CAP. 53. CONOCIENDO CLEVER
HOUSE…
Sam despertó en mitad de la
noche son un sobresalto, miró a todos lados pero no había nada, de modo que
volvió a recostarse, pero la sensación de había alguien en la habitación no se
le terminaba de pasar. Aún así volvió a dormirse y en la mañana no recordaba el
asunto.
Como era su costumbre, Sam se
había levantado muy temprano, después de bañarse notó que no tenía ropas para
cambiarse. El día anterior, Eve les había proporcionado un cambio de ropa, pero
ahora tendría que ponerse las mismas que uso en la noche. Una vez que estuvo
lista, intentó hablar con Danny, pero como no le contestó supuso que aún
dormía, de modo que salió de la habitación y se dispuso a bajar, sin duda
alguien estaría despierto ya.
Salió al pasillo y no escuchó
ningún ruido, aunque la noche pasada se habían acostado bastante tarde, porque
después del episodio del Juramento, aún se quedaron un buen rato más, no creía
que los Arzhaelíes tuviesen por costumbre dormir hasta tarde.
Llegó al final de las escaleras
y no se encontró con nadie, de modo que caminó hacia el comedor que era el
único lugar de la casa del que conocía el camino, y allí se encontró a
Delos. Su primer impulso fue abandonar
el lugar, pero algo en la actitud de él la detuvo. Estaba solo y sentado
jugueteando con una taza evidentemente vacía en las manos, mientras su mirada
estaba perdida en la distancia. Se acercó, tomó la jarra y llenó la taza. Él
casi se la echa encima, porque no se había dado cuenta de nada.
-
Pero… ¿qué… -- se detuvo al encontrarse con los ojos
violeta -- ¿Qué pretendes? --
dijo malhumorado
-
Lo siento -- se disculpo ella --
pero parecías necesitarlo.
-
¿Qué cosa, quemarme?
El genio Douglas estuvo a punto
de hacer explosión ante tanta ingratitud, pero de algún modo logró contenerlo.
-
Solo quise ser amable -- dijo colocando la jarra de nuevo en la mesa y
dándole la espalda
-
Sí claro, después de intentar matarme.
Ella se volvió lentamente y lo
miró. Por un momento Delos temió algún otro arranque como el de la noche
anterior, y ella sonrió.
-
Para ser un Arzhaelí, careces del instinto adecuado para ver venir las
cosas -- le dijo
-- Lamento lo de anoche, pero ya
es hora de que entiendas que Danny no es papá, que papá está muerto, y que la
antipatía que sentías por él, sea cual fuere el motivo, es tiempo de que la
dejes donde corresponde, y no nos hagas responsables a nosotros.
Dicho esto, le dio la espalda y
salió. Casi atropella a Giulian en su precipitada salida.
-
¡Princesa! -- exclamó él asiéndola por los hombros -- ¿A
dónde con tanta prisa?
-
Lo siento -- dijo ella
-- solo iba a…
Él la miró y elevó una ceja,
ante su vacilación.
-
¿Sucede algo?
-
No -- dijo ella con rapidez --
¿Dónde están todos?
-
La mayoría en el estudio, y supongo que los chicos aún no
despiertan -- la miró y arrugo el entrecejo --
¿Por qué estás vestida con la misma ropa?
-
No tenía nada más que ponerme
-- y luego agregó en forma
sarcástica -- tal vez no lo hayas
notado, pero salimos con algo de prisa y no tuvimos tiempo de hacer equipaje
-
Pues le informo señorita
-- dijo él disimulando una
sonrisa -- que siendo esta su nueva casa, le habría
bastado con abrir el armario, y encontraría allí todas sus cosas personales.
Ella abrió mucho los ojos, y
luego se disculpó.
-
Lo siento Giulian, no quise ser grosera.
El rio de manera abierta y la
abrazó.
-
Descuida princesa, no lo has sido. Vamos, te acompañaré a
desayunar -- le dijo
Sam vaciló recordando que Delos
estaba aún en el comedor, pero ya Giulian la arrastraba hacia allí. En cuanto
entró se detuvo y miró al Arzhaelí y luego a Sam comprendiendo de súbito por
qué la chica había salido de esa manera del comedor. Sintió una ira repentina y
el deseo de golpear a Delos, ya que sin duda era el responsable del malestar de
ella.
