Danny como Gail, se tomaban lo suyo muy en serio, y ese día, estaban librando una verdadera batalla con los Dilynwyr del Ala Sur, porque se estaban portando de una forma salvaje. En la tercera vuelta, Gail recibió un codazo en pleno estómago, sin embargo, se mantuvo firme sobre su Glide. En la quinta vuelta, el Canllaw de los Nemhain, vio la oportunidad de poner fuera de juego a Danny y se lanzó tras él cuando el chico se las veía con una lluvia de rocas.
Algo tarde Danny se dio cuenta de las intenciones de aquel individuo, aun así zigzagueó de manera enloquecida, hasta deshacerse de las piedras mientras se preguntaba indignado cómo era posible, que al otro no lo afectaran. Lo que Danny no sabía, era que el obstáculo de un corredor, no afectaba a otro, lo que era un serio fallo de información. Con todo, logró salir indemne y el Canllaw olvidó el asunto para atender su propio problema al verse amenazado por los Dilynwyr del Ala Norte, que habían acudido rápidamente en ayuda de Danny.
En la novena vuelta, Gail libraba una batalla con uno de los Dilynwyr que hacía todo cuanto podía, y de la manera más deshonesta, por derribar a Kenny. Ya se acercaban a la meta que marcaba la décima vuelta, cuando Gail vio con satisfacción que aquel desdichado se estrella estrepitosamente contra un muro.
En la vuelta trece, Danny intentaba desviar a uno de los Dilynwyr, cuando inesperadamente otro le llegó por detrás y recibió un terrible golpe con la punta de la Glide, en la espalda. Nadie pudo explicarse como no había caído de forma inmediata. Sin embargo, el otro aprovechó el momento para propinarle un golpe que recibió en la nariz. Comenzó a sangrar profusamente, pero aún así se mantuvo sobre la Glide, y por efectos de la rabia, viró clavándole la punta de su Glide en la pierna al corredor, quien al perder el equilibrio cayó.  El Dilynwyr que lo había golpeado primero se lanzó en su persecución y Danny ascendió a toda velocidad. En ese momento escuchó el silbato que anunciaba que alguien había cogido el Medalje. Su último pensamiento antes de perder el sentido fue que hubiese sido Kenny.
Danny no fue consciente del súbito silencio que se había hecho en las gradas cuando lo vieron caer de su Glide y desde semejante altura. Gail y otro de los Dilynwyr, habían virado en dirección hacia Danny, en un intento por detener de algún modo la caída. Sam se desmayó y Mael la detuvo, mientras Aderyn lloraba histéricamente, y Diandra casi se cae de las gradas porque se había puesto de pie al ver caer a Danny y tenía medio cuerpo afuera. 

Danny abrió los ojos y se encontró con los de su hermana, que lo miraba con preocupación.
-         ¿Danny?  --  probó ella  --  ¿Danny puedes escucharme?
Ciertamente no estoy sordo, pensó el chico, pero por alguna razón no podía hacer que su lengua transmitiera el mensaje. Parpadeó varias veces hasta enfocar bien. ¡Demonios! Otra vez en la enfermería, Iván me va a matar, pensó con desánimo. Miró bien y estaban todos sus amigos y compañeros de equipo allí, pero no vio a Iván por ningún lado, ni a ninguno de los mayores. Bien, se dijo, la cosa no será muy grave.
-         Danny  --  volvió a intentar Sam  --  ¿Puedes escucharme?
-         Sí  --  dijo finalmente  --  ¿Por qué no habría de escucharte?  --  y luego miró a Kenny  --  ¿Y bien?  --  le preguntó  --  ¿Lo cogiste o no?
Kenny sonrió y levantó la mano, en la que brillaba la estrella.
-         Bueno, al menos valió la pena que me tiraran de mi Glide  --  dijo Danny
-         ¡Eres un idiota igual que este!  --  chillo Aderyn aun con los ojos rojos de tanto llorar  --  Nosotros aquí muriéndonos por saber si estás bien y a ti lo único que te interesa es saber si cogieron esa estúpida estrella.
