Ninguno lo es...

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domingo, 9 de febrero de 2014

LA MAGIA DE ARZHVAEL El Inicio - cap. 06 -

CAP. 06  COMPRAS Y REVELACIONES (1)

Samantha no había tenido muchas oportunidades de salir. Las salidas organizadas por el orfanato eran en realidad muy pocas. De modo que todo lo miraba entre asombrada y divertida.
Danny por su parte, y aunque sus padres nunca fueron partidarios de sacarlo muy a menudo, conocía bastante más que Samantha. Así que su curiosidad la despertaron, las cosas poco usuales.
Estaban en un gran Mall, y en apariencia era igual a cualquiera que Danny hubiese visitado antes, de no ser por la obvia presencia de objetos mágicos como era el caso de los elevadores. Los que Danny conocía, eran recintos metálicos o a lo sumo, las paredes de los mismos eran acristaladas. Pero en el caso de los de ese lugar, consistían en una especie de alfombras metálicas y bastaba pensar en la planta a donde querías llegar, para que te llevasen directo a ella.
Subieron a la tercera planta y luego de caminar por un largo pasillo, se detuvieron frente a una tienda, que ponía en el letrero RETAZOS. Danny se imaginó yendo por ahí con trozos de tela de colores y sonrió ante ese pensamiento. En letras más pequeñas se podía leer: Trajes para ocasiones especiales, Capas, Guantes, Sombreros, y más abajo y en letras un poco mayores: Uniformes DEVELIENG.
Entraron y a pesar de que había bastante gente en la tienda, enseguida un ejército de lo que los chicos supusieron eran vendedores, los rodearon.
-         Buenas tardes, bienvenidos  --  dijo uno de ellos
-         ¿En qué les podemos ayudar?   --  preguntó una chica, desplegando una deslumbrante sonrisa dirigida a Iván y a Vlad
Pero fue Eve la que contestó.
-         Necesitamos uniformes para estos dos niños  --  dijo
-         ¡Oh, claro!  --  dijo la chica mirando a los niños y luego a Vlad
Al parecer decidió que eran sus hijos, tal vez por el color del cabello. Esa era otra pregunta que se sumaba a la lista de las que los gemelos querían hacer. Habían notado, que la mayoría de los habitantes de aquella ciudad eran rubios, pelirrojos o en menor grado, castaños. Ver cabellos negros era del todo inusual.
-         Supongo que usted acompañará a su hija  --  dijo la chica a Eve, y luego se volvió a Vlad  --  y usted a su hijo
-         Bueno…  --  comenzó Vlad, pero debió recibir alguna advertencia porque solo terminó por asentir
La chica centró su radiante sonrisa en Iván, pero Iván se adelantó a ella.
-         Gracias, yo los acompañaré  --  le dijo para enorme decepción de la dependienta
Después que se habían alejado un poco, Eve lo miró en forma desaprobatoria.
-         A falta de Giulian, te tenemos a ti  --  dijo en forma poco amable
Samantha y Danny, habían notado que por donde pasaban, la gente se les quedaba mirando con mal disimulada curiosidad, pero se les hacía difícil creer, que ello se debía al tan mencionado parecido que pudieran tener con su padre. Y ahora el despliegue de excesiva amabilidad, demostrado por los vendedores de la tienda, incentivó aún más su curiosidad. Pero no tuvieron oportunidad de preguntar nada, porque enseguida les trajeron los uniformes.  Eve acompañó a Samantha a los probadores de las chicas, que estaban un poco más retirados.  Le entregaron los uniformes, que en su caso era una falda negra, una blusa blanca, un sweater y una corbata vino tinto.  La chica que las atendía, preguntó si necesitaba algún arreglo, pero en realidad no era así. De modo que terminaron pronto. Danny demoró un poco más, ya que tuvieron que ajustar el largo de sus pantalones. Una vez hecho esto, Iván y Vlad comenzaron  a discutir porque ambos querían pagar. Pero lo que les resultó realmente interesante a los niños, fue el cómo fue realizado el pago.