-
Te esperan en el estudio
-- le dijo, pero Delos lo ignoró
y miró a Sam
-
¿Podemos hablar?
-
¿Qué tienes tú que hablar con ella?
-
No es asunto tuyo, Cornwall.
-
Te recuerdo que Samantha es mi ahijada, y eso me hace responsable de
ella --
dijo entrecerrando peligrosamente los ojos -- Así
que cualquier cosa que debas decirle, lo harás en mi presencia.
Pero Sam tenía razón, Delos
parecía carecer del instinto adecuado.
-
Cuando lo consideres oportuno, y te deshagas de este imbécil,
búscame -- le dijo y comenzó a caminar hacia la puerta
Giulian le bloqueó el paso y le
puso la mano en el pecho.
-
Si te le acercas, si le dices algo desagradable o si le causas algún
malestar de cualquier especie, te faltará tiempo para arrepentirte ¿está claro?
-
¡Quítate de mi camino Cornwall!
-
Te recuerdo que estás en “mi” casa, y aquí quien da las órdenes soy
yo -- dijo en forma maligna --
¡Largo!
Delos lo miró con odio
manifiesto y se marchó, pero del mismo modo que Sam había estado a punto de
chocar con Giulian, él estuvo a punto de hacerlo con Iván, pero ni siquiera se
detuvo a disculparse.
-
Buenos días linda -- la saludo Iván y miro a Giulian -- ¿Y
a ese que le sucede?
-
No tiene que sucederle nada para ser desagradable -- le
contestó Giulian
Giulian llamó a Willow, pero
algo muy extraño sucedió, en cuanto el Nisser vio a Sam, sus ojos se agrandaron
con evidente terror y dio varios pasos hacia atrás. Tanto Iván como Giulian se
miraron extrañados.
-
¿Y a ti qué te pasa? -- le preguntó Giulian
-
¿El señor me permite retirarme?
-- preguntó el Nisser mirando
hacia el piso
-
No -- le dijo Giulian -- si
te llamé es porque necesito algo y aun no te lo he dicho
-
Willow puede enviar a Gore, señor
-- dijo el Nisser cada vez más
asustado
Samantha intentó acercarse a él,
movida por su compasión y pensando que el Nisser tal vez estaba enfermo.
Llevaba años conociendo a Kobil, el Nisser de los Natchzhrer y nunca lo había
visto comportarse de un modo similar, así que concluyó que aquel Nisser le
sucedía algo serio. Pero Willow simplemente desapareció.
-
Pero… ¿qué demonios le pasa a este estúpido Nisser? --
exclamó Giulian con indignación, pero antes de que pudiese llamarlo de
nuevo, Sam lo detuvo
-
Déjalo Giulian, tal vez esté enfermo.
-
Los Nisser no se enferman
-- dijo Iván --
pero estoy de acuerdo con Sam, déjalo, obviamente le sucede algo, ya te
enterarás.
Aún muy molesto, Giulian llamó
al otro Nisser y ordenó el desayuno para Sam. Se sentaron y antes de que se lo
trajeran, aparecieron Aderyn y Mael. Y cuando ellos tres estaban comenzando a
comer, hicieron su entrada Diandra, Gail y Danny.
-
¿Durmieron bien? -- les preguntó Giulian
-
Como un bebe -- dijo Danny y los demás también asintieron
-
Según entiendo -- dijo Gail
-- pasaremos una buena temporada
aquí, así que necesitaremos nuestras cosas papá
-
Son ustedes los niños menos curiosos que he conocido --
dijo Giulian
-
¡Ja! No es eso lo que opinan en la escuela --
dijo Danny -- ¿Sabes cuantos castigos nos hemos ganado por
andar donde no debíamos?
Y tanto él, como Gail y Mael
rieron.
-
De acuerdo, pero si hubiesen abierto sus armarios, habrían encontrado
sus ropas y todo lo demás -- les dijo
-
¡Vaya! -- exclamó Gail
-- Pero hablando de curiosidad,
podemos echarle un vistazo a esta casa ¿no?
