Ninguno lo es...

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viernes, 2 de mayo de 2014

LA MAGIA DE A-RZHVAEL El inicio - Cap. 33 -

CAP. 33 CAMBIOS

La súbita aparición de los Arzhaelíes en Edernez, causó revuelo.  A pesar de que el lugar estaba bastante congestionado, las  Nyrs tuvieron tiempo para parlotear entre ellas y mirar con evidente admiración tanto a Iván como a Vlad. Sin embargo, ellos no perdieron el tiempo y pidieron hablar con Johnson o Richards, e inmediatamente les dieron aviso de su llegada.
Pocos minutos después, le hacían entrega del antídoto a los Läkares.  Pero antes de que los hombres se retiraran Iván los detuvo.
-         Es necesario que atiendan a Vlad  --  les dijo
Ambos miraron al Arzhaelí  con los ojos muy abiertos.
-         ¿Presenta alguno de los síntomas?  --  preguntó Johnson y Vlad se limitó a asentir  --  Entonces debemos examinarlos a todos  --  agregó
-         Y disculpe señor Natchzhrer  --  dijo Richards  --  pero la mascota no puede estar aquí  --  dijo señalando a Blaidd
Iván miró a Mael, y éste a su vez al Lobo, un minuto después había desaparecido.
-         ¿Qué le dijiste?  --  preguntó Gail, mientras caminaban tras los Läkares
-         Que esperara fuera  --  le contestó Mael
-         ¿Así nada más?
-         ¿Y qué más iba a decirle?  --  preguntó el chico
Pero detuvieron aquella charla al llegar ante la puerta de la sala de evaluaciones. Primero hicieron pasar a Vlad y a Iván. Luego igualmente por parejas, hasta que todos fueron examinados. Finalmente, los Läkares dictaminaron que si bien los demás, aparentemente, no habían sido contagiados, Vlad debía quedarse en Edernez. Sin embargo, decirlo fue una cosa, y convencerlo de ello, otra muy distinta.  A pesar de su terquedad, no le resultó fácil enfrentarse a una llorosa Samantha.
-         Vlad, por favor  -- dijo la niña  --  ya perdí a mis padres, a mi madrina y tal vez a mi padrino, no quiero perderte a ti también.
-         De acuerdo  --  dijo derrotado y  cediendo al fin
-         Vendremos en cuanto rindamos el informe ante el Consejo  --  dijo Iván
-         Bien  --  dijo Vlad
Las niñas se despidieron de Vlad besándolo en la mejilla.
-         No puedes quejarte  --  le dijo Iván con sorna  --  con tantas bellezas mimándote
-         Termina de irte Natchzhrer  --  le dijo de mal humor, mientras Iván abandonaba la habitación riendo
-         Nos vemos luego Vlad  --  dijeron los chicos, saliendo a su vez
-         Volveré en cuanto sea posible  --  le dijo Eve y le dio un beso en la frente
En cuanto estuvo solo cerró los ojos y dejó caer la cabeza hacia atrás, realmente el dolor lo estaba matando.

