Ninguno lo es...

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viernes, 2 de mayo de 2014

LA MAGIA DE ARZHVAEL El Inicio - Cap. 49 -

CAP. 49  ESCAPE…

Después que el Secretario del Consejo Escolar le dio la escasa información que poseía a Eirian, ésta miró a Dorila quien le hizo un gesto de asentimiento.
-         Profesora por favor, vaya por los Douglas  --  le pidió
-         Si no le importa   --  dijo el Secretario con cierta incomodidad  --  insistieron mucho en que los buscase yo mismo.
Eirian lo miró por un momento, lo que aumentó la incomodidad del individuo.
-         ¿Y sabe usted dónde buscar?  --  le preguntó, para vergüenza del Secretario  --  Lo suponía, así que si no tiene inconveniente la Profesora Leaves lo guiará.
Salieron y se dirigieron hacia las escaleras.
-         ¿No deberían estar presentando exámenes?  --  preguntó el individuo al ver que llegaban al vestíbulo
-         Esta mañana no les correspondía ninguno  --  dijo Dorila
En la puerta del Edificio casi atropellaron a Delos, en el rápido intercambio de miradas, Dorila supo que ya Jonathan estaba ejecutando el plan de Giulian, fuera este el que fuera, pero también notó que había algo más.
-         Profesor, este es el Secretario del Consejo Escolar  --  dijo con la mayor  calma
-         Un placer conocerlo  --  dijo Delos tendiéndole la mano con la misma serenidad
-         ¿Podríamos darnos prisa?  --  dijo el hombre ignorando la presentación
-         Claro  --  aceptó Dorila  --  pero no pensé que la prisa estuviese reñida con los buenos modales.
El hombre enrojeció y saludó a Delos como era debido.
-         ¿Puedo ayudarlos?  --  preguntó él
-         Buscamos a los Douglas  --  dijo Dorila  --  ¿Los has visto esta mañana?
-         Deben estar en el Edificio del Ala Norte, hasta donde sé no tenían exámenes esta mañana  --  le contestó
Iban a salir cuando Frieg y sus amigos venían entrando.
-         No se moleste Profesora  --  le dijo  --  los Douglas no están en su edificio.
Por un momento tanto Dorila, como Delos sintieron pánico de que aquel pequeño monstruo los pudiese delatar. Sin embargo, estaban lo suficientemente bien entrenados como para no perder la calma.
-         ¿Sabes tú dónde están?  --  preguntó Delos
-         Hace un rato los vi dirigirse hacia las pistas, pero vengo de allí y no están  --  les dijo
-         Gracias Lery  --  dijo Dorila y se dispuso a seguir
-         Profesores  --  llamó Lery y ellos giraron las cabezas  --  parecen haber desaparecido en el aire
-         No digas necedades Lery  --  lo reprendió Delos  --  convengo en que son desagradables, pero te aseguro que no tienen el poder para desaparecer dentro de un área restringida.
Dicho esto continuaron su camino hacia el edificio del Ala Norte, con los resultados esperados. De allí se dirigieron hacia la biblioteca, haciéndole creer al Secretario que tal vez estuviesen estudiando. El bibliotecario les aseguró que no los había visto. Delos sugirió que estando cercana la hora de la comida, tal vez estuviesen camino al Comedor. Para ese momento el Secretario ya estaba muy molesto.  Llegaron al Comedor justo en el momento en que se abrían las puertas, de modo que pudieron constatar que allí tampoco estaban.
-         Creo que deberíamos decirle a Eirian que convocase a los demás Profesores para efectuar una búsqueda completa  --  dijo el hombre con preocupación
-         Es posible que tenga razón  --  dijo Delos  --  Develieng es muy grande, podrían estar en cualquier parte y podría llevarnos horas encontrarlos, y según entiendo, tiene usted prisa.