-
Por supuesto Gail, esta es tu casa también.
-
¿Puedo preguntarte algo?
-- dijo Danny
-
Claro ¿qué sucede?
-
¿Estás en banca rota?
-
¡Danny! -- exclamaron Sam y Aderyn
-
¿Qué esperaban? -- preguntó Diandra -- El
señor “delicadeza” en todo su esplendor.
Pero Giulian estaba muriéndose
de la risa, de modo que los chicos lo miraron con curiosidad.
-
A ver -- dijo cuando se le pasó el ataque de risa --
¿Qué te hace pensar eso?
-
Vamos hombre -- dijo Gail
-- esta casa parece estar
cayéndose.
-
Y ahí va el otro -- dijo Aderyn
-
Lo que sucede es que este lugar llevaba mucho tiempo deshabitado -- les
dijo --
Supongo que no han olvidado que pasé casi once años disfrutando de la
“grata” hospitalidad de Bastian.
-
De acuerdo, pero ¿y Vlad?
-- insistió Danny
-
Para Vlad resultaba muy duro venir aquí, y enfrentarse solo a los
recuerdos -- dijo Iván
-- para él significaba encarar el
hecho de que los había perdido a todos. Y aunque no aceptó que Giulian hubiese
podido estar muerto, y nunca se dio por vencido, tampoco se animó a volver a
pisar este lugar, una vez que Giulian desapareció.
-
Así que descuiden -- intervino Giulian para quitarles la cara de
pena --
no van a morir de hambre
-
Que es lo único que a esos dos, en realidad les importa --
dijo Diandra
Después de desayunar Iván y
Giulian volvieron al estudio con los demás y los chicos se fueron a recorrer la
casa. Realmente era enorme, era una construcción antigua de sólida piedra.
Tenía cuatro pisos, y dos torres. Después de las primeras diez habitaciones,
dejaron de contar, éstas ocupaban todo el segundo piso. En el tercer piso,
había dos salones que parecían haber estado destinados a área de juegos, porque
había una cantidad enorme de viejos juguetes. Otro salón sin duda había sido
una especie de estudio de pintura, había varios caballetes sobre los que
reposaban algunos lienzos con pinturas a medio hacer. Encontraron otro salón
muy grande, que llamó su atención por el hecho de estar absolutamente vacío, no
había muebles, ni alfombras y las paredes estaban desnudas. Lo abandonaron
preguntándose la razón de aquella ausencia de todo, ya que el resto de las
habitaciones y salones de la casa estaban perfectamente amueblados, de acuerdo
al uso para el que habían sido destinados. En el cuarto piso no había mucho que
ver, parecía estar destinado a acumular cosas en desuso. Encontraron juguetes rotos,
un piano al que le faltaban muchas teclas, pinturas cuyos marcos estaban
partidos, y un montón de cosas más en diferentes estados de deterioro.
Las torres parecían haber estado
destinadas a servir de lugar de vigilancia. Se asomaron por las ventanas y vieron
que a la propiedad la rodeaba un sólido muro, y delante de éste había un pozo.
El único modo de acceder a la edificación era a través de un portón enorme, que
servía a su vez de puente para poder atravesar el pozo.
-
¡Diablos! -- exclamó Gail
-- Esto parece un Castillo
medieval.
-
Lo es -- dijo Aderyn
-- Los Cornwall eran los señores
feudales de este lugar.
-
¿Qué?
-
Si prestaran atención a las clases de historia, lo sabrían --
dijo ella con suficiencia
-
Pues parecen haber estado preparados para resistir ataques del
exterior -- dijo Danny
-
La mayoría de los Castillos de esa época lo estaban --
dijo Mael -- En estas torres se apostaban los vigías, de
modo que… -- y miró a su alrededor hasta encontrar lo que
buscaba -- si veían aproximarse al enemigo, tiraban de
esta cuerda y alertaban al resto del edificio
-- se acerco de nuevo a la
ventana y señaló hacia el muro exterior
-- ¿Ven aquellas escaleras? -- y
los demás asintieron -- Desde aquí no podemos ver, pero el muro es
bastante más ancho de lo que parece. De modo que en caso de un ataque, los
defensores del castillo subían por esas escaleras y se apostaban en el muro
para responder a cualquier ataque, y evitaban que los enemigos pudiesen
ascender por el muro.