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Cuando llegaron a la Sede, Iván se detuvo a las puertas de la Sala del Consejo y se volvió hacia los niños.
-         Esperen aquí ¿de acuerdo?  --  les dijo  --  Se que deben estar cansados, pero no tardaremos mucho
Los niños asintieron y se dispusieron a esperar. Iván y Eve entraron y ya estaban allí Delos, Dorila y los Kriger. Saludaron y se pararon frente a Eowaz para narrarle los hechos. Una vez finalizado el relato,  le informaron que Vlad estaba en Edernez para recibir atención.
-         Cornwall es un estúpido, si no estaba en condiciones, --  dijo Delos  --  no debió arriesgar la misión por su arrogante necesidad de hacerse el héroe, y tú…
-         En condiciones o no, cumplió con su deber  --  dijo Iván en un tono peligrosamente amenazante  --  y yo en tu lugar elegiría con cuidado mis palabras.
Ante la insoslayable amenaza de esa mirada, Delos guardó prudente silencio. Iván era conocido por su paciencia, pero también por ser potencialmente letal.
-         ¿Dónde están lo niños?  --  preguntó Eowaz
-         Nos esperan afuera  --  contestó Eve
-         Háganlos pasar por favor  --  dijo él 
Eve caminó hacia la puerta y unos minutos después los niños estaban frente a Eowaz.
-         Me alegra verlos a todos bien  --  dijo él  --  Iván y Eve, nos han puesto al corriente de su actuación, y creo que aparte de nuestro agradecimiento, se merecen un reconocimiento especial por su valor.
Los niños sonrieron satisfechos, pero fue Danny el que habló por todos.
-         Nos alegra haber sido útiles  --  dijo
-         Lo que han hecho califica como un acto heroico, ya que sin su ayuda no habría sido posible obtener la cura para este virus mortal  --  les dijo  --  pero son demasiado jóvenes como para ser Arzhaelíes. Sin embargo, en el caso de las señoritas McKenzie y del señor Berserker, ahora tienen el mismo estatus que los Douglas y el señor Natchzhrer poseen por nacimiento. Es decir, si en un futuro desean ingresar a la Orden de Arzhaelíes, tendrán prioridad por encima de aquellos que no poseen ese derecho  --  y luego miró a los otros tres  --  Y si ustedes deciden hacerlo, quedarán exentos del examen de admisión.
Los chicos se miraron con los ojos muy abiertos, sin poder creerlo.
-         Y teniendo en cuenta, que eso no pueden hacerlo en este momento  --  continuó Eowaz  --  y sus acciones han tenido lugar ahora, creo que les gustará tener esto  --  y ante ellos aparecieron unas Skik Ljosalfar
Los ojos casi se les salen de las órbitas, especialmente a Gail que siempre había sentido verdadera admiración por la Skik de su padre.
-         Supongo que es innecesario decirles, que sean discretos con sus nuevas posesiones  --  les dijo Eowaz
-         Señor  --  dijo Danny  --  pero nosotros ya tenemos una
-         Las que ustedes tienen, pertenecieron a sus padres y lógicamente son su herencia  --  acordó  --  pero éstas les pertenecen por derecho propio
Danny asintió y se dio por satisfecho.
-         Ahora deben ir a descansar  --  les dijo  --  y nuevamente les doy las gracias a nombre de toda la comunidad Arzhvael.
Se despidieron y abandonaron la Sede en compañía de Iván y Eve.

