CAP. 05 CONOCIENDO NUESTRO MUNDO
Después del emotivo momento,
Eowaz volvió a dirigirse a ellos.
-
Aún me faltan un par de preguntas por responder, si no me
equivoco -- les dijo
Los chicos se volvieron y
prestaron atención.
-
Preguntaste por qué los buscamos ahora y no antes --
continuó -- la razón, por una parte, es que han alcanzado
la edad en que los poderes de un Arzhvael,
comienzan a manifestarse, por lo tanto, es necesario que aprendan cómo usarlos.
Y por la otra, a partir de hoy, cualquier ser mágico notará su presencia, por
lo que sería mucho más fácil para Nurión dar con ustedes.
-
Suponiendo que nos esté buscando
-- dijo Samantha
-
“Sabemos” que por lo menos a uno de ustedes, lo está buscando --
aseguró
-
¿Y qué le impedirá llegar a nosotros?
-- preguntó la niña
-
Seguimos siendo pocos -- dijo Eowaz
-- pero estamos mejor
organizados, y contamos con mucha más ayuda. Ahora hay todo un cuerpo de
guerreros, que aunque no son Arzhaelíes,
están bien entrenados. Y además, la escuela a la que asistirán es un sitio
vedado para Nurión, mientras estén allí, no puede tocarlos.
-
¿Por qué? -- quiso saber Danny
-
Es magia antigua. Verás, ser un Nemhain,
no es un crimen -- dijo
-- y de hecho podemos convivir en
paz…
-
Claro, siempre que no quieran matarte
-- lo interrumpió Danny
-
No todos quieren hacerlo, Danny
-- continuó Eowaz -- Las
relaciones entre Arzhvaels y Nemhains,
se mantuvieron, si no cordiales, por lo menos se había logrado un cese de hostilidades. Pero Nurión cambió todo
eso, echando por tierra el trabajo y el esfuerzo de años --
hizo una pausa y luego continuó
-- Pero volviendo a la idea
original, un Nemhain, puede convivir
en paz con nosotros hasta el momento en que su energía se oscurece. Una vez que
su energía pasa a ser negativa, se hace imposible. Es innecesario que les diga
que Nurión hace mucho tiempo que cruzó esa línea, y eso hace imposible que
ponga un pie en Develieng.
-
¿Develieng? --
preguntaron ambos
-
Develieng, es el nombre de la escuela, y
es allí donde vivirán durante los próximos diez años -- les
anunció
Danny abrió mucho los ojos ¿Diez
años? Aquello le parecía una enormidad.
-
Tenemos mucho que aprender y
allí estaremos seguros -- escuchó que decía la voz de su hermana
Giró la cabeza tan violentamente
que se hizo daño en el cuello. Sin embargo, parecía que nadie más la había
escuchado. Porque enseguida notó que Eowaz seguía hablando.
-
En cuanto a tu otra pregunta, acerca de qué lugar es este --
decía en aquel momento -- pues nos encontramos en la Sede de los Arzhaelíes, más específicamente en la
Sala del Consejo. Y si me permiten, ahora voy a presentarles a los miembros del
mismo. Pero antes de ello, déjenme decirles que todo Arzhaelí, desarrolla un poder específico, generalmente relacionado
con alguno de los elementos de la naturaleza, y en algunas ocasiones con dos,
pero no más. No se trata de que no pueda ejercer la magia en otros aspectos,
solo que hay algo en específico, que es más poderoso que todo lo demás.
Esperó a que asimilaran lo que
acaba de decirles y luego continuó.
-
Bien, este -- dijo señalando a un hombre, sentado a su
derecha, y que parecía de su edad aproximadamente -- es
Albert Leomer, su habilidad proviene del elemento Tierra, puede comunicarse con
los animales -- el hombre levantó una mano a modo de
saludo -- Dorila Leaves, elemento Tierra también, pero
su comunicación es con las plantas
-- dijo señalando a la mujer
sentada al lado de Leomer.
Era una mujer que lucía bastante
más joven que Eowaz y Leomer, quizá un poco mayor que Eve, pero a diferencia de
ésta, tenía un aspecto extremadamente severo.
-
¿Se comunica con las plantas?
-- preguntó Danny con extrañeza
Le había parecido que la
habilidad de Leomer era muy útil, sobre todo si había una asquerosa serpiente
cuya sangre y saliva podía matarlos, pero no le veía utilidad alguna a poder
hablar con las plantas.
-
Así es señor Douglas -- dijo la mujer con cierta irritación, y
mientras lo decía, por las piernas de Danny comenzó a subir una especie de
enredadera.