De modo que se dirigieron hacia la dirección nuevamente. Y mientras caminaban el Secretario iba pensando en lo muy mal que podía irle si no encontraba a aquellos niños pronto. Por alguna razón el Delegado de Justicia los quería en Kelten a primera hora de la tarde, y tenía muy pocas dudas, después de todo lo que había venido ventilándose en la prensa, que sería por el asunto de la custodia.
Eirian organizó la búsqueda, pero una hora después y luego de haber registrado hasta el último rincón de cada uno de lo edificios, no había señales de los chicos. Los Profesores, en su mayoría, estaban terriblemente consternados, los que conservaban la calma eran la directora, Endering, Delos y Dorila, aunque asumían la adecuada postura de preocupación. En tanto que Fysisk estaba indignado.
-         Esos niños siempre han sido un problema  --  decía enfurecido  --  no podrían  negar aunque quisieran que son hijos del infeliz de Douglas. Es evidente que se escaparon de la escuela.
-         Profesor, por favor  --  dijo Endering  --  Sabe perfectamente que eso es imposible.
-         ¿Imposible?  --  dijo mirándola  --  No me dirás que has olvidado las muchas veces que Douglas, Natchzhrer y los Cornwall desaparecían misteriosamente.
-         Eso no significa en ningún caso, que saliesen de Develieng  --  dijo Eirian
El Secretario miró la hora cada vez más desesperado.
-         Si no es así  --  dijo mirando a Eirian  --  ¿Dónde demonios están?
-         Es obvio que no tengo más idea que usted  --  le contestó ella  --  pero seguiremos buscando.
-         Les digo que perdemos el tiempo  --  insistió Fysisk  --  no están aquí.
-         Fysisk  --  intervino Alcemi  --  te sugiero dejar de protestar y ayudarnos a seguir buscando, porque como dijo Eirian, no pueden salir de la escuela, al menos no sin ayuda, y ninguno de nosotros lo haría.
Aún bajo protesta Fysisk tuvo que disponerse a seguir con la inútil búsqueda. Pero lo que dijo Alcemi despertó un temor en el Secretario, que algo tardíamente recordó que Dorila y Delos eran, antes que simples Profesores, Arzhaelíes y sin duda amigos de Natchzhrer. Sin embargo, se tranquilizó pensando que ambos habían estado casi todo el tiempo con él desde su llegada, de modo que no habían podido ayudar a los chicos en su hipotética salida de la escuela.
Faltando media hora para el momento en que se suponía debían llevar a los niños ante el Delegado de Justicia, llegó un mensaje del Presidente del Consejo Escolar, preguntando en tono muy airado qué había sucedido. A pesar de que al Secretario no le hacía ninguna gracia presentarse ante él con las manos vacías, no tendría más remedio que afrontar esa situación.  De modo que dando por finalizada la búsqueda, partió a encontrarse con su superior.
Eirian dijo a los Profesores, que fuesen a comer ya que todos se habían saltado la comida por dedicarse a buscar a los chicos. Y una vez que estuvieron solos, Dorila se volvió hacia Delos con urgencia.
-         ¿Qué sucede?  --   le preguntó, ya que durante las dos últimas horas no había podido conversar a solas
-         Eirian  --  dijo Delos  --  nosotros debemos partir de inmediato  --  y miró a Dorila  --  La reunión con  el Consejo tal y como esperaba Eowaz, fue una trampa bien montada para detener a Iván y no fueron nada delicados.
Aunque Dorila habitualmente lo disimulaba bastante bien, Delos la conocía lo suficiente y la preocupación en sus ojos no le pasó desapercibida.
-         Descuida, él está bien, todos lo están, aunque causaron considerables destrozos en la Sala del Consejo.  Eowaz está seguro, y yo estoy de acuerdo con él, que en cuanto se enteren de la desaparición de los niños, e Iván no se presente a la audiencia, que será en breve, vendrán por nosotros.