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Una semana más tarde, iban a visitar a Vlad como todas las tardes, pero cuando Iván abrió la puerta de la habitación, a Eve le cambió la expresión.  Dentro se encontraba Vlad, en compañía de dos Nyrs, y parecían especialmente animados. A Sam no se le escapo el hecho de que cuando abrieron la puerta, una de las Nyrs sostenía la mano de Vlad.  Iván entró y saludó alegremente al igual que Gail, Mael y Danny. Sin embargo, las niñas estaban muy serias y Eve tenía una expresión en la que se leía claramente la molestia.
-         Si ya terminaron de prestar sus servicios aquí, sea cuales fueren éstos, salgan ya  --  les dijo a las Nyrs, en un tono gélido
Las chicas enrojecieron y despidiéndose apresuradamente, abandonaron la habitación. Los niños miraban a Eve con asombro, mientras que las niñas tenían una sonrisa de satisfacción en los labios. Luego de esto Eve encaró a Vlad.
-         Eres y seguirás siendo un sinvergüenza Vladimir Cornwall  --  le dijo
-         Eve  --  dijo Iván en tono de advertencia, antes de que Vlad pudiese decir nada
-         ¿Qué? No estoy diciendo nada que no sea cierto. Este…   --  pero parecía non encontrar un calificativo apropiado  --  no puede ver una falda porque enseguida…
-         ¡EVE!  --  exclamó Iván,  y ella se detuvo un momento pero luego siguió
-         … deberías tener más juicio, ya no eres un escolar
-         Eve por favor  -  dijo Vlad recuperando al parecer la capacidad e hablar  --  pareces una gansa enfadada
-         ¿Una…
Pero Eve le dio la espalda y salió dando un portazo. Los niños aún tenían la misma expresión de desconcierto y sus ojos pasaron de la puerta por donde había salido Eve, a Vlad.
-         ¿Qué fue todo eso?  --  preguntó Gail
-         Usa el cerebro alguna vez Gail  --  dijo Aderyn
-         ¿Qué significa eso?  --  le preguntó Gail volviéndose a ella
Pero Aderyn se limitó a girar los ojos con superioridad. Sam se acercó a la cama y miró a Vlad
-         ¿Y mi beso?  --  preguntó él sonriéndole
-         Dime una cosa Vlad  --  dijo ella ignorando su petición  --  ¿Tienes algún problema en la mano?
-         ¿Qué?
-         ¿También tienes problemas de audición?  --  preguntó Diandra
-         Mis manos están bien  --  dijo él confundido
-         Lo imaginé  --  dijo ella, y le dio la espalda dirigiéndose hacia la puerta
Aderyn y Diandra la imitaron.
-         Creo que mamá tiene razón  --  dijo Aderyn antes de salir
-         ¡Hey!  --  dijo Vlad  --  ¿A dónde creen que van?   Acaban de llegar
-         Me parece que prefieres “otras” compañías  --  dijo Sam antes de cerrar la puerta tras de ellas
Una vez que quedaron solos Vlad miró a Iván y éste sonrió.
-         Solidaridad femenina, hermano  --  le dijo
-         ¿Alguien puede explicar qué les sucede?  --  preguntó de nuevo Gail señalando hacia la puerta 
-         No  --  dijeron Iván y Vlad   
-         ¿Por qué se comportan de ese modo?  --  preguntó Danny
-         Créanos, no las entendemos más que ustedes  --  dijo Iván
Y luego rompieron a reír los dos.  Un par de días después, Vlad fue dado de alta, pero ni Eve ni las niñas, volvieron a visitarlo después del incidente.

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Las vacaciones de verano llegaron a su fin y debían volver a la escuela.  A las niñas parecía habérseles pasado el disgusto con Vlad, igual que a Eve, de modo que todo había vuelto a la normalidad, o al menos eso creía Vlad hasta el día de despedir a los niños en la terminal. Poco antes de que sonara la llamada para abordar, Sam llamó la atención de Vlad.
-         ¿Podemos hablar un momento?
-         Claro linda, dime  --  dijo él y se apartaron un poco de los demás
-         Hazme un favor Vlad  --  le dijo la niña  --  abre los ojos
-         ¿Disculpa? No te…
-         Sí, si me entiendes
Después de esta desconcertante petición, le dio un apresurado beso en la mejilla y se marchó con sus amigas.

