CAP. 66 FINALMENTE…
Los Arzhaelíes habían llegado a
Arx, y en seguida se pusieron a la tarea de clasificar a los heridos, entre los
más graves y los que podían esperar un poco más para ser atendidos. Una vez
hecho esto, comenzaron a atenderlos. Eowaz e Iván pasaron una de las mañanas
más agotadoras que podían recordar. Eve, Anne, Laria y un par de Krigers más,
los asistían, pero aún así fue duro.
Seis de los Krigers, no lograron
sobrevivir, y un chico muy joven había tomado la decisión de desprenderse,
debido al sufrimiento que le estaban causando las heridas. Iván cerró sus ojos,
y al levantar los suyos, Vlad recibió el peso del odio que brillaba en aquella
mirada.
-
Era solo un niño -- dijo Iván con ira contenida -- y
no tuve ocasión para hacer nada.
-
Deja de castigarte. Es terrible, lo sé, pero no habrías podido hacer
nada de cualquier forma -- dijo señalando la herida que el hico tenía en
el abdomen y que había adquirido el tono negruzco ya conocido que indicaba el
envenenamiento
Unos minutos después de aquel
intercambio, un grito atrajo su atención. Iván corrió hacia donde se encontraba
Anne, ya que Eowaz en aquel momento estaba ocupado.
-
¿Qué sucede? -- preguntó
Hasta donde había podido
comprobar él mismo, antes de que Peter abandonara Clever House en compañía de su mujer y su nuera, ésta última no
estaba en un estado tan grave como para provocar aquella repentina reacción de
Anne.
-
No lo sé Iván -- dijo una llorosa Anne --
pero de pronto comenzó a quejarse y…
-
Tiene mucha fiebre -- interrumpió él que ya había colocado su mano
en la frente de Liz
Por un momento sintió pánico al
pensar en la posibilidad de que se hubiese equivocado al hacer a comprobación
de la presencia de veneno en la herida. De modo que sacó su Athame y volvió a
hacerlo. Pero nuevamente obtuvo el mismo resultado. Con un poco más de calma
intentó hablar con la chica.
-
Liz, indícame por favor si te duele algo más que la herida -- le
dijo
-
Me duele mucho acá -- dijo ella sujetándose el abdomen
Una súbita idea invadió el
cerebro de Iván y miró a Anne, con lo que transmitió la misma a la mujer, que
de inmediato se llevó la mano a la boca.
-
Liz -- dijo tratando de ser lo más delicado
posible -- ¿Existe la posibilidad de que estés
embarazada?
La chica lo miró con los ojos
muy abiertos, pero después de pensarlo unos segundos, asintió.
-
¿Me permites comprobarlo? -- y
ella asintió de nuevo
Iván dirigió su Athame hacia la
zona abdominal, y esperaba poder efectuar esa comprobación correctamente,
porque si bien era cierto que su pasión siempre había sido el tratamiento y
cura de heridas y enfermedades, su rápido ingreso y ascenso en la Orden Arzhaelí,
no le permitieron desarrollar la que habría sido su profesión.
-
¡CONFESSUS SUM INFANTIS!
Los tres vieron una luz plateada
que ascendía, pero inmediatamente se opacó hasta el punto de parecer humo
negro. Iván repitió el conjuro, con el
mismo resultado, así que luego de esto miró a Anne y luego a la chica.
-
Lo siento Liz -- dijo con verdadera pena -- En
efecto lo estás, pero supongo que el ataque y la caída de la pared…
No le fue posible concluir,
tanto Liz como Anne, lloraban de forma desconsolada. Iván consideró que lo más
prudente en aquel caso era ir por el padre de la criatura, antes de proceder a
atender a Liz.
Peter había recibido una seria
herida en el brazo, pero ya Eowaz lo había atendido y estaba mucho mejor. No
obstante, en ese momento discutía con su padre y con su hermano, que insistían
en que descansara un poco.
-
Peter -- ambos hombres se giraron al escuchar a
Iván --
Liz te necesita
Peter miró a su padre en forma
casi acusadora.
-
Me dijiste que estaba bien, que no debía preocuparme, que…
-
Peter -- lo interrumpió Iván deteniéndolo al mismo tiempo, porque mientras
hablaba había comenzado a caminar
-- Es necesario que me escuches
primero.