-         Deben marcharse de inmediato  --  dijo Eirian  --  comprendo que debían estar mientras se efectuaba la búsqueda para no despertar las sospechas de éste hombre, pero ya han demorado mucho, váyanse ya.
-         Eirian, el imbécil de Fysisk…  --  comenzó Delos
-         Delos  --  lo interrumpió ella  --  él al igual que tú, nunca profesó afecto a Daniel ni a ninguno de sus amigos, la diferencia es que tú eres un Arzhaelí y él no. No te preocupes que yo me encargo de él.
-         Gracias  --  dijeron ambos, y se marcharon

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Para mayor consternación del Secretario, una vez que llegó al despacho del Presidente del Consejo Escolar, se encontró con un mensaje ordenándole dirigirse directamente al Dómi, donde esperaban a los niños. De modo que se dirigió hacia allá, y en cuanto llegó, tal y como suponía, su jefe enfureció.
-         ¿Cómo que desaparecieron?  --  gritó  --  Unos niños no pueden haber “desaparecido” de la escuela, imbécil.
-         Solos no  --  dijo Lery
Y Agnan que estaba a su lado, puso la peor de las caras.
-         Supongo que son conscientes del hecho sumamente inquietante, de la presencia de dos Arzhaelíes como Profesores del Colegio  --  dijo Lery  --  y no me cabe la menor duda, de que prestaron la ayuda necesaria para sacar a los niños de la escuela.
-         ¿Los viste? ¿Dónde estaban?  --  le preguntó el Presidente al Secretario
-         Todo el tiempo estuvieron conmigo  --  les aseguró  --  ellos no pudieron hacer nada.
-         ¿Ah no?  --  dijo el Presidente cada vez más furioso  --  ¿Y cómo explicas esta desaparición entonces?
-         Yo se los advertí en su momento  --  dijo Lery  --  darle entrada a los Arzhaelíes a Develieng, era un gran error.
Al ver la reunión que tenía lugar en la entrada, Bastian dejó su lugar y se dirigió hacia allá.
-         ¿Qué sucede?
-         Me apena mucho esto señor O’Neill, pero los niños no pudieron ser hallados en ningún lugar de la escuela  --  dijo Agnan
-         ¡Se los dije!  --  gritó Bastian  --  ¡Les advertí que tomaran medidas contra esos miserables, y no me escucharon! ¿Quién responderá ahora por la desaparición de mis nietos? ¡Los harán desaparecer y nunca podré recuperarlos! ¡Y ustedes serán los únicos responsables!
El tumulto había crecido notablemente, porque en cuanto Bastian se había dirigido hacia la puerta, todos dirigieron la atención en aquella dirección.
-         ¡Perdí a mi hijo, perdí a mi nieta, y ahora perderé a mis nietos y ustedes son los únicos culpables!  --  siguió diciendo  --  ¡Esos criminales los utilizaran quién sabe con qué fines, o los mataran!
-         Señor O’Neill, por favor tranquilícese  --  pidió Agnan
-         ¿Qué me tranquilice?  --  preguntó con fingida y bien estudiada indignación  --  ¿Sabe lo que me está pidiendo? ¿Cómo puedo estar tranquilo? ¡Cuando se que los únicos parientes que me quedan están en manos de esos desalmados, y encima son solo NIÑOS!
Los miembros del Consejo se miraban unos a otros, con visible desesperación, mientras que Peter y Eric, se alegraban enormemente de que los chicos hubiesen logrado escapar.
-         Que traigan a los dos Arzhaelíes  --  dijo Agnan
-         Como siempre sus medidas son tardías  --  dijo Bastian  --  ¿Realmente creen que se quedaron a esperar? Porque si es así están tan equivocados en eso, como en la suposición de que Natchzhrer se presentará a la audiencia.