Pero los chicos decidieron ignorarla.
-         Nadie te tiro de la Glide  --  dijo Kenny
-         Pero me caí igual, espero que no nos hayan afectado mucho esos puntos al final  --  dijo él con pesar
-         No Danny, no perdimos ningún punto, es más hiciste el juego casi perfecto  --  le informó Kenny  --  como sabes hay cinco obstáculos para cada corredor en cada vuelta, cada uno con valor de diez puntos. Fueron trece vueltas, y tú obtuviste un marcador de 600, lo que significa que solo te faltaron cinco obstáculos por superar, para haber hecho el juego perfecto.  Y no perdiste ningún punto porque técnicamente, caíste de tu Glide una vez finalizada la carrera.
-         ¡Genial!  --  dijo Danny  --  ¿Cuánto fue el marcador final?
-         3000 contra 1560, estamos al frente  --  dijo Gail con una gran sonrisa
Después de esto, Danny miró a Sam.
-         ¿Qué me rompí esta vez?  --  le preguntó
-         A pesar de que pudiste haberte roto hasta el alma, no te sucedió nada  --  dijo ella  --  gracias al profesor Delos  --  agregó acentuando el nombre
-         ¿Qué?
-         Fue él quien detuvo tu caída  --  dijo ella
Danny miró a Gail, y éste asintió. Si bien estaba contento de no haberse roto nada, no lo estaba tanto de debérselo a aquel individuo.
Luego de una rápida revisión lo dejaron salir de la enfermería. En realidad si se había roto algo, pero no por la caída, sino por el infeliz que le había golpeado la nariz, y el que le había clavado la Glide en la espalda, pero eran heridas leves,  y aquellas eran unas cuenta que los chicos no tardarían en saldar.

Durante las breves vacaciones de Valborgsaften, y durante la cena del tercer día en casa, Sam hizo una petición.
-         Iván, no tenemos fotografías de nuestros padres  --  dijo la niña  --  y me gustaría tener alguna, al menos para tener un recuerdo de ellos.
-         Claro linda, lo comprendo  --  dijo él  --  no tenemos muchas, pero las que tenemos son tuyas.
-         Gracias  --  le dijo ella
Pero después de unos minutos Vlad dijo algo que los sorprendió.
-         No tenemos muchas fotografías, pero podemos mostrarte algo mejor  --  miró a Iván  y este luego de unos segundos, asintió
Los chicos terminaron de comer apresuradamente, porque tenían prisa en ver qué era aquello que Vlad les ofrecía. Pasaron al Salón y Vlad los miró.
-         ¿Listos?
Ellos asintieron y Vlad se acercó a una pared y deslizó la mano por ella, sin tocarla. Unos segundos después se materializó un portal. Danny enseguida entendió de qué se trataba, ya había vivido esa experiencia. Sin embargo, y aunque se lo había contado a Sam, ella no. Iván le tendió la mano a la niña y comenzaron a avanzar.
Lo primero que sus ojos captaron fue a las personas que ya conocían, es decir, Iván, Eve y Vlad, pero también estaba allí otra mujer a la que no habían visto. Era alta de cabellos negros y ojos azules. Y “otro” Vlad. Y un poco más allá, vieron a sus padres. El corazón les dio un vuelco. Sintieron deseos de abrazarlos, pero sabían que era imposible, por lo que tendrían que contentarse con verlos.
Vlad se volvió hacia ellos.
-         La chica es Sabrina Hallinger  --  les dijo  --  tu madrina Sam, y ese otro sujeto  --  dijo con una sonrisa  --  es Giulian.
Amy y Daniel se encontraban reunidos con sus amigos, ambos muy deprimidos, e Iván les dijo que era por la decisión que habían tenido que tomar con respecto a ellos, pero conscientes de que era lo mejor para poder protegerlos.
De pronto llamaron a la puerta, era Eowaz y por la cara que traía, supusieron malas noticias.