-
¿Ascender? -- preguntó Gail
-- Cachorro mírale el alto a esa
cosa, eso sería imposible, además está el pozo y a menos que los sujetos
pudiesen volar, no veo cómo…
-
Créeme Gail, estos individuos estaban acostumbrados a arriesgar sus
vidas en estos menesteres. Tendían una especie de escalera desde una plataforma
al otro lado, y mientras unos atacaban con flechas y ballestas a los del
Castillo, otros intentaban trepar de esa manera, y en algunos casos lo
conseguían, aunque eran muchos los que caían al pozo, pero si lograban entrar
tenían la posibilidad de tender el portón y permitir el acceso de los suyos.
-
No debía resultar nada agradable caer a ese pozo helado --
dijo Danny mirando hacia allí
-
No solo era el baño helado
-- agregó Aderyn --
sino que ese pozo normalmente solía estar infectado de varios bichos
peligrosos.
Bajaron de la Torre y se
dirigieron nuevamente al piso de las habitaciones. En la mayoría de los casos,
estaban ricamente amuebladas, aunque el polvo se había instalado en la mayor
parte del mobiliario. Danny se detuvo
ante una pintura y después de un momento lo escucharon.
-
¡Demonios!
Los demás se acercaron con
curiosidad, mientras Danny colocaba las manos alrededor de la cabeza del hombre
de la pintura.
-
Mírate -- le dijo a Gail
En efecto todos pudieron
comprobar que era exactamente el mismo rostro de Gail, pero cuando Danny retiró
las manos, vieron que tenía el cabello negro.
-
¿Quién será este hombre?
-- preguntó Gail
-
Tu abuelo -- los chicos se volvieron sorprendidos y se encontraron
con Vlad -- Esa es una pintura de mi padre, y como ya
pudieron notarlo, Gail es una copia casi exacta.
-
¿Ya terminaron? -- preguntó Sam
-
Sí, estaba buscándolos para que bajen a comer -- les
dijo --
¿Qué tal el paseo por la casa?
-
¿Casa? -- dijo Danny
-- Me pregunto qué nombre le
darías al lugar donde yo vivía, si llamas a esto “casa”
-
Interesante -- dijo Aderyn ignorando el comentario de Danny
-
Pero le hace falta una buena limpieza
-- agregó Gail
-
Los Nisser se vuelven perezosos si no hay alguien en casa --
dijo Vlad -- Vamos, nos están esperando
Los días siguientes, los chicos
se dedicaron a explorar el Castillo con detenimiento, ya que no tenían nada más
qué hacer, y los Arzhaelíes se la pasaban en el estudio o eventualmente
efectuaban salidas inesperadas. En el primer piso descubrieron un Salón enorme,
que luego supieron que era un salón de baile. Un salón de música, donde había
varios instrumentos. Una biblioteca enorme, para gran alegría de Aderyn y de
Sam, que a partir de aquel momento, pasaban la mayoría de las tardes y las
noches, leyendo allí, mientras Diandra curioseaba con los chicos, el resto del
Castillo. También en el primer piso, estaban el Salón principal, el estudio y
el Comedor.
En el sótano, estaba la enorme
cocina, donde había varios Nisser, y las dependencias donde éstos habitaban. Y
al final del pasillo principal del sótano, descubrieron una puerta que daba a
unas escaleras que descendían varios metros por debajo. La curiosidad los
impulsó y bajaron, pero una vez que llegaron allí, Sam sintió el impulso de
salir corriendo.
-
Vámonos de aquí --
dijo con urgencia
-
¿Por qué? -- preguntó Gail pero no se detuvieron
-
Por favor… -- dijo Sam y comenzó a desvanecerse
Mael la cogió en brazos y volvió
la cabeza a los demás.
-
Sigan ustedes si quieren
-- les dijo -- yo
la llevo de vuelta.