-         Si no están allí y si Natchzhrer no se presenta, serán declarados fugitivos con orden de captura, y la Orden una organización al margen de la Ley  --  le aseguró el Delegado de Justicia
-         No puedes tomar una decisión como esa de manera unilateral  --  dijo Eric
-         Puedo y lo haré  --  dijo él  --  y estoy seguro de que no es unilateral, estamos presentes todos los miembros del Consejo y dudo mucho que los demás profesen el mismo amor que tú a la Orden.
-         Solo espero que encuentren a mis nietos antes de que sea demasiado tarde, o los haré directamente responsables por lo que les suceda  --  dijo Bastian y dándoles la espalda se dirigió de nuevo a su asiento con la intención de esperar a Iván, sabiendo que éste no llegaría.
Si les hubiese resultado posible a los presentes, ver a aquel individuo por dentro, habrían sido testigos de su regocijo. Las cosas habían salido exactamente como esperaba. Natchzhrer no se presentaría porque le había quedado claro que todo era una trampa, y su mayor logro era haber convertido a los niños en fugitivos, de modo que sus hombres podrían darle caza, y sus muertes recaerían sobre los Arzhaelíes. Nunca podrían recuperarse de este desastre, y él se había asegurado de ello. Todo este escándalo había sido recogido diligentemente por la prensa y estaría en primera plana al día siguiente, junto con la noticia de que los Arzhaelíes no solo habían sido removidos de sus cargos, sino que ahora serían declarados al margen de la Ley. Sí, todo había salido tal y como esperaba, ahora solo restaba el paso final, y para eso tenía tiempo aún.

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En cuanto Jonathan y los chicos entraron al Bosque, experimentaron la sensación opresiva de costumbre. Ya habían estado allí en compañía del Profesor Alcemi, y siempre les había sucedido lo mismo, era como si los sonidos del exterior desaparecieran de manera súbita, sustituidos por un escandaloso silencio que hacía que cualquier sonido por pequeño que fuese, resultara amenazante.
-         ¿Están todos?  --  preguntó Jonathan descubriéndose
-         ¿Nos podemos quitar las Skik?  --  escuchó la voz de Gail
-         Sí  --  le contestó
Así lo hicieron y pudo constatar que estaban todos, aunque en el caso de las chicas, tenían expresión de susto.
-         Supongo que llevan todo lo necesario  --  dijo Jonathan
-         Si te refieres a nuestras Gwialen y a nuestros Athame  --  dijo Danny  --  es algo que aprendimos desde primer año.
-         Bien  --  dijo mirándolos a todos  --  no tenemos que ir muy lejos, pero aun así debemos estar atentos.
Jonathan se sacó una esfera del bolsillo y acercándosela a la boca, musitó algo que los chicos no entendieron.
-         Cyfeiriadedd
Una vez que hizo esto, miraron la esfera que se parecía a esos adornos que tienen una figura dentro y al moverlos parece que fuese un paisaje donde cae nieve. Pero en este caso vieron aparecer unas letras, y luego de una atenta observación, Jonathan les indicó por donde seguir.
-         ¿Qué es eso?  --  preguntó Danny
-         Una especie de brújula ¿no?  --  dijo Aderyn
-         Algo así  --   contestó Jonathan  y luego sonrió  --  es un invento de los gemelos y creo que de sus padres, pero  no estoy muy seguro, porque Iván siempre habla de la Vejledning, como propiedad de los gemelos.
-         ¿Vejledning?  --  preguntó Diandra
-         Así se llama esta bonita “cosa”  --  les dijo moviendo la esfera en su mano   --  y se supone que nos ayudará a salir de aquí.
Después que habían caminado alrededor de diez minutos, Gail los hizo detenerse.
-         ¿Qué sucede?  --  preguntó Jonathan
-         ¿No escuchan eso?  --  preguntó él a su vez
Mael agudizó su oído, pero no logró captar nada, y Jonathan que tenía todos sus bien entrenados sentidos alerta, tampoco.