-
¿Qué sucede?
-
Lamento mucho tener que decirte esto, y no hay una forma suave de
hacerlo, Liz estaba embarazada, pero el ataque y los golpes recibidos al caerle
la pared, causaron la muerte del bebe.
Peter tenía los ojos al doble de
su tamaño habitual. Lo que acababa de escuchar lo hizo sentir que el piso se
abría bajo sus pies, y que una mano muy fría apretaba su corazón. Fue necesario
que Jonathan y su padre lo sujetaran porque parecía a punto de caer.
-
Lo siento mucho -- continuó Iván
-- pero consideré que debías
saberlo antes de que practiquemos la extracción. Pero no podemos demorar mucho
más, porque ya Liz tiene fiebre y corremos el riesgo si no actuamos de prisa,
de que se presente un shock endotóxico.
Mientras los McKenzie se
dirigían hacia donde se encontraba Liz, Iván fue en busca de Eve, ya que
necesitaría ayuda. Después de informarles lo que sucedía, Eowaz que estaba con
ella, lo miró en forma interrogativa.
-
No me cabe duda de que estás perfectamente capacitado para hacer
esto --
le dijo -- pero ¿estás en condiciones de hacerlo?
-
La verdad preferiría no hacerlo
-- reconoció él después de unos
segundos
-
Bien, hazte cargo de los que aún requieren atención, que yo iré con
los McKenzie -- le dijo
-
Gracias.
Como dijo Eowaz, estaba
perfectamente capacitado para practicar aquel procedimiento, pero su natural
aversión a la pérdida de vidas humanas, especialmente si se trataba de niños,
hacían de esto en particular algo inmanejable para él. Podía con las muertes
inevitables en adultos, pero con esto, decididamente no.
Iván se dedicó a trabajar en forma frenética,
con la muy escasa ayuda de Laria, la chica estaba al borde del agotamiento,
mientras que él hacía de la actividad el medio para acallar las voces que
gritaban en su interior. Cerca de mediodía, Vlad se acercó a él.
-
Iván, debes descansar un poco
-- le dijo, ganándose una mirada
agradecida de Laria
-
No estoy cansado -- fue la seca respuesta
-
Laria -- dijo Vlad
volviéndose a la Kriger -- tómate un descanso y ve a comer algo.
-
Gracias, señor -- dijo ella, y se marchó en seguida
Vlad lo ayudó a terminar con el
par de chicos que atendía en ese momento.
-
¿Dónde está Giulian? -- preguntó repentinamente Iván
Por un momento lo asaltó el
temor, no había visto al gemelo desde hacía mucho, y conociendo su manía de
negar estar herido, tuvo un momento de pánico.
-
Leomer, Giulian y un pequeño destacamento de Krigers, han estado
haciendo viajes a Clever House para
recuperar los cuerpos de los caídos
-- le informó Iván
-
¿La encontraron?
-
No
Vlad sabía perfectamente que se
estaba refiriendo a Angela, ambos la habían visto caer cuando se deprendieron
los escalones, pero Vlad sentía, más que sabía, que ella no había muerto.
Uno de los Kriger se acercó
apresuradamente a ellos.
-
Señor -- dijo mirando a Iván --
Jason necesita atención
-
¡Diablos! -- exclamó Iván
-- me había olvidado por completo
de él
A continuación, se dirigió hacia
donde estaba el Kriger. La herida de su pierna era grande, y aunque ya no
sangraba, tenía un aspecto desagradable. Por supuesto Iván se había asegurado temprano,
que no hubiese veneno en ella, pero luego con toda la actividad de atender a
los más graves, se había olvidado de Jason, y era evidente que ya el
traumatismo le estaba produciendo mucho sufrimiento. Iván se maldijo una y mil
veces, al darse cuenta que no solo era una herida que afectaba la piel y los
tejidos internos, sino que además el hueso había sufrido serios daños. Aquel
pobre infeliz había estado soportando dolores atroces y no había dicho nada.
Lo primero que hizo fue
dormirlo, y luego se dedicó a reparar los daños. Una vez que concluyó, le dijo
al Kriger que había ido en su busca, que se quedará con él, y le administrara
unas gotas de un calmante que dejó sobre la veladora.
