Ninguno lo es...

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viernes, 2 de mayo de 2014

LA MAGIA DE ARZHVAEL El Inicio - Cap. 55 -

CAP. 55 CELOS, ENREDOS Y ALGO MAS…

Después de la reunión, los Arzhaelíes se dirigieron al comedor,  y Vlad se quedó en el estudio con Jonathan discutiendo acerca de su próxima salida. Ya los chicos y los Kriger se encontraban allí, pero en un rápido examen visual, Giulian notó que Sam no estaba y Kenneth tampoco.  Se acercó tan disimuladamente como pudo y aferró a Danny por el brazo.
-         ¿Dónde está tu hermana?
-         No lo sé  --  dijo el chico sorprendido, ya que no lo había visto acercarse y por el repentino tono áspero  --  no la veo desde que llegó…
Pero no alcanzó a terminar cuando ya Giulian se dirigía hacia las puertas del Comedor.
-         ¡Gore!  --  llamó apenas estuvo fuera y el Nisser se presentó
-         ¿Señor?
-         Localízame a la señorita Samantha de inmediato 
Mientras el Nisser iba a cumplir el encargo, él siguió andando. Abrió la puerta de la Biblioteca y entró, pero estaba vacía, dio me dio media vuelta lanzando la puerta con violencia. Iba a mitad de pasillo, cuando se presentó el Nisser.
-         La señorita está en el Salón de música con el joven…
Pero Giulian no necesitaba escuchar más. Con unos cuantos pasos cubrió la distancia y abrió la puerta. Efectivamente ambos estaban allí. La ira de Giulian, que había ido creciendo desde el momento que entró al Comedor y no vio a su ahijada, estuvo a punto de hacer peligrosa explosión al ver que aquel individuo sostenía las manos de Sam y ella lo miraba como si fuese lo único importante en el mundo. Lo único que salvó a Kenny de ser víctima de aquel loco peligroso, fue que Sam giró la cabeza en el momento oportuno.
-         ¡Giulian!  --  exclamó la chica
El desvió la mirada hacia ella mientras avanzaba, y su cálida sonrisa, unido al hecho de que ya no miraba a aquel idiota, tuvo un efecto tranquilizante, pero no era suficiente.
-         McKenzie  --  dijo sujetando a Sam por el brazo intentando apartarla  --  ¿Podrías dejarle espacio para respirar?
En un primer momento el chico no reaccionó, pero luego se dio cuenta que aún sujetaba las manos de Sam y Giulian estaba tirando de ella. Algo tarde quizá, recordó que aquel hombre no solo era el padrino de la chica, sino que además era su superior, y uno especialmente irascible. De modo que soltó las manos de la chica, y se disculpó, pero ya Giulian arrastraba a Sam hacia afuera.
-         Si tienes intenciones de comer, te sugiero darte prisa  --  dijo apenas volviendo la cabeza hacia Kenny  --  no vamos a esperar por ti.
Aunque ya Sam comenzaba a acostumbrarse al trato un tanto brusco de Giulian, le pareció que se comportaba de una forma muy poco amable con Kenny. Sin embargo, no dijo nada en beneficio de la paz, pero luego se lo diría.

La cena transcurrió en relativa paz. Y relativa porque la llegada de los Kriger amenazaba con traer más de un problema. Medea y Laria, las Kriger que comandaban los grupos de Leomer y Delos, respectivamente, tenían una fijación muy particular. Ambas suspiraban por Vlad Cornwall, aún antes de entrar al cuerpo de Krigers. Sus días preferidos de la semana, eran aquellos en los que tenían entrenamiento con el guapo Arzhaelí. No solo eran ellas las muy interesadas, ya que la población femenina que integraba el cuerpo, se dividía en tres partes, una al igual que ellas soñaba con Vlad, la otra con Iván y la restante con Delos. Y aunque sabían que no tenían ninguna oportunidad con aquellos individuos, ya que habría sido impropio que se involucraran con sus alumnas, no dejaban de hacer apuestas y de tratar de granjearse el favor de ellos. Pero cuando Giulian regresó, se formó un cuarto grupo encabezado por Laria. De modo que cuando los Krigers, fueron informados de su inminente traslado al lugar donde estaban los Arzhaelíes, ambas vieron el cielo abierto.