El año transcurría sin mayores sobresaltos, lo que era agradecido por las niñas, porque aunque para los chicos había sido una gran aventura y no dejaban de hablar de ello, las niñas pensaban que ya habían tenido suficiente para el resto de sus vidas.
Los cambios que comenzaban a operarse en las niñas, se habían vuelto un verdadero problema para Sam y para Diandra.  Los chicos comenzaban a fijarse en ellas, y las perseguían con verdadero ahínco. No es que Aderyn no llamase la atención, sino que siempre había sido la más seria y callada, razón por la cual tenía menos problemas que las otras dos.
Una noche estando en el Salón Principal del Ala Norte, escuchando a Gail quejarse de la ingente cantidad de deberes que les había dejado Dorila, vieron entrar a Diandra con mala cara.
-         ¿Qué sucede?  --  preguntó Sam
-         Que estoy harta de que por culpa de Nurión, no podamos salir de aquí  --  dijo con rabia
Los chicos levantaron la cabeza y la miraron con extrañeza. Ya para todos era habitual quedarse en la escuela los fines de semana, y ni siquiera pensaban en ello. Por esto les llamó la atención el repentino ataque de furia de Diandra.
-         Diandra…  --  comenzó Aderyn
-         No me digas nada, Nicholas acaba de invitarme a ir con él y tuve que decirle que no  --  dijo la niña  --  así que no me fastidies.
-         ¿Qué?  --  preguntaron los tres varones al mismo tiempo
-         ¿Qué de qué?  --  preguntó Diandra  --  ¿Están sordos acaso?
Y dicho esto, se levantó y subió a su dormitorio. Sam y Aderyn se miraron un momento, y luego recogieron sus cosas y se dispusieron a subir con ella.
-         ¡Hey, hey!  --  dijo Danny  --  ¿A dónde creen que van? Siéntense y explíquenos qué significa todo esto.
-         Danny  --  dijo Aderyn con paciencia  --  No hay nada que explicar, simplemente está furiosa porque no podrá salir con Nicholas, eso es todo.
-         Y para empezar  --  dijo Danny  --  ¿Por qué tendría que ir a algún lugar con él?
-         Porque eso es lo que hacen los chicos y las chicas “genio”  --  le contestó
-         Esto no me gusta nada  --  dijo Mael  --  además Nicholas Salisbury es…
-         Cállate Mael, y no te atrevas a pretextar que es un Nemhain, porque sabemos perfectamente…
-         No iba a decir eso  --  la interrumpió él  --  pero es amigo de Lery, y desde luego si lo es, no puede ser buena persona
-         Creo que a Diandra el frío le afectó el buen juicio  --  sentenció Gail
-         Y ustedes son unos idiotas  --  dijo Aderyn
Les dieron la espalda y subieron. Los chicos se miraron con preocupación.
-         Creo que es hora de que tengamos una charla con ese tal  --  dijo Gail
-         No perderé el tiempo hablando  --  dijo Danny en tono sombrío  --  y les aseguro que no le quedaran ganas a ese imbécil de hacer el tonto con ninguna de ellas.
Durante los días siguientes, los chicos prácticamente no se despegaron de las niñas, lo que terminó por fastidiarlas mucho,  y un mediodía en el comedor, Aderyn y Sam se quejaban de ello con Gail y Danny.
-         Parecen sombras  --  decía Aderyn
-         Lo único que les falta, es entrar con nosotras a los servicios   --  dijo Sam molesta
-         Mientras haya individuos tan estúpidos como para…  --  comenzó Gail
-         ¡Gail Vladimir Natchzhrer!  --  exclamó Aderyn  --  El hecho de que ustedes sean tan necios como para no darse cuenta de que somos chicas, no significa que los demás lo sean
-         ¿De qué hablas?  --  preguntó Danny  --  Claro que sabemos que son chicas.
Ellas los miraron con exasperación, pero la discusión se detuvo porque en ese momento llegaban Diandra y Mael, en medio de una discusión parecida.
-         … si vuelvo a verte tras de mí Berserker  --  venía prácticamente gritando la niña  --  o a cualquiera de ustedes  --  dijo mirando con ira a los otros dos  --  les juro que lo van a lamentar.
-         A ver Di…  --  comenzó Danny
-         Tú déjame en paz Douglas  --  lo interrumpió ella  --  y si vuelvo a enterarme de que alguno de mis amigos, sufre “extraños” accidentes…
-         ¿Y yo qué tengo que ver con eso?  --  se defendió él muy mal
-         Si tú eres un retrasado mental, te aseguro que yo no
Y dicho esto, las niñas se levantaron y se fueron a otro lugar de la mesa.
Aquel año transcurrió entre pleitos y escenas semejantes, pero ciertamente ni los chicos dejaron de seguir a las niñas, ni ellas de protestar ruidosamente, y en alguna ocasión, de cobrárselo.