Donde normalmente debía haber una caja registradora, había una caja ciertamente, pero sería más acertado decir que parecía un pequeño horno. Era bastante parecido un microondas, tenía un panel numerado y una puerta que la encargada de aquel “artefacto” abrió, luego de marcar la cantidad del importe de la compra en un el panel mencionado. Iván, mucho más veloz que Vlad, metió su mano allí y unos segundos después, la caja emitió un sonido parecido al de una campana, e inmediatamente por una ranura ubicada en algún lugar que los chicos no alcanzaron a ver, expulsó un pequeño trozo de papel. La chica lo retiró, permitió que Iván sacara la mano, y luego mirando el papel, comenzó a agradecerles por la compra.
-         Muchas gracias señor…   --  se detuvo bruscamente, levantó la cabeza y miró a Iván
-         Le agradecería mucho, no mencionarlo en voz alta señorita  --  dijo Iván con una amable sonrisa.
La chica solo alcanzó a asentir mientras le entregaba la factura. Abandonaron el local y una vez fuera los chicos ya no aguantaron más.
-         ¿Qué fue eso?  --  preguntó Danny
-         Es posible que haya gente que nunca nos haya visto Danny  --  dijo Vlad  --  pero todos en Helgard,  conocen nuestros nombres.
-         Solo intentamos llamar la atención lo menos posible  --  agregó Iván
-         Pues debe conocerlos más gente de la que piensan, por la forma en que nos miran  --  dijo Danny  --  y no me digas que es porque nos parecemos a nuestro padre.
-         No, no es por eso  --  convino Iván  --  es por esto  --  dijo tomando un trozo de su capa.
Ciertamente, habían notado también aquello. Ellos eran los únicos que llevaban aquella prenda. Entendían que estando en invierno, la gente fuera abrigada, como de hecho era, pero nadie llevaba capas, solo abrigos o chaquetas comunes.
-         ¿Y por qué las usan si no quieren llamar la atención?  --  preguntó Samantha
-         Porque estas no son una simple prenda  --  dijo Iván  --  es una Skik Ljosalfar, y para un Arzhaelí, su Skik es más que una parte de la indumentaria, es casi un arma.
Los chicos lo miraban con desconcierto, y preguntándose cómo una Capa, podía ser un arma.
-         Estas Skik  --  dijo Vlad  --  son confeccionadas por los Elfos del Bosque, con un tejido especial, que nos protege en varios sentidos. Primero,  nos protege de los ataques. Y segundo, nos oculta.
-         No entiendo  --  dijo Danny
-         Verás, entre las muchas cualidades de los Elfos, está el conocimiento en varias artes mágicas  --  dijo Eve  --  Solo ellos, pueden confeccionar estás Skik, con un material especial que  conocen ellos nada más, y que le otorga a las mismas, el poder de resistir ataques menores, y lo más importante  --  continuó  --  puede ocultarnos por completo.
Danny la miró con escepticismo, la Capa no era tan grande como para eso, pensó el chico. Aunque Samantha también miraba con curiosidad, no despertaba tanto su interés. Iván y Vlad se miraron un momento y sonrieron.
-         Déjense de ideas tontas  --  dijo Eve  --  estamos en un lugar excesivamente público.
Los niños los miraban sin comprender, pero Iván y Vlad aparentemente tenían intensión de ignorar la advertencia de Eve, sea cual fuere ésta, ya que ella puso cara de disgusto. Doblaron por un pasillo poco concurrido e Iván hizo “algo” con sus manos y al segundo siguiente tuvieron la impresión de que todo el ruido había desaparecido de pronto. Podían ver a la gente ir y venir, pero no escuchaban nada. Acto seguido, Vlad se soltó la Skik y la volvió, para luego ponérsela por encima de la cabeza. Los chicos ahogaron una exclamación, porque una vez que el hombre hizo aquello, “desapareció” por completo. Unos minutos después, apareció de nuevo muy sonriente.
-         ¿Han comprendido ahora?  --  preguntó Iván
-         ¡Wow!  --  fue la respuesta de Danny, mientras que Samantha aun tenía los ojos muy abiertos.