Con lo que no contaban estas señoritas, era con la presencia de tres jóvenes damitas, especialmente posesivas con aquellos individuos. En cuanto Sam tomó asiento, Aderyn y Diandra la miraron con el ceño fruncido.
-         ¿Qué?  --  preguntó la chica
-         Tenemos problemas  --  dijo Diandra
-         ¿De qué clase?
-         De la clase que no van a gustarte nada  --  aseguró Aderyn  --  ¿Ves a las Krigers que se sientan cerca de Vlad y Giulian?
-         ¿Qué hay con ellas?  --  preguntó después de asentir
-         Solo obsérvalas unos minutos y después nos lo dices tú misma  --  le dijo Diandra
Comenzaron a comer, y mientras Danny y Gail, discutían con Giulian acerca de su tema favorito, el Vliegend, Mael hablaba con Iván y con Peter acerca de Arx, ya que habían escuchado mencionar aquel lugar en varias ocasiones pero aún no sabían qué era.
-         Yo fui Dilynwyr como usted señor, mientras estuve en Develieng  -- dijo Laria
-         ¿De veras?  --  preguntó Giulian
-         Me presente un par de veces para Canllaw, pero no lo conseguí  --  agregó ella
-         Pues Danny lo consiguió muy de prisa  --  dijo Gail
-         Me habría desplazado de haber sido posible  --  intervino Kenny recordando la primera prueba de Danny
Y entre Gail, Kenny, y el mismo Danny, le refirieron a Giulian todo lo relativo a la misma, y luego la primera vez que Danny se había subido a la Glide para fastidiar a Fysisk, lo que produjo gran regocijo a Giulian. 
Entre tanto, Vlad apenas si prestaba atención a lo que Medea intentaba decirle y solo le contestaba con monosílabos, ya que estaba mucho más atento a la cercanía de Eve y Delos.
-         ¡Demonios!  --  exclamó repentinamente Sam, al más puro estilo de Danny
Mael se interrumpió a media frase y se volvió de inmediato. Iván miraba a Sam asombrado, Jonathan también había girado la cabeza, mientras que Vlad había elevado una ceja, del mismo modo que lo hacía su gemelo. Los demás no habían escuchado por estar inmersos en sus conversaciones, o estaban muy lejos para hacerlo.
-         ¿Qué sucede nena?  --  preguntó Mael
-         Nada  --  dijo apenada  --  Lo siento, es que me quemé la lengua
Mael le acercó el vaso con agua, y ella le agradeció, para girarse inmediatamente hacia las chicas.
-         Por esa expresión tan “Douglas”, diría que ya lo notaste  --  dijo Diandra
-         Te aseguro que hice algo más que notarlo  --  le contestó ella
Y era cierto, porque con el mayor descaro había invadido ambas mentes, y su vergüenza no tenía nada que ver con la inopinada invasión, sino con el contenido de los pensamientos.
-         ¿Y bien?  --  preguntó Aderyn  --  ¿Qué hacemos?
-         Primero que nada  --  dijo Sam después de pensar un poco  --  tenemos que hacer despertar a Eve
-         Tengo un problema con eso  --  dijo Diandra
-         ¿Cuál?
-         No estoy muy segura de que tengas razón, Eve no parece especialmente interesada en él, y es más, últimamente  --  dijo haciendo una leve indicación con la cabeza  --  parece más interesada en Delos.
-         No digas tonterías, Di  --  exclamó Aderyn
-         No son tonterías  --  estuvo en desacuerdo Sam  --  yo también había notado el interés de Delos, y lógicamente si el necio de Vlad no hace nada, el otro no perderá el tiempo.
-         Pero Sam, escuchaste a Eowaz, Delos siempre…
-         No  --  la interrumpió ella  --  es decir, sí pero mamá se casó con papá ¿no? Así que tal vez decidió mirar a otro lado. Lo que no podemos permitir es que Eve se equivoque.
-         ¿Y si realmente está interesada en él y no en Vlad?  --  insistió Diandra
-         Créeme,  no es así, lo que sucede es que Vlad no da señales concretas y parece esforzarse en fastidiarla  --  aseguró Sam  --  No sé por qué tienen complicarse tanto la vida.
-         De acuerdo, supongamos que tienes razón y logramos que Vlad reaccione y que Eve lo note  --  dijo Diandra  --  ¿Qué hacemos con el otro?