Samantha ahogó un grito y Danny
soltó una maldición.
-
Basta Dorila -- dijo Eowaz, mientras la enredadera se
desvanecía -- como verás Danny, eso también puede resultar
my útil en ciertas circunstancias
-- miró al siguiente --
Delos Forecast, es un oráculo
-- este era un individuo muy
apuesto de edad indefinida
-
¿Qué cosa? -- preguntó Danny
-
Delos tiene la habilidad de predecir algunos eventos --
aclaró Eowaz
Los chicos lo miraron con mal
disimulado escepticismo, mientras que él les sonreía divertido.
-
Dijo antes que las habilidades estaban relacionadas con algún elemento
de la naturaleza ¿no? -- intervino Samantha -- ¿A
qué elemento pertenecería esta?
-
Dije “generalmente”, de modo que no siempre es así -- le
contestó él -- Ahora, nuestros miembros más jóvenes.
Los chicos sonrieron, ya que se
trataba de los Natchzhrer, a los que ya conocían, y otro hombre joven que se
sentaba a su lado.
-
Vlad Cornwall -- dijo señalando al desconocido
Este era un individuo que al
igual que los Natchzhrer, lucía bastante joven, aparentaba unos veinte y tantos
años. Tenía los ojos profundamente azules, y el cabello negro y largo, el cual
llevaba recogido en una cola. Samantha se fijó también en que era muy guapo,
tenía una dulce sonrisa, pero sus ojos se veían tristes.
-
¿Cuál es su habilidad? -- preguntó Danny
-
Vlad, tiene una habilidad otorgada por la Tierra.
-
¿Animales o plantas? -- volvió a preguntar
-
Ni lo uno, ni lo otro -- dijo él
-- mi habilidad es la
Transmutación -- y al ver el desconcierto, aclaró --
puedo transformarme en cualquier cosa
-
Wow -- dijo le chico
-- ¡Genial!
Eowaz sonrió, y luego continuó.
-
A los Natchzhrer, ya los conocen
-- afirmó
Los chicos les sonrieron,
mientras reparaban en sus aspectos. Ambos eran rubios, con ojos verdes y mirada
traviesa. E Iván, llevaba el cabello largo al igual que Vlad, pero a diferencia
de este, él lo llevaba suelto. Mientras analizaban los detalles de su
apariencia, Samantha captó algo.
-
¿Por qué habría de
temerles? --
preguntó
-
Solo espero que no lo hagas,
jamás les haríamos daño -- le contestó Iván
Entre tanto, Danny miraba en
forma inquisitiva a Eowaz.
-
La habilidad de Eve, es la fuerza extrema --
dijo este, mientras Danny miraba a la chica con duda, ya que en su
opinión no se veía especialmente fuerte
-- pero esa fuerza se la otorga
su raza -- los chicos lo miraron sin comprender -- Los
Natchzhrer son Vampiros.
Danny retrocedió
instintivamente, mientras que Samantha avanzó con decisión hacia ellos y le
extendió la mano, primero a Eve, quien la obsequió con una radiante sonrisa. Y
luego se volvió hacia Iván y lo abrazó.
-
Es un placer conocerles -- dijo la pequeña
-
Gracias Sam -- dijo
Iván acentuando su sonrisa -- puedo llamarte así ¿verdad?
-
Claro -- dijo ella sonriéndole a su vez
-
Bien, pero a condición de que tú me llames Iván ¿de acuerdo?
-
De acuerdo.
Eowaz observaba el intercambio
complacido, y luego se volvió a Danny.
-
Danny, debes considerar que no todo lo que puedas haber escuchado
acerca de los Vampiros, es necesariamente cierto -- le
dijo
-
¿Eso significa que no van a por la sangre de las personas? --
preguntó
-
No, al menos no todos -- y fue Iván el que contestó
-
A cualquiera de los presentes en esta sala, puedes confiarle tu vida
Danny --
dijo Eowaz -- pero especialmente a esos tres jóvenes --
dijo señalándolos
-
¿Por qué? -- quiso saber
-
Porque fueron los mejores amigos de sus padres.
Danny miró a Iván y a Eve, ahora más confiado, e imitó a su hermana.
-
De acuerdo -- les dijo
-- si no quieren dejarme seco,
estoy dispuesto a ser su amigo
Los tres, rieron de buena gana.
-
En el caso de los Natchzhrer,
concurren dos habilidades distintas
-- les dijo Eowaz -- una
otorgada por su sangre vampírica, y la otra por su sangre Arzhvael. Eve, como ya dije, tiene la fuerza extrema, y además el
poder del fuego. E Iván, tiene la habilidad del control mental sobre cualquier
criatura, y el poder de las tormentas, otorgado por el elemento agua.