- ¿Señor? - dijo Daniel
- ¿Se siente bien? - pregunto  Sabrina
- No, estoy realmente asqueado, y me disculpan, pero acabo de enterarme de una desgracia, la familia Richmond ha sido exterminada.
Las chicas se llevaron las manos a la boca para ahogar un grito. Las tres pensaron en su amiga Daphne, a quien desde que salieron del colegio, hacía apenas unos meses, no habían visto. Sus padres, no le permitían acercarse a ellos, ya que veían con espanto como estaban siendo cazados.
- ¿Todos están muertos? - preguntaron con un hilo de voz
- Todos excepto Daphne, pero está en el Hospital. Fue torturada y violada. Hasta ahora permanece inconsciente, pero los Läkare no saben qué consecuencias hayan podido producir todos los daños que le causaron.
Todos permanecieron en un silencio opresivo, por sus mentes pasaban escenas aterradoras. De pronto Amy soltó un gemido apenas audible, pero Daniel la escucho y corrió a su lado.
- ¿Qué tienes, amor? --preguntó asustado
- Creo que ha comenzado  -- contestó Amy, sujetando su vientre.
Todos se pusieron en movimiento, la súbita revelación del parto inminente los sacó de sus pensamientos.
- Voy por un Läkare – dijeron Giulian y Vlad al mismo tiempo
- No -- acotó Eowaz  --  me temo que las señoritas tendrán que hacerse cargo.
- Pero señor, ninguna de ellas es una Läkare, ni siquiera son Nyrs --  dijo Giulian. Daniel se encontraba muy ocupado tratando de llevar a Amy a la cama.
- Dadas las circunstancias que rodean a este parto, y a las medidas que se tomaran a partir de ahora, nadie más puede participar en él. ¿Estoy en lo correcto al pensar que pueden ustedes asistir este parto?  --  preguntó a las chicas
Estaban estupefactas, pero reaccionaron enseguida.
- Haremos todo lo que esté a nuestro alcance señor  --  dijo Sabrina
- Bien, ustedes  --  dijo mirando a los muchachos  --  encárguense de proporcionarles todo cuanto necesiten para esto.
- Las próximas tres horas transcurrieron a la velocidad del rayo  --  dijo Vlad  --  Daniel caminaba como loco, tan pronto estaba sosteniendo las manos de Amy, como tirándose de los cabellos.
- Amy  --  dijo Sabrina --  pondré en práctica todo lo que sé, pero debes ayudarme, es la primera vez que hago esto y estoy tan nerviosa como tú.
- Igual yo  --  dijo Eve
- No se preocupen  -- contestó Amy --   confío en ustedes, sé que lo harán bien.
Pasada otra hora y cerca de la medianoche, después de un desgarrador grito, que le partía el corazón a Daniel, se escuchó el primer llanto. Daniel que le sostenía a Amy una mano, no sabía si reír o llorar, Giulian entre tanto se puso a brincar, olvidando que le estaba sosteniendo la otra mano a Amy. Sabrina cortó el cordón y le pasó el bebe a  Eve que lo recibió y envolvió en una manta.
- Es un hermoso niño -- dijo emocionada. Ya se dirigía a colocarlo en brazos de su madre cuando Sabrina la detuvo.
- Aún no, Eve, falta el otro y ya viene  --  Eve se volvió y le dio el bebé a Iván
Amy volvió a retorcerse del dolor, pero ya no le quedaban fuerzas ni para gritar.
- Vamos Amy  --  instó Sabrina --   un último esfuerzo, ya está por salir.
A los pocos segundos, se escuchó otra vocecita, que aunque no llegó a ser el llanto fuerte del primero, fue perfectamente audible.
- Por los tesoros del Gran Druida  --  exclamó Sabrina --   Es...una NIÑA!!!!
Eve cogió  otra manta para tomar a la bebita. Daniel estaba en estado de shock, Giulian  lloraba y reía al mismo tiempo. Sabrina se dejó caer en el sillón y escondió su rostro entre sus manos aún llenas de sangre y comenzó a llorar, era un gran alivio haber podido ayudar a traer al mundo a esos bebes sin complicaciones, pero la tensión la venció.