Sam miró por un momento a Giulian, y debió hacerlo con gran intensidad, porque unos segundos después, éste interrumpió lo que estaba diciéndole a Laria y giró la cabeza hacia Sam. Ella le sonrió dulcemente y él le guiñó un ojo, pero para gran decepción de Laria, Giulian reanudó su charla con los chicos.
-         ¿Sam?  --  dijo Aderyn
-         Del otro me encargo yo  --  dijo simplemente
Hacia el final de la cena, Vlad miró a las niñas con suspicacia, no en vano había sido uno de los más grandes buscadores de problemas en la escuela, de modo que aquel silencio de las chicas no le gustaba nada.
-         ¿Y a ustedes que les sucede?  -- les preguntó  --  Han estado muy silenciosas.
-         No es cierto  --  se defendió Diandra  --  solo porque no hablábamos contigo, no significa que estuviésemos silenciosas.
-         Eso es lo que me preocupa señorita McKenzie  --  dijo él con una sonrisa
-         Lo que sucede es que intentan convencerme de que soy una tonta  --  dijo Sam en un convincente y suficientemente alto, tono de tristeza
Aderyn y Diandra conocían lo suficiente a Sam, como para no cometer la estupidez de poner cara de asombro, de lo contrario, fuera lo que fuese lo que planeaba, se habría ido al traste. Mientras Sam miraba a Vlad con su mejor cara de pena, Giulian que había escuchado perfectamente, prestó atención, al igual que Iván.
-         A ver linda  --  dijo Vlad  --  ¿Por qué habrías de ser una tonta?
Y mientras aguardaba la respuesta, pensaba que era mejor, por el bien de McKenzie, que aquello no tuviese nada ver con él, o tendrían que hacer grandes esfuerzos para colocarle todos los huesos en sus respectivos lugares de nuevo, cuando acabase con él.
-         Quizá tengan razón  --  dijo ella bajando la vista al igual que la voz  --  todos ustedes saben que yo crecí en un orfanato, no pueden hacerse muchos amigos allí, y encariñarse con alguien significaba con toda probabilidad sufrir luego, porque los adoptaban y ya no los volvías a ver. Como es obvio, nunca nadie se interesó en mí, y la directora del centro no me tenía especial simpatía, de modo que la única persona que me mostró algún interés y cariño, fue la religiosa encargada de la parte académica, la Madre Cecilia. La directora nunca permitió que tuviésemos regalos de navidad o de cumpleaños, porque según ella, en primer lugar no los merecíamos y en segundo, las fechas de nuestros supuestos cumpleaños tal vez ni siquiera se correspondían con la verdadera fecha de nuestros nacimientos, pero la Madre Cecilia, siempre procuró suavizar nuestra pena dándonos todo su amor y atención.
Todo lo que había dicho era rigurosamente cierto, solo que no había planeado decirlo así, aquella era una conversación que pensaba tener solo con Iván y tal vez con Giulian, pero con nadie más. Sin embargo, a esas alturas hasta Dorila estaba mortificada. Los gemelos, por un lado Vlad estaba deseando arrancarle la cabeza a la directora del dichoso centro, y por el otro Giulian sentía un dolor enorme en el centro del pecho, pero eso no le impedía estar de acuerdo con Vlad. Danny se había levantado y se había colocado al lado de su hermana y le tenía las manos en los hombros, mientras Mael le sujetaba una mano. Por otro lado, Delos deseaba abrazarla y maldecía en silencio a Daniel, porque aquella niña debió ser su hija. Eve la miraba recordando la primera navidad que los chicos habían pasado con ellos, y un nudo muy grueso se instaló en su garganta. Sam levantó la cabeza y buscó la mirada de Iván, que en ese momento ya se sentía miserable, porque sabía lo que Sam quería, y él había permitido que pasara mucho tiempo.
-         Iván…
-         Lo sé, linda  --  le dijo  --  Solo dime cuándo quieres ir.
Todos miraron a Iván con asombro, especialmente los Arzhaelíes, por las recientes noticias que habían recibido, pero Iván hizo circular un urgente mensaje: Nadie diga nada. Pero Giulian no era precisamente del tipo que acataba órdenes.
-         Un momento  --   dijo  --  ¿Ir? ¿Ir a dónde exactamente?
-         Deseo ver a la madre Cecilia  --  dijo Sam  --  Fue trasladada a un Orfanato que está  únicamente a cargo de las religiosas de su orden.