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Iván entró al lugar con la expresión sombría. Desde que había recibido aquel mensaje, su mente era un caótico revoltijo de recuerdos. Su primera reacción fue de sorpresa, pero de la sorpresa pasó a la incredulidad y luego a la ira. Miró nuevamente el mensaje, contenía una sola línea y solo tres palabras.
TENEMOS QUE HABLAR
No precisaba de firma, había reconocido la caligrafía de inmediato, y deseo con todas sus fuerzas que aquello no estuviese ocurriendo.  Había temido algo así desde el principio, pero había albergado la esperanza de que no sucediera nunca. Sin embargo, había pasado y ahora debía hacerle frente.
Arrugó el papel en su mano, y entró con paso firme al lugar. El encargado lo reconoció enseguida a pesar de que hacía años que no ponía los pies en aquel lugar.
-         Señor Natchzhrer, que honor tenerlo por aquí de nuevo  --  lo saludó el hombre
-         Buenas noches Antoine  --  saludó a su vez
-         Por aquí por favor, ya lo esperan  --  le indicó
Iván sintió una desagradable opresión en el pecho, pero caminó tras el hombre. Una vez llegados a la mesa, Antoine les sonrió a ambos y se retiró.
-         ¿Qué quieres?  --  preguntó Iván apenas se sentó
-         Hola Iván, yo estoy bien y tú  --  dijo la mujer
-         No me interesa cómo estés, solo dime qué demonios quieres y terminemos con esto  --  dijo él
-         ¿Me has echado de menos?
-         Sí tú puedes perder tu tiempo, cosa que no dudo, yo no  --  dijo Iván --  así que si no…
-         Quiero ver a mi hijo  --  lo interrumpió ella
Iván sintió que una mano helada apretaba su corazón, pero se sobrepuso.
-         Ese es un derecho al que renunciaste cuando nos abandonaste  --  dijo en tono seco
-         Es algo que he lamentado mucho  --  dijo ella  --  Pero debes comprender, era joven, inocente,  no sabía lo que quería y…  --  pero la risa sarcástica de Iván la interrumpió
-         Joven sí,  que no supieras lo que querías, lo dudo mucho, e inocente es algo que ciertamente no has sido nunca  --  le dijo
-         Iván es mi hijo, y debe extrañarme, necesitarme, querer verme.
-         ¡Hijo al que abandonaste!  --  exclamó con exasperación  --  No puede extrañarse lo que nunca se ha tenido, no te necesita porque nos hemos encargado de que no lo haga, y difícilmente puede querer verte porque te cree muerta  --  concluyó
-         Quiero verlo  --  dijo ella cambiando el tono
-         Eso es algo que no sucederá  --  le  aseguró él
-         Le has contado demasiadas mentiras Iván  --  le dijo
-         Es verdad  --  reconoció él  --  pero fue para protegerlo de la gran mentira que tú eres.
-         Es algo que no va a perdonarte cuando se entere, y se enterará, te lo aseguro.
-         ¿Me estás amenazando?  --  preguntó él entrecerrando los ojos peligrosamente
-         Iván  --  intentó ella cambiando de tono y de táctica  --  te lo estoy pidiendo en nombre del amor que…
-         No seas desvergonzada  --  dijo él  --  Te amé, pero tú te encargaste de matar ese amor. Así que no te atrevas a invocar un amor, que al menos de tu parte, nunca existió
-         No puedes impedirme ver a mi propio hijo.
-         ¡Oh, sí!  Sí que puedo  --  dijo poniéndose de pie  --  Y te sugiero no intentarlo, porque si una vez te perdoné la vida, no sucederá una segunda vez
-         No te atreverías  --  aseguró
-         No pongas a prueba mi paciencia si no quieres comprobarlo  --  le dijo en tono gélido  --  o te juro que te arrepentirás de haberme conocido.
Dicho esto le dio la espalda y abandonó el lugar. Ella lo observó marcharse y una expresión de terrible odio se dibujó en su rostro.
-         Ya lo hago Iván  --  dijo  --  no te imaginas cuanto.

Se puso de pie ella también para marcharse, y pensó: “Muy bien Iván Natchzhrer, será por el camino difícil, porque así lo has querido. Tú y el estúpido crío, pagaran caro tu arrogancia”

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