Eowaz estaba a punto de dar por
finalizado aquel encuentro, cuando Samantha lo miró.
-
¿Y usted señor? -- le preguntó
-
Mi habilidad es la Desmaterialización, y me la otorga el elemento
Éter --
dijo él, y vio el desconcierto en los ojos de los chicos -- es
un elemento del que se habla poco y se conoce menos, pero en sus clases,
aprenderán sobre él.
Después de esta breve
explicación, les dijo que Vlad y los Natchzhrer los acompañarían a comer algo y
a descansar un poco.
Mientras caminaban, hacia no
sabían dónde, la cabeza de Samantha daba vueltas tratando de clasificar toda la
información que acababan de recibir. Aparte de no ser poca, contenía
información muy preocupante.
-
No te angusties Sam, ya te irás
adaptando a todo, y no dejaremos que nada malo les suceda
-- escuchó que le decía Iván
-
Lo se
-- le contestó
Entraron a una especie de
cafetería, dentro del mismo edificio.
Buscaron una mesa y se sentaron, ignorando las miradas curiosas.
-
Nos miran como si tuviéramos tres ojos
-- dijo Danny
-
Eso es porque son unos infelices mal educados -- se
quejó Eve
-
Eve -- dijo Iván en tono de advertencia
-
¿Qué? -- respondió ella de mal humor -- Es
verdad, son unos necios. De acuerdo, los chicos se parecen a Daniel, pero…
-
¿Se parecen? -- intervino Vlad -- Por
favor Eve, es como estar viendo a Daniel, así que no puedes culparlos.
-
Bueno, ya basta -- dijo Iván y miró a los niños --
¿Qué les gustaría comer?
-
¿Qué sirven acá? -- preguntó a su vez Danny
-
¿Cómo que qué sirven? -- dijo Iván con extrañeza -- Lo
que quieras
-
¿Lo que sea? -- dijo el chico en tono de duda
-
Claro
-
Quieres de decir que si pido…
-- lo pensó un momento --
patatas con chocolate…
Casi se cae de la silla al ver
aparecer ante él, un plato rebosante de patatas bañadas con chocolate.
-
Vaya, tu madre tenía gustos extraños con la comida -- dijo
Vlad --
pero esto ciertamente la supera.
-
¿En realidad te gusta eso?
-- preguntó Eve con cara de asco
Mientras Samantha e Iván hacían
enormes esfuerzos por no reír, ellos eran los únicos que habían notado, que
Danny no tenía intenciones de comer aquello, solo lo había dicho por fastidiar.
-
Bien -- dijo Iván
-- ahora en serio ¿Qué comerás?
Después de ese pequeño
incidente, la comida se desarrolló con tranquilidad. Al final de la misma Iván
interrumpió lo que decía y miró a Samantha, que habiendo saciado su apetito
mucho antes que todos los demás, se dedicaba a…
-
No es posible -- dijo Vlad siguiendo la mirada de Iván, al
notar que se había quedado a mitad de una frase.
Samantha los miró a los tres y
pensó que había hecho algo indebido, pero luego notó que Iván tenía una humedad
sospechosa en los ojos, mientras que Eve se secaba una lágrima que había
escapado de los suyos.
-
¿Qué sucede? -- se atrevió a preguntar
-
Lo que estás haciendo -- dijo Vlad, ya que Iván parecía no confiar en
la firmeza de su voz -- es algo que solía hacer tu madre, siempre que
terminaba de comer
Extendió la mano y tomó el
barquito de papel que la niña había estado haciendo con una servilleta y lo
miró.
-
Lo lamento -- dijo la niña, sintiendo la necesidad de
disculparse -- es algo que siempre he hecho.
-
No tienes que disculparte Sam
-- dijo Iván que había logrado
controlarse -- discúlpanos a nosotros, pero fue la sorpresa
y el dolor, aún no nos acostumbramos a que ya no están.
-
Pero ahora estamos nosotros
-- dijo la niña mirándolo con
ternura -- y si ellos los querían, nosotros también los
querremos mucho -- acto seguido se levantó y lo abrazó.
Terminaron allí y salieron del
local. De camino al vestíbulo, Eve se detuvo y miró a los otros dos.
-
¿Qué haremos primero? -- les preguntó
-
Supongo que habrá que comenzar por los uniformes ¿no? --
dijo Vlad
De modo que abandonaron el
edificio, con rumbo hacia la zona comercial.
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