-         Muy bien  --  dijo Eowaz  --  Iván te llevará cuando lo desees Samantha.
-         Pero Eowaz…  --  comenzó Dorila
-         Es un deseo legítimo  --  la interrumpió él y miró a Iván  --  Pero no irás solo.
-         ¡Por supuesto que no!  --  exclamó Giulian  --  Si hay que llevarla a algún lado, lo haré yo.
-         Pueden ir ambos, pero Jason y Kenneth irán con ustedes también  --  dijo Eowaz
-         ¡Pero eso no es necesario!  --  protestó Giulian  --  somos dos Arzhaelíes lo bastante…
-         Ellos los acompañaran Giulian  --  lo interrumpió Eowaz, en un tono que no admitía réplica
Giulian gimió internamente, ya que aquella era una oportunidad para mantener a McKenzie alejado de ella, pero no le quedaba más remedio que aceptar. No obstante, el asunto no iba a quedarse allí, porque en ese momento Danny miró a Eve y ésta supo que se avecinaba tormenta.
-         ¿Puedo esperar lo mismo?  --  le preguntó  --  Me prometiste cuando salimos de allí, que harías lo posible para que pudiese verlos de nuevo.
Eve miró a Eowaz y este hizo un gesto asentimiento.
-         De acuerdo Danny  --  le dijo ella
-         Que los acompañen Urs y Anthony  --  dijo Eowaz
-         Yo también iré con ellos  --  dijo Vlad
-         Cornwall, si necesitan más compañía yo puedo hacerlo  --  dijo Delos  --  tu cabeza…
-         Mi cabeza es mía, y hago con ella lo que se me da la gana  --  lo cortó Vlad
Aderyn y Diandra se miraron y sonrieron con disimulo, tal vez Sam tenía razón y tanto Vlad, como Eve, aún estaban a tiempo de despertar. Mientras que los chicos se preguntaban por qué necesitaban tanta compañía si iban fuera del mundo Arzhvael.
Sam se levantó y abrazó a Iván.
-         Gracias  --  le dijo
-         No linda, discúlpame. Es algo que debí hacer hace tiempo  --  dijo él apenado
-         No importa, estoy contenta de que lo hagas ahora.
Cuando salían del comedor, Aderyn y Diandra se acercaron a Sam
-         Por un momento pensamos que todo se trataba de una treta para desviar la atención de Vlad  --  dijo Diandra
-         Inicialmente fue así, pero no se me ocurrió nada qué decir, de modo que recordé que quería pedirle esto a Iván  --  les confesó ella
-         Bueno, de cualquier modo sirvió para muchas cosas  --  dijo Aderyn  --  te llevan a ver a la madre Cecilia, a Danny a ver a sus hermanos, alejas a Giulian de esa horrible mujer, y además a Eve de Delos y a Vlad de la otra.
-         No pudo salir mejor  --  concluyó Diandra y las tres sonrieron
Sin embargo, mientras se alejaban, Sam vio a Laria de nuevo intentando llamar la atención de Giulian. De modo que cambiando de dirección, caminó directamente hacia él.
-         Giulian…
-         Dime, princesa  --  se volvió él de inmediato olvidándose de Laria que miró a Sam con ganas de asesinarla, lo que fue un grave error
-         Solo quería darte las gracias, pero no quiero interrumpir así que…
-         Tú nunca interrumpes princesa  --  dijo él y la abrazó  --  además no tienes nada que agradecer
Sin darse cuenta fue apartado de Laria, que los siguió con la mirada pensando en la mejor manera de deshacerse de aquella mocosa que ya le había interrumpido tres veces esa noche. Pero al minuto siguiente escuchó una voz a sus espaldas.
-         Yo en tu lugar tendría mucho cuidado Laria  --  y ella se volvió sobresaltada  --  Valoramos mucho a nuestros Kriger, pero para ese hombre no hay, ni habrá nada ni nadie, por encima de esa niña. Un solo cabello de ella, es mucho más importante para él que toda tu persona. De modo que te sugiero no buscarte problemas que no necesitas.
Dicho esto, Iván se alejó dejándola roja de vergüenza.