Daniel besó a su esposa y luego tomó a su hija en brazos. Amy muy agotada pidió ver a sus hijos y Daniel y Giulian se acercaron con los bebes. Ella besó a su hijo en la frente y preguntó:
- ¿Daniel Iván...?  -- mirando a su esposo.
- Me parece bien  -- contestó él
Luego se giro a su hija, la miró, la besó y dijo:
- Samantha Sofía.
Luego miró a sus amigas y las llamó para que se acercaran.
- Sabrina, Eve  --  dijo tomándoles las manos --  nunca podré agradecerles lo que hoy han hecho por nosotros, del mismo modo que aunque viva  mil años no podré agradecerles lo que aún están por hacer. Gracias.
Las tres mujeres se abrazaron y en silencioso llanto se expresaron el profundo cariño que las unía.
-         Vamos a avanzar un poco en el tiempo  --  dijo Iván  --  Aproximadamente un mes después.
-         Se acercaba el momento de la separación  --  dijo Vlad 
Amy miraba a sus hijos  y se deshacía en llanto. Daniel estaba que se trepaba a las paredes de desesperación.
-         Cuando tomaron la decisión les pareció lo más apropiado y seguro para ustedes  --  dijo Eve  --  pero después que los habían tenido en brazos, que los habían besado y sentido, no lograban calmar la desesperación que los consumía.
-         La pequeña ceremonia de bautizo  --  dijo Iván  -- se llevaría a cabo ese día, uno antes de la separación definitiva.
Eowaz llevaría a cabo la ceremonia, ya que era imposible que nadie más lo hiciera.
- Bien vamos a comenzar, Amy, Daniel por favor acérquense.
Así lo hicieron y ambos dijeron, colocando a Danny en brazos de Eve y de Iván, y a Samantha en los de Sabrina y Giulian.
- Estamos colocando en sus manos, lo que para nosotros es más precioso, si  nosotros llegáramos a faltar  -- Amy soltó un sollozo  -- ¿Juran ustedes, educar, guiar y proteger  a  estos niños como si fueran propios, aún a costa de sus propias vidas?
- Lo juro - dijeron los cuatro
Todos sacaron sus Gwialen, las de Amy y Daniel apuntaron al corazón de Giulian, Sabrina, Iván  y el de Eve, mientras que las de ellos, apuntaron al corazón de los niños.
- El encantamiento que van a realizar los unirá de por vida a estos niños, si lo rompen tendrá consecuencias tan serias, que hasta podría costarles la vida, ¿Están dispuestos?  --  preguntó Eowaz
- Si --  aceptaron los cuatro
- Bien  -- procedan.
- Protegere per Vita  -- dijeron Daniel y Amy
- Protego Totallus Semper -- dijeron los cuatro padrinos
De las Gwialen de los Douglas salió un rayo dorado que dio en los corazones de los padrinos y al mismo tiempo un rayo del mismo tono salió de las Gwialen de estos hacia el corazón de los pequeños. Eowaz volvió a preguntar.
- ¿Juran ustedes cumplir con esto durante toda su vida?
- Lo juro - volvieron a decir todos
- Que así sea - dijo Eowaz
De la Gwialen de Eowaz salió una especie de cinta que parecía cristalina y los envolvió a los seis, a los niños y a sus padrinos, y luego desapareció dejando en la frente de los niños una especie de rocío y en las manos de los padrinos un imperceptible tatuaje en forma de estrella.
- Ese es el símbolo de su compromiso, lo llevarán hasta el día de su muerte.