Subió tan de prisa como pudo,
pero Sam seguía sin sentido. De modo que se dirigió hacia el primer piso y
cuando llegó arriba se encontró con…
-
¿Vlad? -- preguntó
Nunca estaban seguros de con
quién hablaban, hasta no haberlos visto a ambos a lo largo del día y saber cómo
iban vestidos. La única que parecía no tener esa dificultad era justamente la
que llevaba en brazos.
-
No, Giulian -- dijo él acercándose a toda prisa --
¿Qué sucedió? -- preguntó quitándosela de los brazos
-
¡Sam! -- exclamaron Iván y Vlad que venían en ese
momento, seguidos de Delos y Eowaz
-
¿Qué le pasó? -- preguntó Iván mirando al chico
-
No lo sé, de pronto se sintió mal y perdió el conocimiento
Pero mientras ellos se dirigían
hacia el salón escucharon a Gail
-
¡Papá!
Iván se volvió y vio que las
chicas ayudan a Gail que traía Danny casi a rastras.
-
Pero… ¿qué…
-
¿Dónde demonios estaban ustedes?
-- preguntó Vlad mientras
llevaban a Danny también hacia el salón
Eve y Dorila estaban junto a
Giulian tratando de reanimar a Sam, cuando entraron los demás con Danny. Aunque
él no había perdido el conocimiento por completo, estaba apenas consciente.
-
Danny -- estaba diciendo Iván --
Danny ¿puedes escucharme?
-
Sí… -- contestó pero tenía los ojos desenfocados
-
Danny, mírame -- le ordenó Iván, pero lo que vio el Arzhaelí
lo desconcertó -- Danny ¿qué sucedió?
-
No… no lo sé, de pronto me sentí… como si me faltara el aire y… todo
empezó a girar
-
No es él -- dijo Eowaz
-- es ella, recuerda que lo que
afecta a uno lo resiente el otro.
Pero Sam seguía sin sentido.
-
¿Qué sucedió, dónde estaban?
-- preguntó Vlad
-
Bajamos al sótano -- dijo Gail
-- no nos dijeron que no podíamos
hacerlo -- se defendió antes de que lo reprendieran --
pero apenas llegamos, Sam dijo que quería irse y al minuto siguiente se
desmayó. Mael la subió pero no habíamos dado dos pasos, cuando Danny se apoyó
de la pared y comenzó a caer.
Los Arzhaelíes se miraron y se
volvieron hacia Sam. Los chicos estaban asustados y confundidos, pero no se
atrevieron a decir nada más, y esperaron. Pasados varios minutos, Danny seguía
muy pálido pero más consciente, mientras que Samantha tardó mucho más en
recuperarse.
-
¿Princesa? -- dijo Giulian cuando vio que comenzaba a
moverse, seguía pálida y un sudor frío perlaba su frente
Iván apartó a Giulian y le tomó
la mano a Sam
-
Linda tranquilízate, eso ocurrió hace mucho tiempo - le
dijo
-
¿Por qué? -- preguntó ella con lágrimas en los ojos
-
Era otra época Sam, eran prácticas que se consideraban normales --
intentó tranquilizarla él -- todo está bien
-
Tanto dolor, tanta sangre y tanta muerte, nunca puede estar bien --
dijo ella
-
Tienes razón, desde luego
-- dijo Eowaz --
pero como te ha dicho Iván, era otra época Samantha, y lo que hoy nos
parece mal y sin duda lo es, en ese entonces era considerado adecuado
-
Eve -- dijo Iván
-- acompáñala a su habitación,
que tomé un té fuerte y dulce, y que descanse un rato.
-
Yo lo haré -- dijo Giulian
-
Puedo caminar -- dijo ella cuando Giulian la alzó en brazos
-
No, no lo harás
Una vez que Giulian y Eve,
salieron con Sam, Iván se volvió hacia los chicos que aún no entendían nada.
