CAP. 11 CAMINO A LA ESCUELA
Finalmente llegó el 1 de
febrero. Danny tenía la impresión de que los últimos días habían sido
extremadamente cortos, y ahora mientras se vestía para ir al Colegio, pensaba
que echaría mucho de menos estar en casa. Por un momento se sorprendió, y se
preguntó cómo era posible que en aquel último mes, hubiese llegado a sentir la
casa de los Natchzhrer más su hogar que aquel dónde había crecido.
En otra habitación, se
encontraba Gail con un sentimiento extraño. Por una parte estaba muy emocionado
por ir a Develieng, pero por el otro no le gustaba la idea de separarse de su
familia de nuevo. Normalmente pasaba más tiempo con sus abuelos maternos, que
con su padre y su tía. De modo que valoraba mucho el tiempo que pasaba con
ellos. Gail sabía que su padre, su tía y Vlad, eran Arzhaelíes, de modo que su
trabajo los obligaba a pasar mucho tiempo fuera, razón por la cual, él no podía
vivir con ellos. Sin embargo, su tía le había dado la maravillosa noticia, de
que a partir de aquel año, ella se aseguraría de estar en las vacaciones en
casa, para que él pudiese quedarse allí.
Samantha se había levantado muy
temprano, normalmente lo hacía, pero ese día lo había hecho mucho antes de lo
usual. La razón para ello, era que planeaba hablar con Iván antes de marcharse.
De modo que terminó de vestirse y bajó al comedor. Sabía que lo encontraría
allí tomando café y leyendo el diario.
-
¿No es algo temprano? -- preguntó Iván y Vlad levantó la cabeza
-
¿Temprano para qué? -- preguntó Vlad
-
Para que Sam esté levantada
-- dijo Iván
En ese momento, Vlad se dio
cuenta de que Sam estaba entrando al comedor. Iván se giró y le sonrió a la
niña.
-
Debe ser muy importante eso que quieres decirme, para que renuncies al
calor de la cama -- le dijo
Ya Samantha se había
acostumbrado, a que si bien podía esconder sus pensamientos de los demás, no
resultaba tan fácil hacerlo de Iván.
-
Creo que lo es -- le dijo ella
-
Bien, te escucho.
-
¿Qué es un Djinn? -- preguntó
-
Es un Athrylith. Los Athrylith,
son seres mágicos que viven en los planos elementales de aire,
tierra, fuego y agua. Los podemos encontrar en el plano material, pero no es
usual, viajan entre los planos elementales y el plano astral, pero encontrarlos
en el plano material primario, es decir, el nuestro, es menos probable a no ser
por invocación -- la miró un momento, pero no captó nada
-
¿Son buenos o malos?
-
Eso depende, hay tres tipos
-- le dijo -- El
Djinn es un Athrylith del plano elemental de Aire. Suelen ser
amigables, aunque pueden mostrarse despectivos con los seres que necesitan alas
para volar. Luego tenemos a los Efreet, estos pertenecen al plano elemental de
Fuego. Son de caracter neutro, pero mientras atrapar a un Djinn es muy dificil
por su velocidad de vuelo, atrapar a un Efreet es menos complicado. Y por
último tenemos a los Dao, estos pertenecen al plano elemental de Tierra, y son
decididamente malvados.
La niña escuchó con atención
toda la explicación, mientras jugueteaba con el colgante.
-
¿Y ahora me dirás a qué viene la pregunta?
-
A que me regalaste uno -- le dijo
-
¿Qué?
Ella se limitó a levantar el
colgante.
-
Aquí dentro hay un Djinn
-- le dijo
-
Sam -- dijo Vlad
-- ¿Sabes lo que estás diciendo?
-
¿No me creen?
-
No se trata de eso, linda
-- dijo Iván --
claro que te creemos, Vlad solo quiere asegurarse de que no estés equivocada
en lo que puede haber allí.
-
Bien -- dijo ella, y a continuación y sin previo
aviso --
¡Akil!
Unos segundos después, Akil se
materializaba ante los ojos de los tres.
-
¿Qué puedo hacer por ti?
-- preguntó el Djinn
-
Solo quería que mis amigos te conocieran --
dijo ella -- dijiste que podías llevar mensajes ¿no? Así
sabrás a quien entregárselos.
-
Eso no era necesario, nunca me habría equivocado -- le
dijo él
-
Oh, bueno yo no lo sabía
-
¿Me puedo retirar?
-
Claro, gracias Akil
El Djinn la miró y sonrió. Unos
segundos después, había desaparecido. Samantha se volvió hacia unos asombrados
Iván y Vlad.
-
¿Es suficiente para que estén convencidos? -- les
preguntó
-
Por supuesto, Sam -- dijo Iván, y luego preguntó --
¿Cuándo notaste su presencia?
-
Hace unos días -- dijo ella sin precisar
-
¿Por qué no me lo habías dicho?