Luego de aquella breve exhibición, continuaron su camino como si nada. Lo siguiente que adquirieron, fueron los libros. Samantha amaba los libros, habían sido sus compañeros y amigos, desde antes de aprender a leer, cosa que por cierto hizo muy pronto, mucho antes que sus compañeros. Sin embargo, en aquel lugar no encontró ningún título que le resultara familiar. Y por el contrario, todo lo que había allí e incluso las materias que aparentemente estudiarían, no las había oído mencionar. No obstante, decidió esperar el momento oportuno para hacer preguntas.
Danny por su parte, estaba mortalmente aburrido. A pesar de que al igual que Samantha, había aprendido a leer sin aparente esfuerzo, no era algo que llamara especialmente su atención. De manera que no se interesó en lo más mínimo por lo que estaban comprando en ese momento, y solo quería salir de allí.
Al salir, Samantha tocó el brazo de Iván para llamar su atención.
-         Dime, linda  --  dijo él
-         ¿Qué es Alquimia?  --  preguntó
-         En principio   --  comenzó él  --  es una ciencia muy antigua, y será una de las materias que verás en la escuela.
-         No había oído hablar nunca, de ella  --  insistió la niña  --  He visto, matemáticas, geografía, historia, biología y algunas otras, pero nada de los que mencionaron allí.
-         Todas esas cosas son perfectamente inútiles  --  dijo Vlad, que había seguido la conversación
-         Vlad  --  le dijo Iván en tono de reproche, y luego se volvió nuevamente a Samantha  --  Sam, lo primero que debes comprender, es que perteneces a una raza y a una cultura, completamente diferente a aquella en medio de la cual has crecido. Los Arzhvael y los Firbolg, podemos convivir en paz, pero tenemos muy pocas cosas en común. Pero eso no debe mortificarte, poco a poco te irás adaptando y en la escuela aprenderás todo lo necesario.
-         Y si llegaras a tener dificultad con alguna materia  --  intervino Vlad  --  para eso estamos nosotros.
La niña los miró emocionada.
-         ¿Son maestros en la escuela, también?  --  preguntó, pero Vlad prorrumpió en sonoras carcajadas.
-         ¿Maestros?  --  preguntó entre risas  --  Nadie en su sano juicio nos haría maestros.
Aunque Iván reía mucho también, se controló más de prisa que Vlad.
-         No, linda  --  dijo finalmente  --  no somos maestros, pero igual los ayudaremos en todo cuanto necesiten.
Pero ella no estaba conforme con eso.
-         Vlad  --  dijo directamente  --  ¿Por qué razón no podrían ser maestros?
Vlad sonrió antes de contestar, pero no pudo decir nada, pues fue interrumpido por una voz a sus espaldas.
-         Porque nuestras autoridades escolares aún no han perdido el juicio  --  dijo una voz que le resultó familiar a Samantha
Ella volteó con rapidez, pero Iván y Vlad lo hicieron con más calma. Samantha reconoció a otro de los miembros del Consejo.
-         Delos  --  dijo Iván a modo de saludo
El inclinó la cabeza en un gesto que pretendía ser lo mismo, mientras sonreía a la pequeña.
-         Veo que ya han hecho sus compras  --  dijo  --  Puedo invitarte un helado ¿quizá?
Samantha miró a Iván buscando ayuda, y él le hizo un gesto de asentimiento.
-         Gracias  --  dijo la niña sonriente
-         ¿Y tú hermano? --  preguntó Delos
Danny se había adelantado junto a Eve, y en ese momento estaban detenidos frente a la vidriera de una tienda donde se exponían, lo que a Samantha le parecieron tablas de Surf y otros objetos deportivos. En aquel momento Eve se volvió, evidentemente Iván le había dado aviso. Caminaron hacia ellos y Danny venía con cara de no entender algo. Saludaron a Delos y luego se dirigieron a una heladería.
-         ¿Qué será?  --  preguntó Delos mirando a Samantha  --  Déjame adivinar… mmm… ¿chocolate y fresa?
La niña abrió mucho los ojos.
-         De veras puede adivinar cosas  --  dijo con asombro
-         No, no puede  --  dijo Vlad con fastidio
-         Pero  --  comenzó ella  --  el otro señor dijo…
-         Predecir no es lo mismo que adivinar  --  continuó Vlad  --  y lo que acaba de hacer no es ni lo uno, ni lo otro, solo fue deducción lógica. Eso era lo que le gustaba a tu madre.