Hacia las tres de la tarde, se
reunieron los gemelos con Eve.
-
Hay que hacerlo descansar
-- opinó Vlad
-
No quiere -- dijo Eve
-- en el momento que pare, será
derribado por el peso de su dolor.
-
Solo hay una forma de resolver esto
-- dijo Giulian --
Pensaba esperar a mañana para ir por los chicos, pero creo que debemos
hacerlo ahora.
-
No sé si sea lo más prudente Giulian
-- volvió a hablar Eve --
Esto aún es un desastre, y debemos organizar la cremación de los
cadáveres. No creo que los chicos…
-
Los chicos estarán perfectamente Vampi
-- la interrumpió él -- subestimas
sus capacidades. Ellos están al tanto de que no estábamos en una agradable
“fiesta”, y conocen bien las posibles consecuencias.
-
Pero no sé si Gail esté en condiciones de enfrentar todo esto, no
después de…
-
Te equivocas de nuevo, y me sorprende que habiéndolo visto crecer,
confíes tan poco en él -- volvió a interrumpirla -- No
te niego que tiene que haber sido un duro golpe, y que tal vez esté furioso y
nos ganemos una buena colección de insultos y justificados reclamos. Pero estás
olvidando dos cosas importantes.
-
¿Cuáles?
-
La primera, la sangre que corre
por sus venas. Él ama a su padre, y toda la rabia que puede estar sintiendo en
este momento, es precisamente por ello, y finalmente será el amor el que gane
la batalla. Y segundo, no está solo. Todos y cada uno de ellos, hará hasta lo
imposible por hacerlo ver las cosas en su justa perspectiva. Danny y Di, no serán precisamente amables, Mael en
cambio, será amable pero firme. Mi princesa, apelará a la justicia y al amor. Y
finalmente, Gail se refugiará en la ternura de Aderyn.
Eve había escuchado todo aquello
con creciente asombro, aquel no era el Giulian que ella recordaba, tan
analítico y para su sorpresa, tan
preciso en el juicio acerca de cada uno de los chicos. Sin embargo, seguía sintiendo
temor.
-
Eve -- dijo Vlad tomándole las manos --
Giulian tiene razón en todo cuanto ha dicho, y lo sabes porque conoces a
los chicos tan bien como nosotros. No dejaran que Gail se derrumbe. Así que es
nuestro deber, hacer lo mismo con Iván. No podemos dejar que se hunda en ese
abismo de auto castigo al que se está sometiendo. Y mientras más pronto
enfrente a Gail, más rápido todo volverá a su cauce. Esta herida es algo que
deben sanar juntos, y no por separado.
-
No es que piense diferente Vlad, solo espero que tengamos razón,
porque me duele mucho verlo de ese modo.
Después de esto, se dirigieron a
buscar a Eowaz para participarle sus intenciones, y él estuvo de acuerdo. Ahora
les tocaba enfrentar lo más difícil.
-
Opino que lo mejor es no decirle nada
-- dijo Giulian
-
¿Qué?
-
Simplemente lo tomamos por un brazo y lo sacamos de aquí.
-
¡Giulian! -- exclamó Eve
-- Eso es…
-
Es lo más sensato -- opinó Vlad
-- si le damos tiempo para
pensar, correrá a esconderse.
-
¡Iván no es ningún cobarde!
-- dijo ella comenzando a
molestarse
-
Eso ya lo sabemos Vampi -- comenzó Giulian --
Pero es un padre a quien le aterra la idea de enfrentar a su hijo,
porque en este momento piensa que lo odia
-- finalizó Vlad
De modo que sin darle
oportunidad de seguir protestando. Vlad miró a su gemelo.
-
Ve tú por él -- le dijo
-- nosotros te esperaremos en la
entrada.
Mientras Giulian iba por Iván,
Vlad prácticamente arrastró a Eve hacia la entrada del castillo, con la mala
fortuna de haber sido visto por Delos.
-
¡No seas salvaje Cornwall!
-- le gritó el Arzhaelí caminando
decidido hacia ellos -- ¡Suéltala!