Un rato de después de la cena, los Arzhaelíes fueron llamados nuevamente al estudio. Iván supuso, correctamente, que aquella nueva reunión sería con el objetivo de planear la salida de los niños. Mientras que éstos se quedaron en el Salón conversando con los Kriger, aunque Medea y Laria no se mostraron especialmente amistosas. Poco antes de la hora en la que normalmente los enviaban a la cama, Sam se levanto y salió al balcón. Desde allí no podía verse nada que no fuese el patio interior y el muro que rodeaba el Castillo, pero ella seguía conservando la costumbre adquirida de pequeña, y disfrutaba viendo el cielo estrellado.
-         Veo que sigues con la vieja costumbre de salir sin un abrigo adecuado  --  dijo Kenny a sus espaldas
-         No está haciendo tanto frío  --  le dijo ella mientras él le colocaba su capa sobre los hombros
-         Que el clima sea más benigno en esta zona, no implica que las temperaturas sean las más adecuadas para estar tan descubierta.
-         Gracias, parece que tu tarea desde siempre, es mantenerme abrigada  --  le dijo sonriendo
Kenny tuvo grandes dificultades para mantener la distancia, y  obligarse a recordar que Sam aún era una niña. Y aunque Jason y Urs, cansados de escucharlo hablar de ella y no hacer nada al respecto, le habían hecho notar que dentro de un año ya no lo sería, y que para entonces, probablemente cualquier otro le habría tomado la delantera, él seguía viéndola de esa manera. Pero con todo, cada vez le resultaba más difícil. Trató de sacar de su mente aquellas imágenes, y hacer lugar para procesar lo que ella estaba diciendo, pero solo podía ver sus labios moverse y el impulso de besarla resultó casi incontenible.
-         ¿Kenny?  --  dijo ella moviendo una mano frente a su rostro
En años posteriores, Kenny recodaría aquel momento, como una de las más duras batallas ganadas a su instinto.
-         Disculpa  --  dijo cuando logró que las palabras se abrieran paso hasta su garganta  --  ya sé que es imperdonable y merezco que me patees, pero me distraje.
-         Tonto  --  rio ella, y él deseó con toda su alma que dejara de hacerlo
Sin poder evitarlo, su mano se elevó y se posó en su mejilla.
-         Kenny… estás muy extraño  --  dijo ella mirándolo con atención  --  ¿Sucede algo?
-         Sucede que es hora de que te vayas a la cama  --  dijo una voz a sus espaldas
Kenny deseó que se lo tragara la tierra, no podía creer que tuviese tan mala suerte, y que dos veces en un mismo día, Giulian lo descubriera punto de perder la cabeza con Sam.
-         Vlad  --  exclamó la chica, y Kenny suspiró, al menos era el otro  --  me asustaste.
-         Es tarde linda, ya todos subieron a acostarse.
-         Lo siento señor, es mi culpa, yo la distraje  --  dijo Kenny  --  Vamos Samantha, él tiene razón te acompaño arriba
-         No es necesario McKenzie  --  lo atajó Vlad  --  Yo la acompañaré. Iván te está buscando.
Sam se despidió de Kenny y entró con Vlad. Cuando subían las escaleras, ella iba pensando en qué tendrían los gemelos en contra de Kenny, porque ya era mucho que ambos lo trataran de la misma manera. Sin embargo, no pudo formular su pregunta, porque Vlad comenzó a hablar en ese momento.
-         Te tengo noticias  --  le dijo  --  acordamos llevarlos mañana.
-         ¿De veras?  --  preguntó ella emocionada y olvidando a Kenny
-         Así es, de modo que vaya a descansar señorita, porque debe madrugar.
Impulsivamente ella se colgó de su cuello y comenzó a besarlo.
-         Gracias, gracias, gracias
Vlad era muy poco dado a aquellas expresiones de cariño, pero Sam siempre hacía lo que le parecía y él nunca había podido hacer nada al respecto. De modo que solo sonrió intentando detenerla.
-         Buenas noches, señor  --  escucharon y ambos voltearon
Medea y Laria, iban pasando en ese momento y ellos no las habían escuchado. El les hizo un gesto de saludo y ellas continuaron su camino, mientras él abría la puerta de la habitación de Sam y la enviaba dentro.
-         Que descanses linda  --  le dijo y después de cerrar, se volvió y comenzó a bajar las escaleras
Las Kriger lo miraban desde el otro extremo del pasillo, hasta que se perdió escaleras abajo.