-         Ya decía yo  --  dijo Danny satisfecho
-         Por supuesto Vlad tiene razón  --  reconoció Delos, sin darle mucha importancia  --  ¿Y tú Danny?
Una vez que todos tuvieron sus copas de helado en frente, Delos centró su mirada en la niña. De haberse tratado de otra criatura, probablemente se habría sentido muy incómoda, pero decididamente Samantha Douglas no era una niña común. Entre otras cosas, era muy rápida para aprender, y ya había notado que así como ella podía acceder a los pensamientos de los demás sin su autorización, el asunto funcionaba a la inversa. De manera, que mantuvo su mente cuidadosamente en blanco. Pero también notó otra cosa. Por la forma en que se comportaba Vlad, normalmente simpático y hasta payaso, era obvio que estaba muy molesto, y no le resultó nada difícil llegar la rápida conclusión de que por algún motivo Delos, no le era especialmente simpático. Lo que quedó demostrado con su próximo comentario.
-         ¿Y a qué debemos el dudoso placer de tu compañía?  --  preguntó Vlad
Delos sonrió de forma condescendiente antes de contestar.
-         Solo fue casualidad Vlad  --  dijo  --  Y no tiene nada de malo que quiera conocer mejor a los chicos, te recuerdo que Daniel y Amy también eran mis amigos.
-         Sí, claro  --  dijo Vlad con sarcasmo
-         Es sorprendente como cada día te pareces más a Giulian  --  dijo Delos
Tanto Samantha como Danny, fueron conscientes de dos cosas. La primera, que el ambiente se había tensado casi de forma palpable. Y la segunda, tuvieron la clara sensación de que aquel individuo había dicho algo indebido. No estaban seguros de qué podía ser exactamente, pero fuere lo que fuese, estaba directamente relacionado con aquel tal Giulian. Era la segunda vez que escuchaban aquel nombre, pero en esta ocasión, Iván y Eve, miraban con atención a Vlad, y éste a Delos con una mirada sumamente sombría.
-         Si no supiera que está muerto  --  dijo Delos  --  diría…
Pero no se enteraron de qué era lo que diría, porque Vlad se puso de pie con tanta violencia que volcó su copa sobre la mesa. Sin embargo, y sin importar cuáles hubiesen sido sus intenciones, Iván se lo impidió. Danny estuvo seguro de que Delos se acababa de salvar de un buen golpe.
-         No está muerto ¿has comprendido, infeliz?  --  siseo Vlad
Luego se soltó de la firme mano de Iván y se marchó. Eve lo miró con pena mientras se alejaba, y luego se volvió hacia Delos.
-         Ya no eres un niño Delos  --  le dijo  --  ¿Qué necesidad hay de que lo molestes de esa forma?
-         Eve, ha pasado el suficiente tiempo como para que lo acepte, y en realidad no lo hice por molestarlo, lo que dije es cierto. Hay ocasiones en las que me parece hablar con Giulian en lugar de Vlad  --  luego se volvió hacia los niños  --   Lamento mucho esto  --   les dijo  --  Lo que dije es cierto, apreciaba a sus padres, y su madre fue una de mis mejores amigas. De modo que si me necesitan, en cualquier ocasión  y para lo que sea, estaré encantado de ayudarles.
Samantha le obsequió una no muy brillante sonrisa, mientras que Danny no dijo nada, ni hizo ningún gesto amistoso.  Después de esto, Delos se despidió.
-         Es tarde  --  dijo Eve  a Iván  --  y los niños deben estar cansados, será mejor que dejemos lo que falta para después, y regresemos a casa.

Iván se mostró de acuerdo, y aunque los chicos no estaban para nada cansados, decidieron no discutir, y en cualquier caso, faltando Vlad, les parecía que no sería tan divertido. Había cientos de preguntas por hacer, más juzgaron improcedente hacer ninguna en aquel momento. De modo que abandonaron el Mall, rumbo a “casa”, aunque no tenían idea de dónde podía ser eso. Y una nueva expectativa se sembró en las mentes de los chicos. 

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