-
Tienen razón cuando dicen que no les dijimos que no debían bajar
allí --
les dijo -- pero espero que no vuelvan a hacerlo, no hay nada allí que valga
la pena ver
-
Pues ganas no tenemos, pero ¿qué es ese lugar de cualquier modo? --
quiso saber Gail
-
El cuarto de “juegos” de los Cornwall
-- dijo Delos mordazmente, y
aquello le costó un violento puñetazo de Vlad
Iván y Eowaz lo sujetaron para
evitar que descargara su ira de forma aún peor.
-
¡Fuera de mi vista! -- le gritó Vlad a Delos y éste le dio la
espalda aún limpiándose la sangre de la boca
En ese momento venían entrando
los McKenzie y miraron la escena, ya sin mucho asombro.
-
¿Papá? -- llamó Gail aún con la pregunta en los
asombrados ojos
-
Allí se encuentran las celdas
-- dijo Iván
Gail y Danny lo miraron con
expresión de extrañeza, pero Mael, Aderyn y Diandra, si habían comprendido
tanto la reacción de Sam, como el mal intencionado comentario de Delos.
-
Entiendo que no es interesante
-- dijo Gail finalmente --
pero ¿por qué Sam reaccionó de ese modo, y dijo todo eso?
-
Porque ese lugar también servía como cámara de tortura, y murió mucha
gente allí -- dijo Vlad
-- no estoy orgulloso de ello,
pero como dijeron Iván y Eowaz, en esa época eso era considerado normal. Si atrapabas
a un enemigo vivo, lo encerrabas y lo hacías hablar de cualquier manera.
-
¡Demonios! -- dijo Danny
-
Descuida papá, no volveremos allí
-- aseguró Gail, y se volvió a
los demás -- Vamos a ver a Sam
Cuando salían Danny se volvió y
miró a Vlad.
-
Vlad, bonito golpe y bien merecido
-- le dijo sonriendo
-
Gracias
Los chicos se quedaron con Sam
hasta la hora de la cena, pero ella se negó a bajar, de modo que Giulian
tampoco lo hizo.
-
Estaré bien -- le dijo ella, cuando todos salieron --
solo no tengo hambre, ve con ellos
-
No, ya te he dejado sola mucho tiempo
-- le dijo sentándose en la
cama --
así que tendrás que soportar mi presencia
Y ciertamente no se movió de
allí. Los chicos volvieron a subir después de la cena y no se marcharon hasta
la hora de dormir. Pero Giulian seguía allí, aún después que ella se había
dormido. Iván, Eve y Vlad, entraron cerca de medianoche, y lo vieron sentado en
un sillón cerca de la cama.
-
Vete a descansar -- le dijo Iván
-- ella estará bien
-
Es posible, pero pasó un mal momento y no quiero que esté sola.
-
Yo puedo quedarme con ella
-- se ofreció Eve
-
No, yo lo haré Vampi, es mi responsabilidad --
porfió él -- váyanse a dormir
Vlad no dijo nada, pero lo miró
con extrañeza. Ciertamente Giulian nunca había sido del tipo paternal, eso
estaba bien para Iván, pero no para él. Sin embrago, llegó a la conclusión de
que su hermano había decidió tomarse su papel de padrino muy en serio. Mientras que Eve sintió que aquella
sobreprotección, disparaba una señal de alarma en su cerebro. Giulian siempre
había sido un individuo de sentimientos extremos, y si así comenzaba a ejercer
la figura de padrino, a la pobre Sam le esperaba un futuro muy difícil.
Hacia las tres de la madrugada,
Giulian miraba por la ventana, cuando sintió a la niña quejarse. Corrió a su
lado y la sacudió un poco al darse cuenta que tenía una pesadilla. Balbuceaba
incoherencias, hasta que una palabra fue entendible.
-
Papá…
-
Él no está, princesa -- dijo él acunándola en sus brazos --
pero te juro que yo te protegeré como si lo fuera.
Se quedó allí, sosteniéndola con
la intención de que se tranquilizara y volviese a dormir. Y así lo encontraron
Iván y Vlad en la mañana cuando entraron a ver cómo había amanecido Sam, se
había quedado dormido sentado, con la cabeza apoyada en la pared y con Sam en
los brazos. Ellos miraron el cuadro unos segundos, y salieron sin hacer ruido.
Definitivamente, sí que había decidió tomárselo muy en serio.
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