-         ¿Qué exactamente es lo que estás escuchando?  --  le preguntó
-         Es como… ¿voces?  --  dijo Gail con duda  --  Como si alguien estuviese hablando
-         Amigo  --  dijo Danny  --  escuchar voces no es…  --  pero Gail le hizo una seña para que guardara silencio
Por las dudas, Jonathan había extraído con rapidez su Athame, y estaba trazando un círculo mágico alrededor para evitar sorpresas. Pero Gail se salió de él y caminó hacia un Roble y antes de que Jonathan pudiese ordenarle volver, todos vieron con asombro que del árbol estaba saliendo… ¿una mujer? Los chicos se volvieron asombrados hacia Jonathan, pero él con expresión de asombro estaba acercándose a Gail y a la mujer.
-         Es una Dríade  --  susurró apresuradamente Aderyn a los demás
Los chicos prestaron atención a la mujer. Era hermosa aunque el color de su piel no era exactamente igual al de ellos, sino más bien parecido al del Roble. Sus cabellos eran del mismo color las escasas hojas que le quedaban al árbol, y lucía marchito, mientras que sus ojos eran de un azul intenso, que a Sam le recordó al color de los ojos de los gemelos.
-         Señora  --  dijo Gail, pero no se le ocurría qué mas decir
-         Saludos descendiente de Syke  --  dijo ella  y Gail abrió mucho los ojos  --  Tú y tus amigos son bienvenidos al Erdö.
-         ¿Erdö?
-         Este Bosque  --  dijo ella  --  pero hay muchos peligros aquí, hagan lo que han venido a hacer y regresen a su mundo.
-         Bueno gracias  --  dijo Gail, y luego no pudo evitar preguntar  --  ¿Eras tú a la que escuchaba?
-         Puede ser  --  dijo ella  --  pero llevamos rato intentando advertirte.
-         ¿Llevamos? ¿Hay más como tú?
-         Así es  --  dijo ella  --  pero no parecías entender
-         Disculpe, pero no es usual para mí hablar con los árboles  --  dijo él con su habitual forma directa
-         ¡Gail!  --  exclamó Aderyn  --  No es un árbol
-         Bueno, lo siento y de todas formas, ustedes no escucharon ¿por qué?  --  preguntó mirando a la Dríade
-         Solo pueden vernos o escucharnos si así lo deseamos, pero en tu caso, es tu derecho de sangre  --  le dijo  --  Ahora deben irse.
Y aunque Gail no  estaba nada satisfecho con aquella respuesta que no entendía, Jonathan estuvo de acuerdo en que debían irse.
-         Gracias señora  --  le dijo a la Dríade  --  Vamos Gail
Jonathan volvió a sacar la Vejledning, y luego de consultarla los urgió a seguir.
-         Bueno  --  dijo Danny mientras caminaban tras Jonathan --   ahora resulta que tú también eres un “príncipe”
-         ¿Qué dices necio?
-         Por alguna razón puedes hablar con los árboles, así que eres príncipe de los árboles  --  dijo con maligno placer
-         Que no son árboles  --  porfió Aderyn
Pero mientras ellos discutían Sam iba dándole vueltas a un asunto que la había estado molestando, no porque fuese un problema en realidad, sino porque era algo a lo que no le encontraba explicación, y lo que había dicho la Dríade, sumado a sus propias observaciones, la habían hecho pensar de nuevo en el asunto. Sin embargo, eso tendría que esperar porque Jonathan los hizo detenerse, y esta vez,  todos habían escuchado perfectamente.
Unos segundos después, de detrás de los árboles salieron unas criaturas de aspecto espantoso, que hasta donde podían recordar, no habían visto en ningún libro de texto. Tenían el cuerpo de un perro muy grande, pero las patas traseras terminaban en pies humanos, mientras que las delanteras eran garras muy afiladas.  La cola tenía el aspecto de un látigo, y las movían de forma muy amenazante. Pero lo más espeluznante era la cara. En líneas generales podría decirse que tenía la cabeza de un lagarto grande, pero con unos colmillos de varios centímetros y una lengua bífida. Y todo el conjunto rematado con una cabellera larga parecida a la de un humano y unos ojos amarillos y malignos.