-
No recuerdo haber pedido tu opinión, y ciertamente no me interesa --
dijo Vlad y con la misma levantó la mano dejando salir un potente rayo
que envió a Delos varios metros más allá, haciéndolo estrellarse dolorosamente
contra una pared
Cuando llegaron a las puertas,
Eve iba indignada, furiosa y dispuesta a sacarle los ojos.
-
¡Suéltame Vladimir Cornwall!
-- exclamó ella -- Realmente
eres un desgraciado, no tienes ningún derecho a tratar a la gente de este modo,
entérate que no eres el dueño del mundo. El pobre Delos solo…
Pero no pudo concluir, algo
decididamente peligroso se había despertado dentro de Vlad, y debió ser claramente
visible en sus ojos, porque hizo no solo que ella hiciera silencio, sino que
intentase dar un paso hacia atrás. Solo que Eve había malinterpretado la señal.
Era cierto que tal vez había sido excesivamente violento con Delos, pero aquel
individuo lo enfermaba. Sin embargo, en el momento que lo empujó, solo lo hizo
como quien aparta de su camino algo sumamente molesto, aunque se hubiese
excedido en la fuerza utilizada. Pero lo que en realidad despertó primero su
ira, y luego algo más, fue escuchar a Eve cuestionarlo. Estaba cansado y dolido
de que ella siempre encontrase mal todo aquello que él hacía. Y al escucharla
comenzar a defender al infeliz de Delos, a la ira se habían unido los celos,
haciendo una combinación sumamente peligrosa.
Sujetó a Eve por la cintura, y
sin una participación racional de sus sentidos, se apoderó de su boca en un
beso que estaba lejos de ser la caricia seductora que él maneja muy bien.
Aquello más bien parecía una declaración de guerra, porque en la violencia del
mismo, estaban contenidos años de deseo, de celos, de dolor, de rechazo y de un
amor no correspondido.
Para Eve aquello era un ataque
en toda la línea, y el instinto de años de entrenamiento debió haber acudido en
su defensa, lo que habría sido altamente perjudicial para Vlad, teniendo en
cuenta la superioridad de fuerza que le otorgaba su don a ella. Pero para
suerte del gemelo, lo que invadió a Eve fue un instinto mucho más primario y su
cuerpo reaccionó en consecuencia. Así que en lugar de luchar por liberarse, se encontró
a los pocos segundos de haber sido víctima de aquella inesperada invasión,
rodeando el cuello del Arzhaelí con sus brazos.
Se podría suponer, que aquel
gesto hizo que el beso cambiase pasando de brutal declaración de propiedad, a
lenta exploración de algo largamente deseado. Los brazos de Vlad, aflojaron
ligeramente la presión, y sus manos con la experiencia adquirida a través de
los años, buscaron con habilidad la suavidad escondida bajo la tela, que en ese
momento se volvía un estorbo exasperante. La súbita reacción en cadena, que
produjo en ambos cuerpos aquel roce, llevó a cada terminal nervioso a alterarse
de manera casi incontrolable. Cada centímetro de aquellas pieles pedía a gritos
ser acariciado, para saciar la necesidad
urgente que se había despertado en forma salvaje.
Si en quel momento se hubiese
abierto la tierra, se hubiese comenzado a caer a pedazos el cielo, o todo
hubiese desaparecido a su alrededor, ellos no se habrían dado por enterados,
porque en aquellos instantes, estaban por encima de cualquier cosa conocida.
Giulian había dejado que Vlad se
hiciera cargo de Eve y de sus posibles objeciones al asunto, y había marchado
directo en busca de Iván. Lo encontró conversando con Peter, y pensó que
aquella no debía ser una conversación muy edificante, teniendo en cuenta lo que
ya le habían informado acerca de la pérdida del bebé de los McKenzie. Y sin
ninguna duda, era de la clase que menos necesitaba Iván en aquellos momentos.
Así que con total ausencia de ceremonias, los interrumpió.
-
Iván, necesitamos hablar
-- y lo tomó por un brazo
Iván apenas tuvo tiempo de
disculparse con un asombrado Peter, que aunque ya conocía bastante bien a
Giulian, y sabía que adolecía por completo de ciertas delicadezas, y a pesar de
la amistad que se había forjado entre ellos,
no dejó de sorprenderse.
Se habían alejado unos cuantos
pasos, cuando Iván reaccionó intentando recuperar su brazo.