-
Quise asegurarme de que no me lo había imaginado --
dijo -- También quise deshacerme de él, pero no
puedo, me dijo que si lo liberaba…
-
Desaparecería -- dijo Vlad
-
Así es -- dijo ella asombrada --
¿Cómo lo sabes?
-
Como te dijo Iván, atrapar un Djinn no es fácil, al pertenecer al
plano elemental del Aire, son muy veloces. Sin embargo, hay individuos que se
dedican a hacer esto, y normalmente después que los atrapan, se aseguran de que
nunca más puedan ser libres, colocando un sortilegio que indica específicamente
que si son liberados, desaparecen.
-
Entonces -- dijo Sam mirándolos a ambos -- ¿Me
lo puedo quedar?
-
Es tuyo Sam -- dijo Iván
La niña sonrió y se levantó para
volver a su habitación. Una vez que hubo salido, Vlad miró a Iván.
-
¿Por qué? -- le preguntó
-
No le hará daño -- contestó este
-
Iván, acaso has olvidado…
-
No he olvidado nada Vlad, pero no necesariamente tienen que suceder
las mismas cosas.
-
Espero que no te equivoques, porque si lo haces, vas a lamentarlo
mucho.
A las siete treinta, ya estaban
preparados para partir. Se encontraban en el Salón y Danny se volvió hacia
Iván.
-
¿Está muy lejos el Colegio?
-
Bastante -- le contestó
-
¿Y cómo iremos?
-
Ya lo verás -- dijo sin revelar nada
Una vez que todos estuvieron
allí, se dirigieron hacia el Dver. Iván dirigió el traslado, y unos segundos
después, salieron a lo que les pareció una terminal, pero cuando Danny miró
hacia un lado notó que estaban en un puerto.
El lugar estaba bastante
concurrido, había muchos niños y jóvenes. Pero lo que más sorprendió a los
chicos, fue la presencia de otros individuos algo diferentes a ellos.
-
¿Qué son “esos”? -- preguntó Danny, señalando a un grupo cercano
-
Son Elfos -- dijo Vlad
-- y acostúmbrate a verlos,
porque van a la misma escuela.
Después de entregar los
equipajes, Iván los reunió, y les entregó una tarjeta parecida a la que habían
visto utilizar a Eve en el Overdrachter.
-
En el Colegio, no necesitarán nada
-- les dijo a Danny y a Sam --
pero el viaje es largo, de modo que eso
-- dijo señalando las tarjetas
que les había dado -- es para que adquieran lo que deseen comer durante
el viaje.
Los chicos les dieron las
gracias, y no pasó mucho tiempo antes de que sonase una alarma.
-
Bien, llegó el momento -- dijo Eve
-- espero que tengan un buen año
Abrazó a cada uno y les pidió
que escribieran.
-
Espero te comportes como es debido “terremoto” -- le
dijo Vlad a Gail alborotándole el cabello
-- Danny, no dejes que te meta en
muchos líos ¿bueno? -- y por último se acercó a Sam -- tu
eres la más juiciosa Sam, no dejes que estos dos tumben la escuela --
ella le sonrió mientras él le daba un beso en la frente
-
Te voy a extrañar papá -- dijo Gail abrazando a Iván
-
También yo, pero ya verás que te vas a divertir mucho -- le
dijo --
pero procura estudiar algo también
¿de acuerdo? -- el chico asintió y se hizo a un lado
Iván se agachó frente a Samantha
y le secó una silenciosa lágrima.
-
No hay razón para llorar, linda
-- le dijo -- ya
verás que pronto te sentirás como en
casa en Develieng.
-
Pero ustedes no estarán -- dijo la niña
-- tú no estarás -- y
se abrazó a él llorando.
-
A ver -- dijo tratando de tranquilizarla --
escúchame, si me necesitas
-- y bajó la voz de modo que solo
ella escuchase -- envía un mensaje con Akil ¿bueno?
-
¿Iras?
-
Tan rápido como sea posible
-- le aseguró
-
¿Lo prometes?
-
Lo prometo
Iván por último se acercó a
Danny.
-
Espero que te adaptes bien a Develieng Danny -- y
acercándose un poco susurró -- cuida de Sam.
-
Lo haré , descuida
La alarma sonó nuevamente y
todos comenzaron a dirigirse hacia la salida. Sobre la puerta había un letrero
que decía: Develieng Skip
-
No olviden escribir -- dijo Eve
-
Y avisen si necesitan cualquier cosa
-- recomendó Vlad
-
Hasta aquí los podemos acompañar
-- dijo Iván, cuando llegaron a
las puertas.
Los niños comenzaron a avanzar y
Danny tomó una mano de su hermana, mientras Gail le asía la otra. Eve sonrió y
miró a Iván.
-
Tú hiciste lo mismo conmigo ¿recuerdas? -- él
le sonrió y asintió -- Estarán bien
-- dijo ella al ver la tristeza
en los ojos de su hermano
-
Lo sé, pero voy a echarlos de menos
-- dijo él
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