-         Pero… ¿qué…  --  comenzó Danny
-         Las chicas detrás de mí  --  dijo Jonathan con urgencia  --  y ustedes  --  dijo dirigiéndose a los chicos  --  atáquenlos con un rayo destructor, pero asegúrense de acertar.
De pronto aquellas monstruosas cosas, se levantaron sobre las patas traseras y emitieron un aterrador sonido, que era mitad aullido y mitad rugido. Los chicos no perdieron el tiempo y atacaron.
-         ¡EGWYL!
-         ¡SCRIOS!
-         ¡DINISTRO!
-         ¡PERERYV!
El único problema, fue que no se pusieron de acuerdo y Gail y Danny, atacaron al mismo monstruo, de modo que éste cayó, al igual que el atacado por Jonathan y al que atacó Mael, pero aún quedaron dos en pie. Uno atacó a Jonathan con extraordinaria rapidez, mientras que el otro iba hacia las niñas que estaban paralizadas de terror.
Blaidd apareció y se abalanzó sobre el que se le había ido encima a Jonathan. Aderyn y Diandra se había movido hacia atrás, pero Sam se quedó clavada en su sitio,  mientras aquella cosa se acercaba peligrosamente. Danny y Gail corrieron para situarse en otro ángulo, porque desde donde estaban podían herir a Sam, pero de pronto otra criatura igualmente amenazante atacó al monstruo clavándole sus afilados colmillos en el cuello y sacudiéndolo con violencia hasta lanzarlo como un fardo hacia un lado. Blaidd también había dado cuenta del que había atacado a Jonathan y éste se había puesto de pie con brazo sangrante, mientras los chicos miraban aterrorizados que la nueva criatura se volvía hacia Sam. Pero reaccionaron rápidamente y levantaron sus Gwialen, sin embargo, Jonathan los detuvo.
-         ¡NO!  --  les dijo interponiéndose
-         ¡Quítate!  --  le gritó Danny  --  Sam…
-         No le hará daño  --  aseguró Jonathan
Y efectivamente, al momento siguiente vieron que la criatura se agachaba ante Sam y luego, para el mayor de los asombros de los chicos, adoptaba la familiar figura de Mael.
-         ¿Cachorro?  --  dijo Gail aún sin poder creérselo
Todos se acercaron a ellos, pero fue Jonathan quien lo ayudó a levantarse.
-         ¿Estás bien?  --  le preguntó con preocupación
-         Eso… creo  --  dijo él inseguro
Tenía la ropa hecha jirones y estaba todo manchado de sangre, aunque no sabían si propia o ajena.
-         ¿Crees que puedes caminar?  --  preguntó Jonathan y él asintió  --  ¿Seguro?  --  insistió el Arzhaelí
-         Sí  --  contestó Mael
-         Bien, apresurémonos entonces, ya quiero salir de aquí  --  dijo y consultó nuevamente la Vejledning
Caminaron tras él, pero todos notaron que ciertamente Mael se movía con cierta dificultad, de modo que Sam y Diandra lo sujetaron por los brazos. No caminaron mucho, cuando llegaron a un claro.
-         Bien, desde aquí podremos…  --  comenzó Jonathan pero fue interrumpido por un sonido nada tranquilizador y un estremecimiento del suelo  --  ¡Sujétense!  --  dijo con premura
-         ¿Qué es eso?  --   preguntó Aderyn a punto de soltarse a llorar
-         No lo sé  --  dijo Jonathan  --  pero no nos quedaremos a averiguarlo
Pero mientras decía esto y los chicos se sujetaban para desaparecer, vio que los árboles que rodeaban el claro, comenzaban a estremecerse.
-         ¡Maldición, voy a matar a Giulian!  --  dijo antes de concentrarse en su destino
Después de esto, todo fue oscuridad.




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