-         ¿Qué tiene esa condenada mocosa, para que todos estén tan pendientes de ella?  --  dijo Laria con rencor
-         Es una Douglas ¿qué esperabas?  --  le contestó Medea
-         ¿Y eso qué?
-         ¡Oh vamos Laria! Todo el mundo lo sabe  --  y dicho esto se perdieron por el pasillo
Pero aquel día, definitivamente no estaba destinado a terminar bien. Cuando Vlad entró a la Biblioteca, aún pensando en qué hacer con McKenzie, la imagen con la que se toparon sus ojos casi le provoca un paro cardíaco. Delos tenía a Eve sujeta por la cintura, y eran en extremo evidentes sus intenciones.
-         ¡Quítale las manos de encima!  --  aquello más que un grito, pareció un rugido
-         ¡Cornwall, ya me tienes harto!  --  exclamó Delos furioso  --  Haz el favor de no meterte en donde no te importa
Alguien con un poco más de juicio, no habría ignorado el peligroso brillo de aquellos ojos, que habían adquirido el color de un trozo de acero.
-         Vete a tu habitación Eveska  --  le ordenó a Eve
-         Vlad no puedes… 
-         Que te vayas he dicho  --  la interrumpió sin mirarla  --   ¡Ahora!
Eve lo miró y luego salió corriendo. Casi había llegado a las escaleras, pero en su carrera se dio de frente con Giulian, que venía en compañía de Iván.
-         ¡Vampi!  --  le dijo sujetándola  --  ¿Quién te persigue?
-         ¡Déjame!  --  dijo ella tratando de soltarse
-         ¿Estás llorando?  --  le preguntó de manera innecesaria  --  ¿Quién…
Pero en ese momento escucharon el inconfundible sonido de cristales rotos y objetos cayendo estrepitosamente. La distracción lo hizo aflojar las manos y ella aprovechó para huir. Iván y Giulian se miraron solo una fracción de segundo, y corrieron hacia la Biblioteca.
Apenas entraron vieron a Delos y a Vlad liados en una brutal pelea.
-         ¡Maldición!  --  exclamó Iván  --  Mucho habían tardado, hay que detenerlos.
-         Yo no  --  dijo Giulian con una sonrisa de satisfacción
-         No seas necio Giulian, si Eowaz lo nota…
Pero se dio cuenta que perdía el tiempo, Giulian se había recostado de la pared y había cruzado los brazos dispuesto a ver como se deshacían aquellos dos. De modo que Iván extrajo su Athame y avanzó hacia ellos.
-         ¡AFSAT!  --   los dos fueron separados con tanta fuerza que dieron contra las paredes  --  ¡CAPTA!  --  y ambos quedaron apresados contra ellas
-         ¡Maldita sea Iván, suéltame!  --  le gritó Vlad
-         ¡Déjame en paz Natchzhrer, voy a romperle hasta el último hueso a este idiota!
-         ¡Cuando acabe contigo, ni tu madre podrá reconocerte, desgraciado!
-         ¡BASTA!  --  se impuso Iván por encima de los gritos de ambos
Agarró a Delos por un brazo y comenzó a arrastrarlo hacia la puerta.
-         Encárgate de Vlad  --  le dijo a Giulian al pasar junto a él que seguía en el mimo lugar y con cara de diversión  --  y por su propio bien, que se tranquilice.
Empujó a Delos hacia afuera y una vez que estuvieron lejos, lo soltó, pero se dio cuenta que tenía el brazo en una posición anormal, lo que indicaba que estaba fracturado.
-         Demonios, hay que arreglarte ese brazo
-         Vete al infierno Natchzhrer  --  dijo dándole la espalda
-         Un gracias habría bastado, te acabo de salvar el cuello, infeliz
Entre tanto, Giulian se había acercado a Vlad, levantando el conjuro que lo mantenía sujeto, y mientras su gemelo lo miraba furioso, él levantó las manos en señal de que no había tenido nada que ver.
-         No me interesan las razones idem  --  le dijo  --  solo dime que ese labio sangrante, equivale por lo menos a un par de costillas rotas
-         Le habría roto hasta el nombre, si Iván no hubiese sido tan inoportuno  --  le dijo
-         ¡Genial! ¿Estás bien?
-         Lo estaré cuando ese desgraciado y el imbécil de McKenzie, se larguen de mi casa.

Salió de la biblioteca, y Giulian se quedó pensando que por fuerza, debía estar de acuerdo con él.

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