-
¿Qué demonios te sucede?
-- le preguntó, sin obtener respuesta --
¿Cuál es la urgencia?
Pero Giulian no se mostró más
dispuesto a decir nada, que en el momento de apartarlo de Peter. Salieron del
área que había sido destinada como hospital provisional, y caminaron a toda
prisa hacia la entrada del Castillo. Cuando llegaban al vestíbulo se
encontraron con un furioso Delos, y una no menos molesta Dorila.
-
¿Qué sucede? -- preguntó Iván, pero Giulian no lo dejó
detenerse
-
El salvaje de Cornwall atacó a Delos
-- dijo Dorila
-
Pero qué…
Sin embargo, escuchar aquello no
hizo que Giulian diera muestras de tener intenciones de detenerse, y por el
contrario, una sonrisa maligna se dibujó en sus labios pensando que fuera cual
fuese la razón, eso era punto para Vlad.
-
Ni te molestes -- dijo Delos al ver la actitud de Giulian -- se
comportan del mismo modo, ambos parecen querer arrancarles los brazos a los
Natchzhrer.
Aquello, que fue lo último que
escuchó Iván, lo confundió aún más. Mientras que Giulian pensó que su querida
Vampi, debió haberle dado problemas a Vlad si se había visto obligado a
arrastrarla por un brazo.
Cuando ya casi habían alcanzado las puertas
del castillo, Iván se hartó.
-
¡Giulian! -- le gritó y tiró de su brazo con más
fuerza -- ¡Suéltame ahora mismo o…
Pero la visión que golpeó sus
ojos le quitó la capacidad de hablar, y al parecer había suprimido en Giulian
tanto la fuerza, como la habilidad para caminar. Evidentemente ninguno de los
dos estaba preparado para la imagen que tenían frente a sus ojos.
Si bien es cierto que Iván,
siendo el mejor amigo de Vlad, siempre supo de los sentimientos que este
profesaba a su hermana, no era menos cierto que siempre se había negado a
reconocerlo. Y por otro lado, tenía la certeza de que si Eve no había mostrado
ningún interés en Vlad, como no fuese para quitarle la cabeza un día sí y otro
también, y no se había dado por enterada de lo que su amigo sentía, era porque
seguía enamorada de Giulian. Y por un momento, se hizo la loca pregunta de si
ella sabía en los brazos de “quién” estaba.
Por su parte Giulian, una vez
superado el primer momento de sorpresa, le entraron unas ganas inmensas de
ponerse a aplaudir. Había discutido
hasta el cansancio y la exasperación con su hermano, por culpa de lo que él
consideraba la mayor de las necedades. Si alguien había sabido desde siempre,
que Vlad amó a aquel portento de antipatía, desde el primer momento en que la
vio, era Giulian. Eran apenas unos críos
entonces, y fueron muchas y muy pesadas las bromas que le hizo a su gemelo a lo
largo de su infancia, en relación con la atracción que sentía por la pequeña
vampiresa. Desde burlarse cruelmente advirtiéndole que terminaría
convirtiéndolo en vampiro, hasta hacerle notar que un trozo de hielo era más
cálido que aquella criatura. Pero con el tiempo, y al solidificarse su amistad,
y viendo el éxito que tenía Vlad entre la población femenina, el cual no se
molestaba en ocultar y que ciertamente disfrutaba, llegó el momento en que le
advirtió que si le hacía algún daño a Eve, él mismo le rompería el alma. Lo que
Giulian nunca supo, y Vlad no se explicaba cómo, era que Vlad tenía el corazón
hecho pedazos, porque Eve con quien soñaba era con su gemelo. Para Giulian,
ella siempre estuvo enamorada de Vlad, y solo lo rechazaba para mortificarlo o
para castigarlo por su larga lista de conquistas, y estaba seguro de que algún
día finalmente lo aceptaría, y a menos que Vlad hubiese utilizado algún tipo de
conjuro hipnótico, lo que estaba viendo confirmaba su idea.
Tanto Giulian, como Iván se
habían perdido momentáneamente en sus pensamientos, pero luego se miraron y
repentinamente rompieron a reír. El primer sentimiento feliz que habían
experimentado en las últimas veinticuatro horas.
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