-         Avanzamos al día siguiente  --  dijo Iván 
Ese fue uno de los días más duros que todos los que estuvieron presentes podía recordar. Amy tenía los ojos rojos e hinchados al igual que Sabrina y Eve. Daniel tenía unas ojeras que delataban las muchas noches sin dormir. Giulian y Vlad habían abandonado su habitual temperamento jocoso y se los veía tristes y cabizbajos. Iván era el que permanecía más ecuánime, y sin embargo había huellas delatoras en su rostro, del mismo sufrimiento de sus amigos. Pero llegó el momento. Y aquí Iván decidió hacer una pausa y transmitirles una información.
-  Lo que les dijo Eowaz el primer día  --  les dijo  -- no es del todo exacto.
- ¿Qué quieres decir?  --  preguntó Danny
- Yo debía llevarte a Irlanda y dejarte en el Orfanato, hasta que todo se resolviera  --  continuó él  --  pero eran Giulian y Sabrina, a los que correspondía cuidar de Sam.
-¿Y qué sucedió?  --  preguntó Gail
- Giulian casi enloqueció cuando fueron asesinados Amy y Daniel  --  dijo Vlad  --  se obsesionó con la idea de matar con sus propias manos a Nurión y comenzó una cacería sin  tregua.
- Por eso Sabrina, se fue a nuestra casa  --  dijo Iván  --  Eve y Vlad, casi todo el tiempo estaban con Giulian de un lado para otro, u ocupados con nuestras obligaciones como Arzhaelíes. Poco más de un año después de la muerte de sus padres, Giulian no regresó de uno de sus viajes, y unos meses después Sabrina fue asesinada. Así fue como terminaste con nosotros  --  dijo Iván mirando a Samantha  --  aunque ya llevabas tiempo allí, a partir de ese momento se hizo oficial. Pero muy poco tiempo después, mi esposa también fue asesinada. De modo que me vi en la obligación de ejecutar las órdenes del Consejo y llevarte a un Orfanato también, al mismo tiempo que tenía que dejar a Gail con sus abuelos maternos. En unos pocos días los perdí a los tres  --  dijo Iván con profunda tristeza
Los niños se acercaron a él y lo abrazaron.
- Pero ya nos tienes de nuevo contigo papá  --  le dijo Gail  --  y no te vamos a dejar.
Luego de estas explicaciones continuaron.
- Señor  --  decía Amy a Eowaz  --  sabe que esto es lo más difícil que he tenido que hacer en toda mi vida, la mitad de mi corazón se va con ellos. Le pido un minuto más para realizar un antiguo encantamiento que los mantendrá unidos a pesar de que no estén juntos.
- Adelante niña.
Daniel y Amy tomaron sus Athame y se hicieron un pequeño corte cada uno en la palma de la mano, luego hicieron lo mismo con las de sus hijos, unieron las suyas a las de sus hijos y la de los bebes entre ellos. Y pronunciaron el conjuro.
- Unite per Sanguis Semper.
Una luz que parecía provenir de todos los envolvió cegando a los demás que estaban en la habitación. Danny abrió los ojos y lanzó un grito mientas su hermanita también los abrió un segundo después, pero solo miró a su madre. Cuando todo volvió a la normalidad se soltaron. Los Douglas caminaron hacia Eve y Sabrina, entregándoles a sus hijos en los brazos.
- No sé por cuánto tiempo llevarás esta responsabilidad sobre tus hombros  --  dijo Amy mirando a Sabrina  --  pero cuídala mucho y asegúrate de decirle a diario que la amamos, aunque no lo entienda aún --  y mientras silenciosas lágrimas rodaban por sus mejillas, miró a Eve  --  Si llegásemos a faltar, por favor asegúrate de reunirlos en el momento apropiado.
Después de esto, Daniel se acercó beso a sus hijos en la frente y se dio vuelta incapaz de soportar aquello un minuto más.
- Las cosas no siempre son como esperamos, pero nuestro corazón se queda con ustedes, y algún día la fuerza de la sangre nos unirá nuevamente --  dijo Amy
Besó a sus hijos en la frente. La pequeña Sam miró a su madre como si entendiera lo que decía, le dedicó una dulce sonrisa, que no se borraría nunca más de los ojos de Amy, porque fue lo último que vio de su pequeña hija.




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